viernes, 13 de abril de 2012

EL PETRÓLEO PROVOCA CONTAMINACIÓN INFORMATIVA


Lo que pasó ayer a la tarde con los rumores que corrieron -hasta entrada la noche- sobre un presunto proyecto de ley enviado por Cristina al Congreso para expropiar más de la mitad de las acciones de YPF va a quedar en los anales de los papelones informativos, y seguramente será materia de estudio en las facultades e institutos de periodismo.

Pero además expuso en todas sus miserias -por si hiciera falta otro ejemplo, después de lo pasado todos estos años- como funciona un dispositivo mediático que es, sustancialmente y en primer lugar, un complejo entramado de negocios y un actor político (no institucional, pero no por ello menos relevante), y en un lugar cada vez más secundario y alejado, la plataforma para el ejercicio del oficio periodístico.

Hace poco en esta entrada decíamos nosotros que "...desde que hicimos una serie de posteos vinculados al tema de la probable recreación de una petrolera estatal planteando las diferentes aristas económicas y jurídicas que el tema encierra, hemos optado por ir detrás de los acontecimientos, esperando que el gobierno anuncie cuáles serán las medidas que va a tomar en ese plano.

Porque lo que hay hasta acá son mayormente trascendidos periodísticos, que son además parte de un clima de intensas operaciones cruzadas, ya que se comprenderá que los intereses en juego son grandes; y no es al gobierno al único que le conviene que el precio de las acciones de YPF siga en picada....".   

Ayer se dio la situación inversa (las acciones subieron toda la tarde) pero la conclusión no cambia: se trata de un tema de una enorme complejidad en todas sus aristas (políticas, económicas, jurídicas) y con múltiples intereses cruzados, en el que todo lo que se diga o publique, termina teniendo un efecto concreto; hecho respecto del cual nadie puede alegar inocencia.
 
También desnudó una vez más -y van- la poca seriedad de ese mismo dispositivo mediático cuando trata de desentrañar por donde van las iniciativas políticas del kirchnerismo (acá Barricada hace una excelente reflexión al respecto), o cuando presume (para reforzar la credibilidad de su discurso político cuando cuestiona al gobierno) de contar con fuentes confiables en las más altas esferas del poder.
 
Pura venta de humo, chanterío informativo del peor que quedó develado hace muy poco, cuando el episodio de la renuncia de Righi; que llegó al extremo de éste mamarracho de Pablo Sirvén en La Nación, protestando en público porque Página 12 les había birlado una primicia. 
 
Pero la noticia (falsa) difundida ayer no fue cualquiera, ni lanzada con el simple propósito de tener una primicia espectacular: se hablaba nada menos que del envío de un proyecto de ley al Congreso por la presidenta de la Nación, y como vemos acá, dejando por completo de lado el potencial (la afirmación era categórica, el hecho se daba por irrefutablemente demostrado):
 
  
Y aquí cabe una aclaración: la noticia del proyecto de ley fue lanzada primero por DYN (la agencia de noticias del Grupo Clarín), y desde allí en más replicada por los propios medios del Grupo (Radio Mitre, el sitio digital del mismo diario); para rebotar en todos los demás: algunos (como Fontevecchia) prefirieron hacer como que habían obtenido el notición por sus propios medios; otros como el diario de Vila-Manzano aclararon de donde provenía; por las dudas.

Pasada la tarde y cuando cerca de la noche terminaba la reunión de Cristina con los gobernadores sin que se confirmara la noticia del envío del proyecto al Congreso (recordemos que Clarín lo daba por ingresado), el Grupo comenzó la estrategia para  borrar las huellas de su operación, como bien da cuenta esta crónica de Fernando Krakowiak en Página 12 de hoy

Incluso deben haber borrado de la caché de Google todo rastro de los titulares de ayer a la tarde de Clarín (donde se afirmaba enfáticamente que el proyecto había ingresado en el Congreso), para preparar esta noticia de hoy, donde salen "confundidos" como cualquiera, como si nada hubiera pasado:
 
 
Y cuando no se confirma la noticia que ellos mismos lanzaron como globo de ensayo, además de intentar disimular el modo en el que están operando desembozadamente no sólo en contra del gobierno sino a favor de los intereses de Repsol (habría que investigar quienes compraron acciones ayer, provocando la suba), tal como lo señalaba Barricada, deslegitiman al gobierno diciendo que Cristina "arrugó" ante las presiones del gobierno español; dando marcha atrás en una decisión que hasta acá al menos- no anunció oficialmente; como vemos en la tapa de El Cronista de hoy:


Todas estas reflexiones nos parecen de suma utilidad en un momento en que esos mismos medios intentan provocar una conmoción política con imprevisibles efectos institucionales, a partir de un caso que ellos mismos instalaron (el affaire Ciccone), y en el que se erigen en una especie de justicia paralela que determina responsabilidades, evalúa pruebas, dicta sentencias y las comunica a la opinión pública; como desembozadamente exponía hace poco Fontevecchia en esta columna de Perfil.
 
Un párrafo aparte para el (para variar) penoso desempeño opositor en todo éste lío: cuando la noticia del presunto proyecto circulaba ayer por los medios y redes sociales, muchos diputados y senadores -a la cola de esos mismo medios, como siempre- se largaban alegremente a opinar; como si nunca hubieran visto como es un verdadero proyecto de ley remitido por el Poder Ejecutivo al Congreso: con sellos, firmas, en fin, con gente que se hace responsable de su autoría.
 
Pero para que abundar: si algo ha demostrado el caso Ciccone es que -con honrosísimas excepciones- es completamente inútil seguir esperando una maduración política de una dirigencia opositora de cuarta, que no es que quedó reducida a ése estado por su catástrofe electoral: terminó desapareciendo de las urnas porque es eso, apenas un conjunto de columnistas free lance de los medios opositores.  
 
Y poco importa si al final el proyecto que trascendió ayer se concreta y Cristina lo envía finalmente al Congreso (si es como dicen, ojalá así sea).
 
A menos que -como sugiere la tapa de Ambito Financiero de hoy- el trascendido sea parte de una estrategia del gobierno para testear la reacción de los mercados ante una eventual toma de control de YPF por el Estado nacional, y todos los que lo replicaron terminen -sin saberlo ni darse cuenta- haciendo de idiotas útiles para el kirchnerismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario