lunes, 2 de julio de 2012

A TODOS LOS HOMBRES DEL MUNDO DE BUENA VOLUNTAD QUE QUIERAN PISAR EL SUELO ARGENTINO


Los resultados del Censo Nacional 2010 no mienten: estamos cada vez más llenos de inmigrantes extranjeros de países pobres, que vienen a jodernos la vida.

Clarín por supuesto trata de minimizar el hecho (que aumente la población extranjera en el país, algo que no se verificaba desde el censo de 1914), desvinculándolo por completo (con el imprescindible recurso de "la opinión de los expertos") del prolongado ciclo de crecimiento económico y mejora de los indicadores sociales que transita la Argentina desde el 2003: los extranjeros vendrían algo así como a hacer turismo, y renuevan el hotel por años, digamos.

Sin embargo la propia opinión de los interesados relevada para la nota, marca claramente como son las cosas: aunque parezca obvio decirlo, se emigra buscando mejores posibilidades de vida, y se rumbea para donde esas mejores condiciones están garantizadas, o son más accesibles.

Y en ese sentido la Argentina ("una mina de oro para el migrante", como la caracteriza uno de los entrevistados) puede exhibir una larga tradición de hospitalidad para los extranjeros, que convive también con extendidos bolsones de xenofobia y racismo, bien que dirigidos a ciertos colectivos provenientes de otros países.

Racismo que es alimentado desde la propia Constitución nacional, generosa en su preámbulo y restrictiva en su tristemente célebre artículo 25 (inexplicablemente intocado en la reforma del 94'), que impone al gobierno fomentar exclusivamente la inmigración europea: se juntan en su texto las "Bases" de Alberdi con "Conflicto y armonía de las razas en América" de Sarmiento, dejando de lado la polémica de las "Cartas quillotanas" para ponerles juntos el hombro al intento de inculturación humana de la Argentina.

Y que ha formateado durante más de 150 años a generaciones de argentinos desde la educación y la prensa, y si no vean los comentarios de los lectores de Clarín al artículo:      


Ignorancia, prejuicios, lugares comunes, repetidos por gente que con toda seguridad (basta repasar la nómina de los "comentaristas destacados") participa activamente de los cacerolazos o acompaña las protestas, reclamándole al gobierno diálogo y consenso. o bajar los niveles de crispación.

Aunque a lo mejor ahora queda claro que querían decir los carteles aquéllos de "Cristina, devuélvannos el país": no se lo regalen a los paraguayos, peruanos y bolivianos.

1 comentario:

  1. Vea, Alberto, en los USA están mucho más adelantados que nosotros. "No a los que vienen a robar y atraficar" allá no es una consigna, es una política: cuando entrás te preguntan si venís a robar, a traficar o a atentar contra la vida del presidente.

    ¿Ve? Así se hace en los países serios. Y casi nunca falla, vea: apenas si tres o cuatro errores en tantos años. Eso sí, los errores aprendieron a pilotear aviones...

    Marcelo, el gaucho

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