Por Víctor Astesiano
En
tiempos de expropiaciones, donde los empresarios expoliadores utilizan
los grandes medios de comunicación para defender sus intereses, sea con
el tema YPF sea con el de la Transportadora de Electricidad S.A. de
Bolivia (veremos que dice Rajoy de esto), es
bueno tener en claro, de uno y otro lado del Atlántico, que no se trata
de una cuestión de pueblos, de países, sino de empresarios capitalistas
que, como tales, no tienen otra nacionalidad que la del dinero, que
anida en distintos estados con la mágica utilización de la fórmula
societaria anónima (En Repsol tenemos a CaixaBank S.A., el grupo
Blackrock Inc, Pemex –o sea Petróleo Mexicano-, la constructora Sacyr
Vallehermoso S.A., etc. y más del cincuenta por ciento de capital
flotante, fundamentalmente angloamericano).
España
está teniendo su propia crisis europea por lo que su gobierno aprovecha
las políticas tuitivas de Sudamérica para cargar las tintas, desviando
la atención de su propia ineptitud.
Pero eso le dura poco. No nos
confundamos, al español de la calle ni le va ni le viene el tema.
Demasiados problemas tienen ellos para ocuparse, ante la desocupación,
con una cifra que fue creciendo hasta tocar el 25% que tuvimos aquí en
Argentina. Rajoy, fiel a la ideología del PP ajusta y ajusta e intenta
instalar a Repsol como tema de Estado y no logra nada, ni adentro ni
afuera.
Y
de este lado tenemos otros interesados. Por un lado, los empleados de
Repsol (léase Albertico Fernández y demases –como los “expertos”
ex Secretarios de Energía a sueldo) y sus publicistas, como Joaco. Pero
también están los facholiberales argentinos (neologismo contradictorio
para poder describir a Mauricio y adláteres) que cuando se dieron cuenta
de su metida de pata, la tratan de disimular. De Lilita me abstengo
de comentar por pedido de su curador.
Lo
que no debemos hacer es confundirnos nosotros, los argentinos, los que
queremos un país con un gobierno que defienda su soberanía, que ejercite
las facultades que sean menester para lograr la libertad en serio y no
declamada; con justicia, con justicia conmutativa, distributiva y
social, y que ponga en acto la felicidad de su pueblo.
No,
no es una cuestión de España y Argentina. Es una cuestión de Argentina
con una empresa privada multinacional. Y así como Rajoy no quería
petroleros rusos y Calderón homenajea la expropiación mejicana de 1938,
Cristina sigue sus enseñanzas. O no?
Exactísimo COMPAÑERO. Que los pueblos no pierdan las esperanzas, se puede , nosotros lo estamos demostrando. FUERZA CRISTINA, FUERZA ARGENTINA.
ResponderEliminarCristina A.
Seeee, es cuestión de maulas no de pueblos!
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