El obispo sentado en el sillón más grande, y los otros curas en los del costado.
Y también hay una monja.
El crucifijo grande arriba de todo, presidiendo la celebración.
El monaguillo haciendo la lectura bíblica desde el atril.
Faltan los hábitos, y el mantel arriba del altar, pero es más o menos lo mismo.
Va a costar democratizar la justicia, eh.
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