domingo, 2 de septiembre de 2012

MARCHE UN JAURETCHE PARA PAGNI


A muchos podría sorprenderles que nada menos que Pagni y desde las páginas de la tribuna de doctrina reivindique a Raúl Prebisch, el mentor intelectual de muchos economistas argentinos heterodoxos (como el mismísimo Aldo Ferrer),  uno de los más grandes difusores de la obra de Keynes, y fundador de la escuela cepaliana.

Sin embargo Pagni no elige al azar, sino específicamente un momento de la obra de Prebisch, que es cuando regresó al país (estaba en Chile en la CEPAL, justamente) para colaborar con el gobierno de la Revolución Libertadora que acaba de derrocar a Perón, y realizó un crítico informe sobre la situación de la economía del país en 1955, del cual él extrae la cita y la trasopla al presente; para demostrar que los vicios que acarrea el populismo son endémicos y conocidos; lo que en un punto acrecentaría la irracionalidad de perseverar en políticas que ya habrían fracasado.

Además de señalar que exactamente la misma conclusión se podría sacar respecto a la insistencia en aplicar políticas económicas neoliberales sustentadas en las premisas teóricas de los economistas clásicos (como aquéllas por las que aboga Pagni, y desde las columnas de La Nación se plantean a diario como las únicas racionales), hay que decir que el texto del cual Pagni extrajo su cita fue el famoso "Informe preliminar" presentado por Prebisch a Lonadir en octubre del 55', que quizás fue su único involucramiento concreto con la política activa en el país, además de su colaboración con Federico Pinedo en la década del 30', desde su cargo en el Banco Central (creado por entonces, en 1935); en la elaboración del famoso "Plan de Reactivación Económica" discutido en el Congreso en 1940.

En el "Informe" Prebisch describía a la situación económica del país al caer Perón como sumida en una profunda crisis, y algo más: como la peor crisis de su historia, más incluso que las de 1873 y 1890 (la que se llevó puesto al gobierno de Juárez Celman, y provocó el surgimiento del radicalismo), y que la mega crisis internacional de 1929/30; que fue el telón de fondo de la caída de Yrigoyen.

Claro que tan oscuro panorama era falso, y Prebisch lo sabía: más allá de los problemas estructurales que tenía la economía del país, su estructura estaba diversificada y en crecimiento, completando la transición hacia un modelo de desarrollo industrial por sustitución de importaciones, con innegables mejoras sociales y en el nivel de vida de la población.

El propósito del "Informe" era otro: desacreditar a la experiencia peronista, para generar clima necesario para aplicar políticas clásicas (lejanas del keynesianismo del economista), que transfirieran de regreso a los sectores tradicionales del poder económico en la Argentina, aquéloos beneficios que el peronismo les había sacado, para que los gozaran los trabajadores.

Arturo Jauretche lo comprendió de inmediato, y en el mismo momento en que el "Informe" era conocido, publicó un trabajo titulado "El Plan Prebisch, retorno al coloniaje", en el que decía cosas como éstas:

"El plan Prebisch significará la transferencia de una parte sustancial de nuestra riqueza y de nuestra renta hacia las tierras de ultramar. Los argentinos reduciremos el consumo, en virtud de la elevación del costo de vida y del auge de la desocupación. De esta manera, no solamente aumentarán nuestros saldos exportables, sino que serán más baratos, lo que será aprovechado por el consumidor extranjero que ensanchará su cinturón a medida que nosotros lo vayamos achicando."

"La mayor parte de nuestra industria, que se sustentaba en el fuerte poder de compra de las masas populares, no tardará en entrar en liquidación. Los argentinos apenas si tendremos para pagarnos la comida todos los días. Y cuando las industrias se liquiden y comience la desocupación, entonces habrá muchos que no tendrán ni para pagarse esa comida. Será el momento de la crisis deliberada y conscientemente provocada..."

