...pon las tuyas a remojar.
Cuando se dice que el avance del Estado sobre YPF es una medida estratégica, no sólo se hace referencia a sus efectos en la política energética o el autoabastecimiento de combustibles: también al modo como incide en el mapa del poder en la Argentina.
Y cuando hablamos del poder, obviamente no nos estamos refiriendo solamente al funcionamiento de las instituciones formales establecidas en la Constitución (los famosos "tres Poderes"), sino además -y fundamentalmente- al poder económico.
Lo sucedido ayer mismo en la asamblea de Siderar (la nave insignia de los negocios de Techint en la Argentina) es aleccionador al respecto: por unanimidad, se decidió no distribuir utilidades entre los accionistas (la nota recuerda la importante participación de la ANSES a través del Fondo de Garantía de Sustentabilidad), sino destinar las utilidades del ejercicio en su mayoría, a futuras inversiones, en un sector estratégico de la economía.
La decisión del hólding de Paolo Rocca (como también lo dice Clarín) estuvo directamente influida por el caso YPF, porque aun con las tenencias accionarias de la ANSES en Siderar, bien pudo imponer su voluntad y disponer igual el reparto de dividendos.
Pero en Techint hicieron la lectura correcta del caso: la expropiación del 51 % de las acciones de YPF para que el Estado retome el control es una fortísima señal de Cristina al mundo empresario, y en especial a los grandes grupos concentrados que ejercen posición dominante (como YPF en el mercado petrolero y de combustibles, o Siderar en el metalúrgico) en sectores estratégicos de la economía.
Una señal de que la sintonía fina también significa que se terminó el Estado bobo, como decíamos acá justamente en el caso de Siderar, cuando el año pasado se discutió la integración de los directores en representación de la ANSES, y el grupo Techint terminó reculando, luego de amenazar con ir a la justicia: como ahora lo hace Repsol, dicho sea de paso.
Y lo interesante del caso (y así lo ha interpretado Techint claramente) es que, así como el avance del Estado sobre Siderar y sus decisiones fue posible por una decisión estratégica tomada por el kirchnerismo (la estatización de los activos de las AFJP); en el caso de YPF -en que el Estado no tenía una participación accionaria previa relevante como en Siderar- el gobierno apeló a la herramienta de la expropiación para hacerse con el control de la petrolera.
Como lo dijo Cristina hace meses, cuando comenzó la puja con Repsol: apelando a todas las herramientas que el Estado tiene a su alcance (que muchas veces son escasas e insuficientes) para disciplinar al poder económico cuando sus objetivos divergen con los del país.
Y la misma lectura que hizo Techint del caso YPF, se hizo en el resto de la cúpula empresaria: ver si no este lavadísimo comunicado de circunstancias de la Asociación Empresaria Argentina (AEA), y compararlo con las furibundas reacciones de algunos de esos mismos sectores (alentadas por Clarín y La Nación), cuando el gobierno decidió meter mano en Papel Prensa; como recordábamos en esta entrada.
Hechos para recordar y poner en contexto decisiones como la de retomar el control de YPF; y no olvidar que en los meses previos (cuando se hablaba del "ajuste griego" y se mentaba la ley antiterrorista, diciendo que estaba pensada para reprimir la protesta social que desataría) muchos hablaban del inocultable giro a la derecha del gobierno de Cristina.
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