A ver hagamos una prueba: saquemos de la columna de Aguinis a la que corresponde la imagen (el original acá) todas las adjetivaciones, calificativos despectivos, atribución de propósitos maléficos e insultos de todo pelo dirigidos a Néstor Kirchner, a Cristina, al oficialismo nacional, sus funcionarios, sus militantes y sus votantes (más o menos lo subrayado por nosotros).
Lo que nos quedaría sería (en teoría) la argumentación política de alguien autotitulado intelectual (y reconocido en muchos ámbitos como tal) para analizar o explicar los últimos diez años mas o menos, de la política argentina.
¿Hicieron la prueba?
Bien, ahí tienen un ejemplo práctico de lo que entiende la derecha argentina por diálogo, consenso, pluralismo, respeto, tolerancia por la diversidad y necesidad de afianzar el debate democrático.
Con perlas como que Kirchner cuando asumió cabeceó a propósito la cámara del fotógrafo que lo lastimó, y que las Juventudes Hitlerianas eran mejores que los "paramilitares" kirchneristas, la Tupac Amaru, la Cámpora o el Movimiento Evita, que -según Aguinis- sólo se mueven por guita; o comparar el tema de los fondos de Santa Cruz con el ocultamiento del cadáver de Evita.
Y conste que hicimos un enorme esfuerzo para llegar hasta el final del post sin decir que Aguinis es un reverendo hijo de puta, sorete mal cagado y forro pelotudazo jubilado de privilegio que la tiene adentro; porque nosotros no queremos que se cumpla el pronóstico que él mismo hace en la nota sobre lo que haríamos los blogueros K al leerla.
Ese viejo idiota, sinvergüenza, soretazo, dijo en televisión -por ejemplo- que Israel no quería bombardear objetivos civiles en Palestina, pero los "terroristas" se escondían en hospitales y escuelas deliberadamente, para que Israel no tuviera más remedio que matar a los niños que estban allí...Aguinis, sorete, ¿quién te escribió "la gesta del marrano"?
ResponderEliminarPara la memoria. De otro (sicario) que escribe - a sueldo -
ResponderEliminarExtraido de: Muerto en vida
(Una tarde con Sergio Schoklender)
Por: Martín Caparrós - 16 de diciembre de 2011
Dice, reflexivo, y le digo que más me sorprendió que, en su libro, cuente cómo,
en los años noventas, cuando se quedaban sin plata para pagar el funcionamiento
de las Madres, “salían a recaudar”:
–Sí, cuando teníamos que salir a recaudar, salíamos a recaudar como en los viejos tiempos.
Dice, marcando las palabras, con un amago de sonrisa.
–¿Qué querés decir? ¿Cómo eran los viejos tiempos?
–Y, choreo. En negocios, en supermercados más bien. Tratábamos de que fuesen lugares que
representaran más la concentración oligárquica, no la farmacia de la esquina.
–Pero nunca firmaron sus acciones.
–No, no. No, porque era temprano.
–¿Temprano?
–Sí, era temprano para que saliera a la luz una organización que no tenía un referente político todavía.
–A mí me impresionó leer que habías escrito eso. ¿Te imaginás los títulos de mañana o pasado:
“Las Madres de Plaza de Mayo se financiaban con plata de asaltos a mano armada”?
–Pero es verdad.
Dice Sergio Schoklender, como si eso fuera todo y, por un momento, tiene una rara candidez en la mirada.
Este tipo esta re-loco; es muy peligroso lo que escribe.
ResponderEliminarRealmente no puedo creer tanto desprecio para con el pueblo.
Pensar que muchos hijos de putas piensan como el.