domingo, 6 de mayo de 2012

DE CAMBIOS Y CONTINUIDADES


Desde Entre Ríos nos llega por correo esta foto, que en más de un sentido es histórica: refleja el exacto momento en que Hebe de Bonafini lee la noticia de la privatización de YPF durante el menemismo, en aquélla célebre edición de Página 12 (¡ay Lanata, de dónde viniste para llegar hasta acá!), con la tapa de la chica y la lágrima.

La que aparece detrás de Hebe, con su eterno pañuelo blanco, es Celina "Keka" Kofmann, una de las referentes de Madres aquí en Santa Fe, junto a quien estuvimos el pasado 30 de abril conmemorando la primera marcha de las Madres, hace 35 años

Veinte años después de aquélla foto, YPF vuelve a manos del Estado argentino, con la adhesión de la inmensa mayoría del pueblo y un abrumador respaldo de casi todas las fuerzas políticas en ambas Cámaras del Congreso.

Ese respaldo expresó continuidades de los que siempre bregaron por una YPF controlada por el Estado, y cambios y contramarchas (dentro y fuera del peronismo) de los que por entonces avalaban la privatización.

En esos 20 años las Madres seguían peleando por memoria, verdad y justicia; otro claro ejemplo de cambios y continuidades: los genocidas, sus socios civiles y sus apologistas siguen negando lo innegable y reclamando impunidad; mientras las Madres -como muchos otros- seguimos luchando porque paguen por lo que hicieron.

Y el Estado argentino, -por clara decisión de la fuerza política que lo conduce desde el 2003- dio un brusco giro con las políticas de impunidad, poniendo todo su peso institucional y jurídico al servicio de esa causa de la memoria, la verdad y la justicia.

Como acaba de hacerlo con YPF, recuperándola para los argentinos.

Las Madres y Hebe estuvieron siempre en el mismo lugar: el de las convicciones y la dignidad.

Pero en homenaje a sus continuidades, fueron de las primeras en percibir los cambios.

Y por ese Hebe está donde está, y dice lo que dice, y apoya lo que apoya, y se enfrenta con quiénes se enfrenta.

Donde estuvo siempre, diciendo siempre lo mismo, apoyando siempre las mismas causas, y ganándose siempre los mismos enemigos.

Un recordatorio para los que creen que la dignidad de esos pañuelos blancos se puede manchar por un peso más o menos para construir viviendas, que se queda en el camino en el bolsillo de alguno.

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