Hoy temprano analizábamos acá el conflicto desatado en las fuerzas de seguridad nacionales, por la implementación del decreto de Cristina que introduce cambios en las escalas salariales: nos remitimos a lo dicho en su totalidad.
Pasada buena parte del día la situación tiende a agravarse, porque pese a los anuncios del gobierno de liquidar los sueldos de idéntico modo al del mes anterior, la protesta sigue (y se extiende incluso a sectores de las Fuerzas Armadas;, y las autoridades máximas de Gendarmería y Prefectura han presentado las renuncias, mientras que desde la Jefatura de Gabinete se deslizó que existen liquidaciones erróneas de haberes (hechas en las propias fuerzas) que contradicen el sentido del decreto, y dispararon la protesta.
En el Congreso de la Nación, y a instancias del presidente del bloque de diputados del Frente Para La Victoria Agustín Rossi, oficialismo y oposición (al menos algunos de sus representantes) firmaron ésta declaración al respecto, instando a canalizar el conflicto por las vías democráticas y de subordinación a las autoridades legalmente constituidas:
No deja de ser destacable el gesto de referentes opositores (algunos incluso fuertemente críticos del gobierno), que contrasta por ejemplo con la actitud asumida por los senadores del radicalismo, que se negaron a suscribir uno de contenido similar en el Senado; pero por otro lado tampoco deja de preocupar: el sólo hecho de que se haya creído necesario efectuar un pronunciamiento institucional en ese sentido, marca a las claras que por detrás de un simple conflicto salarial, se mueven otros intereses.
En la misma línea se pronunciaron Unidos y Organizados, como podemos ver acá en la página del Frente Transversal Nacional y Popular.; y otros referentes del kirchnerismo como el "Chino" Navarro del Movimiento Evita, Luis D'Elía y Hugo Yasky; acá el detalle en la pàgina del Evita.
Como no podía ser de otro modo, Abuelas de Plaza de Mayo, Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, H.I.J.O.S., Familiares y el CELS alertaron sobre el oportunismo de los sectores desestabilizadores que intentan montarse en el reclamo; y en el mismo sentido se había pronunciado ya Hebe de Bonafini por la Asociación Madres de Plaza de Mayo.
Y por último el gobierno acaba de anunciar el relevo de las cúpulas de la Prefectura y la Gendarmería, con el pase a retiro de más de 20 oficiales superiores de ambas fuerzas: una medida coherente con el ejercicio pleno de la autoridad que deriva del amplio mandato popular recibido el 23 de octubre pasado, y que va en la línea con las que siempre tomara el kirchnerismo en éstos casos.
Esa es la apretada síntesis de los hechos más relevantes a esta hora, cuando todavía los prefectos y gendarmes siguen reclamando, e intentando circunscribir su reclamo a lo estrictamente salarial.
Sin embargo, el episodio (no saldado aun del todo) nos retrotrae a los argentinos a lo peor de nuestro pasado, y cuando éstas cosas pasan y están involucrados aquéllos en los que depositamos el uso de las armas para ejercer el monopolio legal de la fuerza que detenta el Estado, es inevitable sentir inquietud.
Porque el conflicto disparó los reflejos de buena parte de la sociedad y las instituciones en defensa de la democracia, del mismo modo que activó una fuerte corriente de pensamiento destituyente y golpista, que hace tiempo está instalada en esa misma sociedad; compuesta por gente que no se siente contenida no ya por la propuesta política del gobierno (lo que sería perfectamente legítimo), sino por las reglas de juego de la democracia, y por el respeto por la voluntad popular.
Basta recorrer la cobertura que los medios han hecho del tema, o darse una vuelta por las redes sociales, para advertir claramente quiénes son los que plantean (cada vez con menor disimulo) sus sueños golpistas, y quienes son los pescadores a río revuelto que intentan llevar agua para sus propios molinos, acostumbrados como están a medrar en la defensa de sus intereses con las situaciones de excepcionalidad y zozobra de las instituciones.
O los que creen que es lo mismo un paro de las fuerzas de seguridad que el de los canillitas, e intentan acumular para saldar a su favor alguna que otra interna o internita sindical.
Y por más que se intente encapsular la cuestión a una discusión puramente salarial, no hay que ser ingenuos: como los personajes de Pirandello que buscaban un autor, el pensamiento destituyente que anida en buena parte de la sociedad argentina(afortunadamente no la mayoría) y se muestra cada vez más ansioso por pasar al acto, busca desesperadamente el conflicto que encienda la chispa; sin importar demasiado si es porque no pueden comprar dólares, o porque a los gendarmes y los prefectos les descontaron parte del sueldo.
Como tampoco hay que ser demasiado perspicaces como para entender que no es casual que estas cosas pasen (como el paro de los camioneros de la rama de combustibles) cuando Cristina no estaba en el país.
Sin paranoias entonces, pero con atenta vigilancia de lo que pasa, y sin desconocerle a nadie el derecho a protestar o reclamar por lo que cree justo (al fin y al cabo eso es la democracia, aunque nos digan todo el tiempo que viven en una dictadura); del mismo modo que reclamamos para nosotros el derecho a defender al gobierno que votamos (junto con el 54 % de los argentinos), y a que ese gobierno aplique el programa por el cual lo votamos, y lo votaron.
Ni más ni menos que lo que dijo Cristina con claridad hace poco, al poner a Martín Sabatella al frente de la AFSCA; como bien lo señalaba acá Gerardo Fernández.
En TN están a punto de estallar en un orgasmo.
ResponderEliminarAgradezco el minuto a minuto que el blog refleja de lo que acontece, que hace que dándonos una vuelta dos o tres veces en el día por la página actualicemos el último minuto de lo importante que está pasando. Porque es claro que el gobierno es destinatario de una fuerte movida destituyente. Las razones: algunos las ven en las grandes transformaciones del país y en el activismo de los que relegaron privilegios injustos, yo creo que existe una razón más concreta, pequeña pero no menos importante para sus actores, miserable: los que con Clarín articularon la acumulación de beneficios en desmedro del conjunto ven como su negocio de partida, el que les abrió todos los otros, está jaqueado por la implementación de la ley de medios, y de cara al 7D, ante la ausencia de una referencia opositora consistente que le dé mascarada política a su oposición al CFK, se agarran de cualquier situación para desestabilizar, porque se les cae el negocio, que es su poder, hoy ya no tan importante para esos garcas carcamanes por la guita, que ya la hicieron y la juntaron con pala, sino por el miedo que los juicios de la memoria les lleguen también a ellos, examinando todo lo que por guita fueron capaces de callar cuando sabían, que hicieron cuando les convenía. Por eso acierta el artículo: sin paranoias pero vigilantes. El agradecimiento del comienzo tiene que ver con las alarma que brinda los análisis políticos del blog. Saludos.
ResponderEliminarOjalá los reaccionarios melancolicos de los golpes que fogonean esta situación, tengan la inteligencia de no pasarse de vivos, porque sino, se van a llevar una sorpresa.
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