EL LEJANO OESTE

Hace un tiempo nosotros nos ocupamos acá del cuentito progresista del "presupuesto participativo": una trampa caza bobos para generar en los vecinos la idea de que tienen ingerencia en la administración de la cosa pública, o que pueden decidir en que se gasta el dinero de los contribuyentes; cuando la realidad es bien otra.

Sobre todo en los barrios del borde oeste de la ciudad, por lejos los más castigados por la falta de infraestructura pública y servicios adecuados (condición que el nuevo esquema de liquidación de la Tasa General de Inmuebles pretende naturalizar), y los que más sufrieron las inundaciones de 2003 y 2007.

Como es el caso de Santa Rosa de Lima y Barranquitas Oeste, respecto de los cuáles nos llegan -vía el inestimable aporte de los amigos de FM Chalet- dos testimonios cercanos y concretos.

El primero de ellos corresponde al audio de un reportaje que la gente de la radio le hiciera a Rubén Salas (acá el original en la página de la radio), un histórico dirigente barrial de Santa Rosa de Lima, en el que pasa revista a los problemas del barrio, y pone de manifiesto la absoluta falta de obras públicas encaradas por las gestiones provincial y municipal de socialistas y radicales (la única obra de envergadura, que son las cloacas, la está financiando el gobierno nacional a través del PROMEBA como se contó acá en detalle); y además denuncia que los dirigentes vecinalistas son apretados por el gobierno municipal para no denunciar públicamente las carencias y dificultades de los barrios:

      

El otro ejemplo que también nos hace llegar la gente de Chalet corresponde a Barranquitas Oeste, y es una entrevista al presidente de la vecinal, en la que cuenta lo que pasó en el barrio con las obras votadas por los vecinos en el marco del famoso Presupuesto Participativo; y acá dejamos el audio:

Historias como éstas son -lamentablemente- moneda corriente en muchos barrios de la ciudad de Santa Fe, sobre todo los de la zona oeste; que para la gestión municipal parece el Far West de las películas yanquis de vaqueros.

De hecho, nosotros nos tomamos el trabajo de analizar los números de la Cuenta de Inversión 2011 del municipio, para ver como se habían invertido los recursos del Presupuesto Participativo, con resultados desalentadores.

El Presupuesto Participativo figura en la Secretaría de Desarrollo Social, y ahí están desagregados los proyectos aprobados por cada barrio, el crédito asignado originariamente, los cambios hechos por modificaciones presupuestarias y lo efectivamente ejecutado.

El Programa (dentro del cual está el Presupuesto Participativo) es "Coordinación y Gestión de la Secretaría de Desarrollo Social", y tenía asignados el año pasado fondos por $ 8.609.896, pero ejecutó $ 7.797.592,55.

Ahora bien,de ese total $ 6.378.906,84 (o sea el 81,80 % de lo gastado en el programa) corresponde a los sueldos y gastos de funcionamiento de la Secretaría de Desarrollo Social.

El resto, o sea $ 1.418.685,71, es lo que queda para obras votadas por los vecinos. 

Dentro de éstas (que son 17 identificadas por barrio y por obra, y un crédito global original sin asignar a obra o barrio específico de 1,5 millones) hay 5 que no tenían asignado ni un centavo de fondos para hacerse, y otra (en Las Flores I, II y III) que tenía 50.000 $ y se los sacaron.

Otras 2 (entre ellas una de barrio Chalet) no tenían asignados fondos y les dieron 30.000 y 22.400 pesos respectivamente.

Lo gastado el año pasado en obras del Presupuesto Participativo representó apenas el 0,19 % de los gastos del Departamento Ejecutivo; si consideramos además los entes autárquicos (como el Safetur), la Caja de Jubilaciones y el Concejo municipal, directamente desaparecen, no existen.

En la documentación que releva los gastos municipales al 31 de mayo de éste año, directamente el Presupuesto Participativo ni aparece.

Como dijimos, un cuento progresista, pero de terror.