domingo, 2 de diciembre de 2012

DESPEDIDAS Y SEPARACIONES


A menos de 48 horas de la rotunda desmentida de Antonio Bonfatti ante la requisitoria periodistica, Leticia Mengarelli dejó de ser la ministra de Educación de su gabinete; poniendo punto final a una gestión por lo menos gris, signada por los conflictos a los que no supo dar cauce de solución, sino más bien lo contrario: con frecuencia el sumario a docentes y personal directivo y de servicios de las escuelas pareció ser su única respuesta conocida, o el ninguneo a los reclamos de las comunidades educativas, como sucedió con el prolongado conflicto de las escuelas técnicas provinciales que resistían la reforma curricular.

Los medios porteños (sin fisuras al respecto entre oficialista u opositores) se apresuraron a vincular la salida de la ministra con el episodio del video de la escuela de Los Amores, en el norte provincial; en el que los chicos parodiaban la obsesión compulsiva de los cacerolos por comprar dólares; una interpretación parcial, errónea y benevolente de las causas de su despido.

Porque justamente la pronta reacción de Mengarelli amenazando con medidas al maestro que gestó el video y al director de la escuela que salió en su defensa (al igual que el presidente comunal del pueblo, radical para más datos), tuvo desde el inicio el respaldo de Bonfatti: de hecho, en el fondo no difería demasiado de la actitud que adoptó la propia ministra (con el pleno acuerdo del gobernador) cuando el socialismo casi igualó al PRO y su 0800, para denunciar la presunta intromisión de la Cámpora en las escuelas.

Las causas del cese de Mengarelli fueron otras, pero vinculadas al mismo estilo de gestión: el sumario ordenado a un prestigioso profesor de la enseñanza técnica por cuestionar la reforma curricular del sector, la negativa a dialogar con los alumnos, docentes y padres de las escuelas de esa modalidad durante todo el tiempo que protagonizaron tomas en rechazo a las políticas oficiales, y lo propio con el personal de la cocina centralizada de Granadero Baigorria que denunciaba el desastroso estado de la infraestrucura del lugar; por citar los casos más conocidos. 

Por no decir que las denuncias por persecución política contra docentes (un sello de la gestión de su antecesora y hoy diputada del FAP, Elida Rasino) se multiplicaron exponencialmente; y que descontó días de paro por huelga a los maestros, y luego debio dar marcha atrás a pedido de Bonfatti.

El propio maestro de Los Amores que organizó la representación teatral de los chicos  documentó en otro video el lamentable estado de una de las escuelas de la localidad, poco más que una tapera; claro que sin tener en ese caso la repercusión mediática de la parodia del cacerolismo: apenas un ejemplo del escaso interés por la infraestructura educativa de un gobierno que, en cinco años de gestión, construyó apenas una escuela nueva, íntegramente pagada con fondos nacionales, para más datos. 

Mengarelli acumuló conflictos causados por los baches de su gestión (como el virtual abandono de la cocina centralizada de Rosario, o la polémica reforma del secundario en la enseñanza de Historia), que nunca supo encauzar; hasta un punto en que para Bonfatti sostenerla se tornaba un costo político  demasiado alto: es probable incluso que, si el escándalo Tognoli lo hubiese permitido, su despido hubiera sido anterior. 

Y hablando del escándalo Tognoli, Mengarelli es la segunda ministra del gabinete del gobernador que deja su cargo a menos de un año de comenzada la gestión, siendo el anterior Leandro Corti; el anterior ministro de Seguridad, que fue eyectado del sillón antes del narcoescándalo: en ambos casos Bonfatti apostó para el reclamo a figuras sin demasiados antecedentes en las áreas que quedaban vacantes (Lamberto en Seguridad, la ex Decana de Bioquímica de la UNR en Educación), pero con larga militancia en el socialismo y cargos en la moemenclatura partidaria: una apuesta a la confiabilidad política, pero también una confesión de las estrecheces del oficialismo provincial, que suele jactarse de su disponibilidad de cuadros políticos para ocupar las áreas del Estado.

En la semana que termina la seguridad volvió a traerle dolores de cabeza a Bonfatti: un nuevo jefe policial proveniente de Drogas Peligrosas (el titular de Delitos Complejos de la Unidad Regional XV) está en problemas con la justicia por vínculos con el narcotráfico; y la investigación demostró que, en complicidad con un conocido narco, "armó" un video con el que pretendía comprometer a Norma Castaño, la titular de una ONG de madres de víctimas de la adicción que denunció reiteradas veces al ex jefe Tognoli y a la cúpula policial de Drogas peligrosas.

