Hace poco contábamos acá como socialismo que gobierna la municipalidad de Rosario apelaba a la misma excusa del macrismo que gobierna la CABA para justificar su inoperancia para hacer obras públicas: para hacerlas tienen que endeudarse, y la culpa es de la Nación, que no los autoriza.
Ahora tenemos que la gestión municipal de Corral se prende a la movida, y vemos acá como apela al mismo argumento en relación con las obras de pavimentación en Candiotti Sur, y la multipublicitada peatonalización de San Martín Norte.
En la nota se dicen un par de pavadas importantes, como que la Ley de Responsabilidad Fiscal 25.917 (por la que se envió el pedido de autorización para el endeudamiento al Ministerio de Economía de la Nación), es un resabio de la Convertibilidad de los tiempos de Cavallo.
Difícil, porque esa ley fue dictada en el 2004, durante el gobierno de Néstor Kirchner y a inspiración de Roberto Lavagna que era por entonces su ministro de Economía; y rige en la Nación, las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, sólo en la medida que adhirieran, lo que Santa Fe hizo en el 2005 (gobierno de Obeid) por la Ley 12.402.
Y esa ley provincial invitaba por su artículo 2 a los municipios y comunas a adherir a la norma dictando la ordenanza respectiva; o sea que si a Corral lo jode la ley de responsabilidad fiscal, manda un proyecto al Concejo para dejar sin efecto la adhesión, lo hace votar por sus concejales, y listo.
Que mal no le vendría, porque la deuda de la Municipalidad de Santa Fe no ha parado de crecer bajo la administración radical; tanto que era de $ 146.764.363,60 en diciembre del 2009, y subió a $ 253.721.307,61 cuando Barletta dejó el gobierno a fines del año pasado: un aumento del 72,87 % en apenas dos años.
A lo que hay que añadir que es un completo disparate endeudarse con el sistema financiero (aunque el monto del préstamo sea menor) para financiar obras que la propia gestión municipal planteó en parte costeadas por contribución por mejoras, con el argumento "nosotros las pagamos con Rentas Generales para arrancar las obras, hasta que los vecinos empiecen a pagar la contribución por mejoras, y ahora tenemos que devolver a Rentas Generales lo que usamos, por eso pedimos el préstamo bancario".
Un ejemplo de la sana administración progresista, a la que -como demostramos acá- no le faltan recursos genuinos para financiar las obras públicas; recursos como la Tasa General de Inmuebles que ésta gestión se encargó de acrecentar con aumentos que no fueron menores.
Y del modo de gestionar la ciudad por el radicalismo, que plantea endeudar al municipio en casi 10 millones de pesos para financiar obras claramente no prioritarias (como la peatonalización de San Martín Norte) en una ciudad donde hay barrios sin asfalto, cloacas ni agua potable, ni recolección de residuos ni servicio de transporte público; y que se ejecutan en lugares del centro de la ciudad donde los vecinos pueden costearlas, si les interesan.
En todo caso sumando ambos elementos (capacidad de financiación y prioridades de obras de cara a las necesidades de la ciudad), que se financien por contribución por mejoras, y se hagan al ritmo al que la gente que las usufructuará como frentistas (valorizando sus propiedades) las puedan pagar.
Y mientras tanto que la municipalidad ponga los recursos que tiene disponibles para hacer las obras donde verdaderamente hace falta, sin incrementar la ya abultada deuda que dejó Barletta, y sin echarle la culpa al gobierno nacional porque no lo deja ser más irresponsable en la administración de sus finanzas.
Porque reparemos además que el monto por el cual Corral pide endeudarse (9,8 millones de pesos) es casi la misma cantidad de dinero (o más) que dejó de invertir su gestión en las obras (prometidas y no concretadas) del famoso Presupuesto Participativo.
Lo que implica que el radicalismo gobernante en el municipio ahorraría no haciendo obras votadas por los propios vecinos en los barrios más postergados de la ciudad, para poder pagar el costo del endeudamiento que piensa tomar con bancos (tampoco se sabe porque el Credicoop y no otro, si se licitó o no el préstamo) para financiar otras en el centro y macrocentro, donde los vecinos las pueden pagar.
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