O el club de fans del abogado Maldonado va creciendo, sobre todo ahora que empomó a uno del PRO, más específicamente su ex candidato a gobernador por Entre Ríos en el 2007.
Otro pobre crédulo sorprendido en su buena fe mientras intentaba cometer un delito, o sea, comrpar dólares en el mercado negro y (obviamente) sin tener que pasar por los molestos trámites de la AFIP que implican ponéle tener que declarar lo que uno gana, o de dónde saca la plata para comprar dólares; como se explicó acá.
En el caso del amigo Addy (todo un nombre PRO si los hay) el ardid fue distinto: el estafador le dijo que los dólares los iba a aportar un exportador que tenía que liquidar divisas: alguien tendría que haberle explicado al presunto estafado (si es que no lo sabía) que ese presunto estafador también estaría violando de ese modo el régimen penal cambiario de la Ley 19.359, al liquidar las divisas por fuera de los bancos y entidades autorizadas por el BCRA a operar en el mercado de cambios.
Lo que sigue sorprendiendo es el bill de indemnidad que los medios le dan a la operatoria que -para reiterar lo dicho, en éste caso con otra analogía- es como jugar a la quiniela clandestina, e ir a reclamar a la justicia porque el levantador no nos pagó el premio.
Y lo más llamativo es que el dirigente del PRO señale (al menos dos veces) que nada lo hacía sospechar de Maldonado, porque lo conocía de la Universidad.
Aviváte Addy, ¿acaso Mauricio o Cavallo no pasaron también por las universidades, por citar sólo dos casos?
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