Esta nota de Clarín es un ejemplo de las nuevas tendencias que se están explorando en el periodismo moderno: fuentes incomprobables, pero de las que se destaca que no revelan su identidad por temor a represalias, y pese a eso, figuran en forma destacada en el título.
Análisis de opinión presentados en una sección en la que abundan las noticias, saltos en el tiempo desde la actualidad hacia el pasado, con metáforas al gusto.
Y sobre todo (y acá está la mayor novedad) sin que se sepa nunca cual es la noticia, y por qué colocaron la nota en la sección de Economía, lugar para dar datos concretos, si los hay en un diario.
Probablemente sea una variante de las palabras cruzadas o la Claringrilla, en la que los lectores deben adivinar donde está la noticia.
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