“(...) Mientras tanto, nos iremos hipotecando con el fin de permitir que falsos inversores de capital pueden remitir sus beneficios al exterior. Y como nuestra balanza de pagos será deficitaria, en razón de la caída de nuestros precios y de la carga de las remesas al exterior, no habrá entonces más remedio que contraer nuevas deudas e hipotecar definitivamente nuestro porvenir. Llegará entonces el momento de afrontar las dificultades mediante la enajenación de nuestros propios bienes, como los ferrocarriles, la flota o las usinas. Poco a poco se irá reconstruyendo el estatuto del coloniaje, reduciendo a nuestro pueblo a la miseria, frustrando los grandes ideales nacionales y humillándonos en las condiciones de país satélite..."

Prebisch no llegó a ser funcionario de Lonadir,  que dejaría poco después el poder desplazado por Aramburu, pero sin embargo en enero de 1956 presentó como propuesta un conjunto de medida que la dictadura (que en meses fusilaría a Valle y otros que la resistían) debía aplicar, a saber:
  • Aumento salarial del 10%;
  • reducción de personal, gastos de funcionamiento y obras públicas del Estado;
  • privatización de empresas estatales ineficientes, como Aerolíneas Argentinas;
  • devaluación del peso y liberación del mercado de cambios;
  • aumento de impuestos y del control de la evasión fiscal;
  • fomento de la producción agropecuaria;
  • actualización de las tecnologías agropecuarias mediante la creación del INTA;
  • inversión en la industria petrolera y construcción de oleoductos;
  • promoción de la industria siderúrgica;
  • promoción de las inversiones extranjeras, salvo en la industria petrolera;
  • ingreso al Fondo Monetario Internacional.
No mencionó la necesidad de desnacionalizar el Banco Central (para que perdiera la titularidad de todos los depósitos bancarios, y volviera a ser como en su creación: colonizado por la banca privada), ni la disolución del IAPI, para que el Estado perdiera el control del comercio exterior a mano de los grandes consorcios exportadores privados, pero no hizo falta: los intereses económicos que estaban detrás del golpe se encargaron de que esas medidas se adoptaran de inmediato; lo mismo que el ingreso de la Argentina al FMI, que se concretó a mediados de ese mismo año 1956.

Comparemos ahora la descripción que entonces hizo Prebisch de la economía del país (sabido el contexto político en el que dio a luz su “Informe”), con las medidas que propuso para resolverla y las que se terminaron adoptando; con lo que está pasando hoy en el país, y lo que vino pasando en materia económica desde el 2003 (sobre todo con las empresas estatales, el FMI, el control de la comercialización agropecuaria, la captación de la renta agraria diferencial y el manejo del BCRA); y tendremos más en claro las razones de la cita de Pagni.

Está marcando la misma hoja de ruta que marcaba Prebisch en 1955, y más aun: la que terminaron ejecutando sus mandantes en el gobierno, más allá de sus consejos.

A punto tal que -andando los años- era el propio Prebisch el que omitía escrupulosamente su paso por la Argentina en aquéllos agitados meses del post peronismo, cuando repasaba su propia trayectoria.

Acaso porque tenía claro que Jaurertche había tenido razón.

2 comentarios:

  1. Rqaúl Prebisch (director ejecutivo de la CEPAL) en agosto de 1955 había hecho referencia a la rápida recuperación de la industria argentina en 1954, que había posibilitado el aumento de sueldos y generado una intensa demanda de bienes de consumo y nivel de producción. Convocado, en octubre de ese mismo año por la revolución fusiladora, elaboró el informe que cita Pagni. Lo que pasa es que Pagni cuando vade compras utiliza el manual del comprador escrito por el almacenero. Vamos muchach@s de Nestornautas, muy bueno el blog, sigan evitando que, muerto el zonzo viejo nos deje muchas zonzas y zonzos "preñados"!

    ResponderEliminar
  2. Es verdad Mónica, y desde la CEPAL en 1949 y años siguientes elogiaba el desempeño económico del país, de ahí que Jauretche en su libro dudaba que hubiera sido él el verdadero autor del "Informe". Gracias por los elogios y por pasar.

    ResponderEliminar