EL TEOREMA DE MAGNETTO EXPLICADO POR EL HERMANO DE ALTAMIRA

El teorema de Magnetto explicado acá por el hermanito de Altamira sería más o menos así: la amplitud del terrorismo periodístico ejercido titulando es directamente proporcional a la estrechez del concepto de seguridad social, y de lo que supone que es y para que está el Estado.

Huelga decir que cuando a "la plata de los jubilados" la tenían las AFJP a ésta buena gente le preocupaba un soto que hicieran con ella, y que se la prestaran a empresas privadas (por ejemplo Clarín) en condiciones de dudosa rentabilidad.

Por otro lado y atento a que uno de los hermanos Wermus habla de récord en el uso de los fondos de la ANSES por el gobierno, le tenemos una mala noticia: se quedó corto, el gobierno maneja hasta el último centavo de los $ 218.058.376.000 que gasta la ANSES porque (atención a esta revelación, que puede provocar un terremoto) la ANSES es del Estado, y por ende del gobierno que lo conduce (por el voto popular, al menos por ahora, eh).

Y mal no lo hace: duplicó la cantidad de jubilados y pensionados (dándole a la Argentina la mayor tasa de cobertura de seguridad social de América Latina), les paga dos aumentos al año (lo que nunca se comprometió ningún gobierno por ley a hacer, y viene superando desde el 2008 hasta los índices privados de inflación), incorporó casi 3,7 millones de pibes a la AUH y más que duplicó los activos recibidos de las AFJP: de 98.000 millones a 210.000, en menos de cuatro años y en medio de la crisis financiera y económica más grande que conoce el mundo desde 1929. 

Claro que la idea de Bermúdez (y de Clarín) es otra: que los caceroleros que leen el artículo digan "se están robando 55.000 millones de pesos de la plata de los jubilados para gastarlos en carteras y en el avión para traerlo al hijo de Santa Cruz"; sabedores además de que el 99 % de ellos no pasa del título.  

Porque si lo que le preocupa a Bermúdez son unos 55.000 millones de pesos, habría que decirle que el presupuesto de la ANSES de éste año se financia con $ 55.656.400.000 de impuestos (IVA, Ganancias, Bienes Personales, impuesto al cheque, Combustibles Líquidos); o sea que lo que -en su concepción- serían gastos al pedo o que la ANSES no debe financiar, se equiparan con ingresos que no provienen ni de los aportes personales de los trabajadores, ni de las contribuciones patronales.

Y hablando de eso: en la nota dice Bermúdez Wermus que en la década del 90' (antes de las AFJP) estábamos mejor porque la ANSES se financiaba en un 76 % con aportes y contribuciones porque los aportes patronales eran más altos (lo que es cierto), pero omite un detalle sustancial: no existían los 2,5 millones de jubilados que fueron incorporados al sistema por la Ley 25.994. A menos que toda esa gente (de la cual mucha compra Clarín, con la jubilación del ama de casa) no deba ser alcanzada por los beneficios de la seguridad social.

Como tampoco (según se desprende de la nota) estarían alcanzados por la seguridad social (para lo cual existe la ANSES al fin y al cabo) ni los jubilados provinciales de las cajas transferidas a la Nación, ni los retirados de las cajas de las FFAA y de seguridad que no alcanzan con sus recursos propios a pagar los haberes de retiro, ni los ex combatientes de Malvinas, ni los beneficiarios de la AUH, que consistió -justamente- en equiparar los derechos de los hijos de los que no tienen trabajo,o es informal, con los que sí están en blanco, dentro del régimen de la Ley 24.714 de asignaciones familiares; ni los titulares de pensiones no contributivas.

Porque ese es el único modo de llegar a los 55.000 millones de la ANSES que le preocupan a Wermus porque no se van en pagar jubilaciones o pensiones: el seguro de desempleo son $ 647.970.000 (el 0,29 % del gasto del organismo), y los aportes a Conectar Igualdad, $ 3.223.194.000, o lo que es lo mismo, el 1,47 % del gasto total de la ANSES.   

Lo que implica que si se dejara de usar el presupuesto de la ANSES para comprar las net books alcanzaría para pagarle a cada jubilado y pensionado (sin contar jubilados provinciales de cajas transferidas, ni retirados de las FFAA y de seguridad, ni pensionados no contributivos) la tremenda cifra de $ 44,29 más por mes: impresionante, los pondría al nivel de los jubilados suecos.

Otro tanto se puede decir de los recursos del FGS que le preocupan a Bermúdez: plata, lo que se dice plata constante y sonante (que el gobierno pueda manotear digamos) hay 21.409 millones (al 31 de marzo pasado) en plazos fijos en bancos, o sea poco más del 10 % del total de los activos del Fondo, y las disponibilidades en caja suman otros 18.179 millones: sumando los dos, menos del 20 % del FGS.

Y los proyectos productivos financiados con el Fondo Suman 28.937 millones, y bienvenidos sean: no sólo generan repago y recursos que vuelven a la seguridad social, sino apuestan al empleo y el crecimiento económico, suplen la falta de crédito productivo del sistema financiero privado y significan verdaderamente usar "la plata de los jubilados" (un disparate conceptual) con un sentido inteligente y productivo.

Pero todo esto Bermúdez lo sabe, el problema es que a él y a Clarín no les gusta y les importan un soto los jubilados: la cuestión es deslegitimar políticas que fueron plebiscitadas en tres oportunidades (2007 y dos veces en el 2011) por una mayoría cada vez más grande de los argentinos; por temor a que perduren y se profundicen, como sucede con el programa Procrear.