Seguimos desculando hormigas con el análisis del último año de gobierno de Binner, a partir de los datos que refleja la Cuenta de Inversión del 2011, y en éste caso le toca a la educación.
El año pasado habíamos analizado los números del área por entonces (y durante todo el mandato de Hermes) a cargo de Elida Rasino, proyectada por sus méritos a la lista de diputados nacionales del FAP, y luego contratada como asesora de la gestión de su sucesora Leticia Mengarelli, ambas cosas al mismo tiempo.
Uno podría pensar que Rasino es una lumbrera en materia educativa y su gestión fue brillante, pero un análisis de los números que dejó su paso por la cartera educativa (justo en el año que empezó como ministra y terminó como diputada) revelan otra cosa: se diría que el boletín de calificaciones de la gestión educativa del Frente Progresista encabezada por Binner en Santa Fe terminó llevándose varias materias a marzo, o como se dice ahora, "con libreta en proceso".
Para sustentar la afirmación,y como es costumbre en éste blog, vamos a los números; en este caso a una serie de indicadores que consideramos especialmente relevantes a esos fines.
El primero es cuanto representó porcentualmente el gasto en Educación del Estado provincial, año por año, durante todo el mandato de Binner, porque eso revela la decisión política de priorizarla o no, asignándole recursos en forma creciente. Acá va la tabla, donde 100 % es el total del gasto público provincial de cada año (ponemos también el último de la gestión de Obeid, para poner las cosas en perspectiva):
2007 29,07 %
2008 28,23 %
2009 28,53 %
2010 27,38 %
2011 27,28 %
La primera conclusión es que, lejos de asignarle prioridad a la educación, la gestión socialista mantuvo una tendencia casi constante a que ésta decrezca en su participación en el total de la inversión del Estado provincial.
El siguiente indicador toma en cuenta como se compone ese total gastado en Educación en el 2011 (casi 8274 millones de pesos), a partir del peso específico que tienen en el conjunto (donde 100 % es ahora el gasto educativo) los dos rubros más significativos: los salarios del personal del Ministerio y de las escuelas públicas (docentes y personal de servicio), y los subsidios a la enseñanza privada, para el pago de salarios de los docentes.
En el primer caso, el gasto en "Personal" que había representado el 73,63 % del gasto en Educación en el 2010, trepó al 75,69 % en el 2011; y en el segundo caso (subsidios a la enseñanza privada), pasaron del 20,90 % del presupuesto educativo en el 2010 al 20,94 % en el 2011.
Para tener una idea del peso de los subsidios del Estado provincial a la enseñanza privada (más de 1733 millones de pesos el año pasado, sin contar las partidas de comedores escolares y copa de leche), diremos que representaron el 5,71 % del total del Presupuesto provincial el año pasado; y que fueron creciendo en su participación porcentual (sobre el gasto en Educación, y sobre el total del Presupuesto) durante los cuatro años de gobierno de Binner, en forma constante: en el 2009 representaban el 18,62 % del gasto en Educación, y el 4,87 % del total del gasto público provincial.
Otra comparación válida que puede hacerse al respecto es con el conjunto de los recursos destinados por el mismo Estado provincial, en la misma gestión de gobierno (la de Hermes Binner entre el 2007 y el 2011) al Ministerio de Desarrollo Social, es decir la cartera encargada de ejecutar las políticas públicas de asistencia y promoción de los sectores sociales más vulnerables.
Y allí los números tampoco favorecen a Binner: si los subsidios a la enseñanza privada representaban 2,53 veces las partidas de Desarrollo Social en el 2010, un año después esa relación había trepado a 2,87, o sea que por cada peso que el Estado santafesino destinó en el 2011 a los sectores carecientes, hubo 2,87 que fueron a subsidiar la educación privada, de los hijos de padres que en muchos casos podrían solventarla ellos. Y si la comparación se hiciera exclusivamente en base al gasto en "Transferencias" (la partida de la cual salen los subsidios a la educación privada, y el dinero que va directo a los beneficiarios de los diferentes programas sociales), la relación trepa a 3,88 a 1, en perjuicio de los más pobres.
Hay más todavía: en el 2010 el Ministerio de Educación había gastado en "Construcciones" (obras de refacción o mantenimiento en los edificios escolares, construcción de otros nuevos) apenas el 0,29 % de su presupuesto total, cifra exigua que en el 2011 empeoró aun más: los $ 19.353.130,71 (sí: poco más de 19 millones de pesos) gastados por la cartera de Rasino en ese rubro el año pasado representaron apenas el 0,23 % de su presupuesto efectivamente ejecutado; o -si quieren otra comparación ilustrativa- apenas el 17,98 % de lo que gastó en publicidad oficial el gobierno de Binner el año pasado.
Pero además están las cifras de sub ejecución presupuestaria, es decir cuando en un rubro (en éste caso obras en las escuelas) se gasta menos de lo que está previsto en el Presupuesto: en el año 2010 la cartera educativa del socialismo gastó en "Construcciones" apenas el 15,08 % de lo presupuestado; y si las cifra les parece magra (o indicativa de una gestión altamente ineficaz), peor aun fueron las cosas en el 2011, en que apenas logró gastar el 13,25 % de lo previsto para obras en Educación, y todo (hasta el último centavo) fue financiado por fondos transferidos por el gobierno nacional.
Y algo parecido sucedió con las partidas transferidas a las escuelas para gastos de funcionamiento (elementos de limpieza, material didáctico). habían sido apenas el 0,67 % del presupuesto del Ministerio de Educación en el año 2010, y descendieron aun más (al 0,58 %) el año pasado; cuando Hermes Binner (apoyado en esos números) lanzó su candidatura presidencial.
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