viernes, 4 de mayo de 2012

PERGOLINI, EL ETERNO ADOLESCENTE



El reportaje al que refiere la nota es éste; en Página 12 de ayer, al enfant terrible de los años menemistas, eterno adolescente y próspero empresario Mario Pergolini.

Una mezcla entre Lanata y Hadad: ansiolítico de progresismo en dosis tolerable para los progresistas anti políticos, empresario hábil para los negocios presto a venderlos cuando aparece un postor razonable, como hizo hace un tiempo con Cuatro Cabezas; a extranjeros y en moneda fuerte: por suerte para él, antes de que se restringiera la salida de dólares, si no hoy estaría trinando más fuerte.

Porque la eterna adolescencia de éste personaje es mental: todo lo que sucede en el mundo es analizado por Pergolini desde la limitada perspectiva que arroja la visión de su propio ombligo, y siempre y cuando no esté obstruída por pelusa.

Aunque no seamos injustos con los adolescentes: muchos estudian, trabajan, piensan, construyen o militan; y llenaron por caso las tribunas de Vélez hace unos días, expreándose su alegría por sentirse parte de algo mayor y más importante que ellos; una sensación extraña para gente como Pergolini.

Que además demuestra su superficialidad habitual cuando incursiona en los ripios de la política o la economía: las medidas que toma el gobierno para restringir las importaciones sólo le importan en tanto le impiden traer un piso para el escenario, o una consola para montar un programa de televisión.

Cualquier parecido con los salames que nos inundaban con cadenas de mails y mensajes de texto diciendo "Mi celular no es un lujo" cuando el famoso "impuestazo tecnológico" (que permitió desarrollar la industria en Tierra del Fuego por ejemplo, generando gran cantidad de puestos de trabajo), no es pura casualidad: es esa clase de gente que opina del país según le va en el reparto, cuando generalmente le va bastante mejor que al promedio.

Y cualquier parecido con los y las que insultan a diario a Cristina, tampoco: ¿por qué si está insultando a un tipo, no le dice "pijudo" en lugar de "conchudo"?; y la respuesta es sencilla: porque eso no sería considerado un insulto, sino un elogio.

¿Ignora acaso Pergolini que si hubo gobiernos que hicieron algo por desarrollar la industria argentina en general y la del espectáculo en particular, fueron justamente los de Néstor y Cristina?

¿O acaso desconoce el crecimiento explosivo del cine nacional, de la producción de contenidos propios para la televisión o género como los documentales, a partir de medidas concretas tomadas por el Estado en los últimos años?: cuota de pantalla, ley de promoción de la industria del software, programas de apoyo del INCAA y -por supuesto- la ley de medios; que abre nuevas y enormes oportunidades para empresarios y trabajadores de la comunicación.

Incluso el tipo de cambio sostenido todos estos años -con el esfuerzo de todos los argentinos- ha permitido que muchos productores de contenidos para el espectáculo (entre ellos, Pergolini) los exporten, generando divisas para ellos, y para el país. 

Claro que Pergolini obvia ex profeso esos detalles (si es que no los desconoce en su sentido último, por nabo) por las mismas razones que expone en el reportaje cuando habla de la expropiación de YPF: da la puta casualidad que cada vez que en el país se discute algo trascendente (como la estatización de las AFJP, la resolución 125 o la propia ley de medios), el tipo no puede dar una opinión contundente porque "el panorama está muy confuso, viste, no tengo claras las reales intenciones por las que hacen tal o cual cosa, bla, bla, bla".

El "motivacionismo" escapista de los pseudo progres que siempre le encuentran el pelo al huevo, toda vez que hacerlo los sacaría del cómodo lugar en que están instalados: algunos en las poltronas de la "academia", los otros disfrutando de audio, prensa o pantalla desde el corazón mismo de la comunicación hegemónica.

Allí el paralelismo del personaje con Lanata es aun más nítido: de hecho, el programa de Jorgito de los domingos no compite con Víctor Hugo Morales, sino con el bananismo periodístico de "CQC"; típico producto pergolinesco con rebote social en aquél país de los 90', en el que los grandes debates pasaban por filmar a un concejal del conurbano sorprendido mientras amarrocaba en un galpón colchones para los inundados.

Este país de hoy (el que por ejemplo acaba de recuperar YPF) es -afortunadamente- más complejo y mejor, más adulto, y ya sabemos que a veces adultos y adolescentes tienen problemas de comunicación.

Como le pasa a Pergolini, que hace un tiempo había producido "El gen argentino", donde el público determinó que el que mejor lo representaba, era el "Che" Guevara.

Si se pudiera, habría que preguntarle al "Che" (aunque nos imaginamos la respuesta) que hacer con un tipo que protesta contra las medidas de un gobierno que defiende a la industria nacional y trata de evitar que se fuguen divisas del país, porque no le permiten entrar una escenografía y una consola importadas; o le impone pagarlas el triple si son fabricadas en el país; generando trabajo para su gente.

2 comentarios:

  1. el "CHE" ni figuro,SAN MARTIN fue el GEN ARRGENTINO

    ResponderEliminar
  2. Muy interesante elcomentario, se ve que podés ir a contestar a Odol Pregunta sobre ciclos televisivos.

    ResponderEliminar