Lo curioso del caso es que el video fue hecho circular profusamente por comunicadores para-oficiales del socialismo para desacreditar a Castaño en medio del escándalo Tognoli; y que la propia mujer denunció en la semana que el gobierno provincial suspendió el pago del subsidio que mensualmente otorgaba a su organización, tras sus denuncias contra Tognoli: un espejo de las reacciones de la ex ministra Mengarelli contra los reclamos y críticas a su gesión, pero también una política del socialismo que parece demasiado frecuente para ser casual o azarosa, y demasiado inconsistente con las apelaciones de Binner al diálogo y el consenso, o con las epidermis sensibilizadas por las acusaciones de narcosocialismo de la dirigencia del partido de la rosa.          

El fin de la semana trajo también el del mes de noviembre, y el del período ordinario de sesiones de la Legislatura; y dentro de la catarata de proyectos que usualmente se aprueban en esa ocasión, sobresale políticamente el que impulsaron los bloques legislativos del PJ santafesino para que las elecciones provinciales del año que viene (donde se elegirán presidentes comunales y se renovará la mitad de los consejos deliberantes de los municipios) sean desdobladas de las nacionales; y se convoquen antes.

El Senado le dio sanción definitiva al proyecto que venía de Diputados, y al igual que allí, sólo con el voto del peronismo; aunque sin la concurrencia de los senadores del gobernante Frente Progresista Cívico y Social al quórum especial requerido para el tratamiento sobre tablas, nunca hubiese podido prosperar: un dato políticamente no menor.

Es evidente que el impulso dado al proyecto por los distintos sectores del PJ provincial apunta a despegarse de una elección nacional que intuyen difícil para el peronsimo santafesino; tratando de salvar la ropa en sus respectivos distritos, la misma estrategia que se reveló ineficaz en las elecciones del 2011.

Pero en el oficialismo provincial las cosas no son más claras: el desdoblamiento tuvo su origen en un proyecto del obeidista Mario Lacava en Diputados, con el pretexto de salvar el sistema electoral de boleta única estrenado el año pasado (si las elecciones van juntas, habría que aplicar el sistema nacional); por lo que hay quienes sospechan que Bonfatti se opone a él para poder dejarlo disimuladamente de lado, sin pagar el costo político de la incoherencia.

La razón es sencilla; en elecciones conjuntas y con el sistema tradicional, la especulación del socialismo es que la candidatura de Binner a diputado nacional arrastrará hacia abajo a sus candidatos locales, y podrán medir fuerzas con los radicales en condiciones más ventajosas: desde la Casa Gris se viene diciendo que están pagando por la alianza con la UCR, más de lo que ésta realmente aporta en términos electorales.

El vicegobernador Henn se apresuró a anticipar que Bonfatti vetará lo sancionado por la Legislatura no por diferencias conceptuales (desde el FPCyS, cuando era oposición al peronismo, siempre se sostuvo que las elecciones provinciales debían ir separadas de las nacionales), sino para salvaguardar los atributos constitucionales del gobernador para convocar a elecciones: curiosamente el mismo argumentó que utilizó Bonfatti para vetar casi en su totalidad la ley de emergencia en seguridad sancionada hace poco por la Legislatura.

Y hablando de radicales e incoherencias entre lo que se dice y lo que se hace: esta semana convergió en Santa Fe la plana mayor de la UCR nacional en apoyo a la candidatura de Barletta a diputado nacional; con durísimas críticas al gobierno nacional, y entre anuncios sobre el fin del kirchnerismo, en el mejor registro de Elisa Carrió.

Justo el mismo día en que el intendente Corral (radical él, y de la línea interna del propio Barletta) viajaba a Buenos Aires para firmar con Cristina el convenio para que se construyan en la capital santafesina 368 viviendas del Programa PROCREAR, en los terrenos nacionales del llamado Parque Federal.    

1 comentario:

  1. Un año de gobierno de Bonfatti y empiezan a saltar los problemas generados por Binner a los que se agregan los propios. El círculo sobre Tognolli y otros se vá cerrando despacio. La soberbia de algunos funcionarios hace que deban dejar sus cargos, entretanto enlodaron el prestigio de docentes que hicieron lo que se imponía en cada oportunidad y en base a las garantías constitucionales y legales.
    En cuanto a las "fuertes críticas" de la UCR hacia el gobierno nacional, fueron un calco del documento emitido por los obispos.
    No hay nada que hacer, estos socios son muy parecidos y antes de las elecciones se van a hacer hilachas por un cargo.

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