Vemos en Infobae como la asamblea de accionistas de YPF (manejada
ahora por el Estado nacional y las provincias, gracias a la expropiación del 51
% de las acciones) decidió revertir drásticamente la política seguida por la
empresa mientras estuvo controlada por Repsol.
Como el mismo artículo lo dice, desde 1999 para acá, YPF repartía
anualmentre entre el 80 y el 90 % de las utilidades anuales como dividendos
entre sus accionistas, en parte porque tanto Repsol como el grupo Eskenazi
ingresaron como accionistas a la petrolera contrayendo deudas con bancos que
les financiaron las operaciones (a Repsol, la OPA para comprar el 99,99% de las
acciones durante el menemismo, a Eskenazi el 25,46 % en dos tramos desde el
2008); y en otra buena parte -sobre todo en el caso de los españoles- para
financiar operaciones del grupo en otros lugares del mundo, y para remitir
capitales demandados en una Europa en crisis.
Lo que revela el carácter estratégico de la decisión impulsada por
Cristina, porque además de ayudar a disminuir la vulnerabilidad del sector
externo de nuestra economía por el lado de la importación de combustibles, en
un plano más inmediato apunta a limitar la salida de divisas del país por la
distribución de utilidades de las empresas con accionistas en el extranjero; algo explicado en su momento acá.
Con la decisión de ayer, el 95 % de las utilidades producidas en
YPF durante el último ejercicio (al tipo de cambio oficial, 1264 millones de
dólares) serán invertidas en el plan de inversiones lanzado por Cristina y
Galluccio hace poco, para incrementar la producción y disminuir las
importaciones de combustible.
Corresponde en esta instancia reiterar lo dicho en su momento al analizar el planteo de los
gobernadores de las provincias no petroleras (recordar que entre ellos estaba
nada menos que Scioli) de participar con acciones en YPF:
"Utilidades,
dijimos, y ahí está el carozo del problema con el planteo de Scioli, Bonfatti y
los demás gobernadores de las provincias que no integran la OFEPHI.
Supongamos que
esas provincias tienen recursos propios que aportar para el financiamiento de
YPF, la pregunta que hay que hacerse (en un marco de estrecheces fiscales que
atraviesan varias, como Santa Fe y Buenos Aires), es por qué lo harían, y la
respuesta es sencilla: para participar de la distribución de las utilidades que
genere YPF, y obtener por ese lado un desahogo financiero.
Y allí está el
problema: a la situación de deterioro de la produccción de petróleo en el
país y el consecuente aumento exponencial de la necesidad de importar
combustibles se llegó -como bien lo explicó Cristina al anunciar el envío de la
expropiación al Congreso- por la política de distribución de dividendos seguida
durante años por Repsol y sus socios en YPF (como el Grupo Eskenazi): un
promedio superior al 90 % de las utilidades anuales de la empresa, durante
varios años; lo que implicó disminuir drásticamente la inversión.
Por eso lo que
YPF necesitará en lo inmediato son inversiones, y no nuevos socios (como
podrían ser estas otras provincias que reclaman) preocupados por obtener
rápidamente utilidades: Bonfatti por ejemplo, blanqueó de inmediato que ésa es
su intención al reclamar participar de la empresa.
Es más: De
Vido y Kicillof ya dijeron claramente (al asumir la intervención de YPF) que
éste año la empresa no distribuirá utilidades y destinará toda la rentabilidad
que obtenga, a incrementar la inversión.
Por esa razón
el pedido de los demás gobernadores de participar de la empresa, sólo puede ser
atendido en la medida en que acepten (como lo hicieron los de las provincias
petroleras en su momento) alinearse con esa estrategia de la Casa Rosada, al
menos hasta que el país alcance el autoabastecimiento, o por lo menos reduzca
sustancialmente las importaciones de combustible.".
Pero hay más: hace poquito nosotros cuestionábamos acá el inverosímil planteo de Repsol en
tribunales de los EEUU (acompañando a un fondo inversor yanqui que compró
acciones de YPF en la Bolsa neoyorquina), apuntando a que el Estado no pudiera
ejercer los derechos políticos (imponer su decisión en las asambleas) derivados
de contar con el 51 % de las acciones, porque no informaba a la SEC (el órgano
de control de las sociedades que cotizan en bolsas de los EEUU) la política de
dividendos para los accionistas.
Está claro ahora que estaba preparando el aterrizaje de ésta
noticia entre los inversores a los que convención de que compren acciones, y
sus propios accionistas; tanto como que el planteo era undisparate porque (como
dijimos entonces) la SEC "facultades para tomar ingerencia en el gobierno de una
sociedad constituida fuera de los EEUU, más específicamente en la Argentina
(como YPF S.A.), y por ende regida por las leyes argentinas, especialmente la
Ley 19.550 de sociedades comerciales.
Por eso es en la Argentina
dónde se celebró hace poco la asamblea de accionistas de YPF S.A. para renovar
el directorio, y donde se celebrará dentro de poco la asamblea general
ordinaria para considerar la memoria y balance, y decidir en su caso que se
hace con las utilidades de la sociedad: si se las distribuye entre los
accionistas, o se destinan a la reinversión." .
Elisa María Evelina CARRIO se vá a poner furiosa, y el diputado mongo del PRO también. ¿Qué es esto de confiscar los dineros de otros?. Habráse visto gobierno más autoritario...
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