domingo, 23 de diciembre de 2012

PESE A TODO



FRENTE A LA GRAVE CRISIS DE LOS PAÍSES CENTRALES, ARGENTINA DESPIDE EL 2012 CON UNA ECONOMÍA SÓLIDA Y EN CRECIMIENTO.

Por A.C.

Los eternos y apocalípticos vaticinios del establishment económico local, siguen sin cumplirse. Otro año termina y la economía argentina, en el marco de una política orientada a la producción y al empleo, continúa con un crecimiento ininterrumpido iniciado en el año 2003. Argentina ha crecido durante los últimos 10 años a una tasa promedio anual que representó un crecimiento del PBI de más del 80% en una década. Y el crecimiento de la inversión en los últimos años, resulta notable tanto desde una perspectiva histórica como en relación a otros países de la región.

La inteligente administración que despliega el Gobierno Nacional, que incluye una distribución de la riqueza entre los asalariados con porcentajes de participación históricos, inversión en obras públicas, salud, educación, ciencia, vivienda, también posibilita la cancelación en término de vencimientos de la deuda externa.

Y los vencimientos se cancelan con recursos propios, sin tener la necesidad de recurrir a créditos externos, créditos que si se tomaran, generarían tasas exhorbitantes que pagaríamos todos los argentinos, y financiaríamos asì la crisis de los países centrales. La política de acumulación de reservas internacionales fue acompañada por una política firme de desendeudamiento, gracias a la cual Argentina tiene margen de maniobra fiscal y externo.

En estos momentos, cuando se cancela el último vencimiento del 2012 por 3.520,5 millones de dólares, es necesario recordar, que la deuda que se está afrontando con recursos nacionales, no fue generada por éste Gobierno, sino por los mismos que hoy, desde una oposición desilachada, hacen en los medios de las corporaciones, análisis económicos de una pobreza técnica incomprensible, y pretenden que el rumbo de la economía argentina es equivocado. Los números no acompañan a la oposición, ni en las urnas ni en sus análisis económicos.

En el marco de una compleja situación económica internacional, Argentina muestra claros síntomas positivos. Pero esto no es producto de la magia ni de un inexistente “viento de cola”, sino consecuencia de medidas orientadas al mercado interno, a la preservación del empleo y a la producción. Con éste objetivo, el Banco Central, presidido por Marcó del Pont, dispuso en Julio de este año, que las entidades bancarias deben efectuar préstamos a empresas hasta alcanzar el 5% de los depòsitos. Entre Julio y Octubre de éste año, los bancos ya habían otorgado casi el 50% del monto al que estàn obligados, financiando así planes empresarios de expansión. Es decir créditos para la producción que además, generan empleos y mantienen los existentes.

El martes Cristina anunció que para fin de año, la meta originariamente prevista (que se inyectaran a la inversión 14.000 millones de pesos) será sobrecumplida; y por eso la exigencia será renovada para el año próximo.  

En relación a las líneas de créditos destinadas al consumo, los préstamos personales muestran un nivel de morosidad muy bajo, que solo llega al 1,7 % del total de los créditos otorgados. Eso demuestra que los ingresos de la población le permiten cumplir regularmente con el pago de sus obligaciones. En esto, naturalmente, algo tiene que ver la política salarial implementada a lo largo de estos años, y el poder adquisitivo que la misma origina, mejorando la situación cotidiana y la calidad de vida de millones de asalariados argentinos.

Y como consecuencia que tanto los particulares como las empresas muestran un elevado cumplimiento de sus obligaciones, las entidades bancarias profundizan las polìticas de crédito.

Esto se produce en el marco de la decisión del Gobierno Nacional de pesificar la economía. Esta pesificación, que implicó la restricción de la compra de dólares para atesoramiento (es decir para tenencia improductiva), originó que los bancos recibieran un elevado aumento de depósitos en moneda nacional, con un crecimiento de los plazos fijos de más del 50% anual, lo que generó mayor liquidez y se direccionó al financiamiento del sector privado, y en el caso de operaciones de comercio exterior, esos prèstamos que antes se solicitaban exclusivamente en dólares, cayeron en un 40% , mientras gana cartera la financiación en pesos.    

En éste panorama, la inversión en relación al PBI, se ubicaría a finales del 2012 comodamente por sobre el 20%, y tomando en cuenta la situación internacional, no parece un índice para despreciar. Tampoco es para subestimar la reforma de la ley que regula el mercado de capitales, reforma orientada a posibilitar que el ahorro argentino se direccione a financiar las necesidades de inversiones productivas, a través de un nuevo mercado de capitales, menos elitista y retrógrado, con más y nuevos operadores e inversores participando.

Y otro síntoma de salud, consecuencia también de otra inteligente y audaz medida del Gobierno Nacional como fue la recuperación de YPF, es la increíble demanda de los bonos lanzados por la petrolera nacional, con un rendimiento anual del 19%, otra fuerte alternativa de ahorro frente al dólar.

El primer día de oferta colapsó el call center habilitado para informes y compras. Y solo en la primera jornada, se vendieron bonos por  50 millones de pesos, es decir la totalidad de la emisión.

YPF había lanzado inicialmente la oferta de títulos por $ 50 millones, ampliable a $ 150 millones, por lo que desde el segundo día amplió la oferta, vendiendo en su totalidad los 150 millones de pesos. Y un dato importante: se presentaron ofertas de pequeños inversores por $ 323 millones. En la licitación participaron más de 10.700 personas, casi el 50% con órdenes por menos de $10.000.  Pequeños ahorristas que apuestan a una inversión productiva.

Y como la reindustrialización del país fue uno de los pilares del crecimiento de la economía desde el año 2003, en esa misma y acertada dirección, el Gobierno Nacional  lanzó en el mes de Octubre,  el Plan Estratégico Industrial 2020.

El plan apunta a profundizar el modelo industrial con créditos blandos, defensa del mercado interno, inversiones que agreguen valor en origen, desarrollo federal de la industria y mantenimiento de las condiciones macroeconómicas que le permitan sumar competitividad a la industria nacional. El objetivo es duplicar el PBI industrial para llegar a los 140 mil millones de dólares (con un crecimiento anual del 5 % del PBI), crear un millón y medio de nuevos puestos de trabajo sólo en la industria, aumentar la inversión de 24 al 28 por ciento del PBI y sustituir importaciones por el equivalente del 45 % de lo que la Argentina importa. Este es el camino. El Gobierno Nacional lo sabe,  tiene la capacidad y la decisión para seguir transitándolo, y un apoyo popular indiscutible.

Mercedes Marcó del Pont hacía una perfecta síntesis de la situación en estas declaraciones:

El país "está mostrando un modelo económico y social sustentable en el mediano y largo plazo que garantiza la demanda".  Y agregaba que “la decisión de invertir y arriesgar es que haya tasa de ganancias y eso es lo que está mostrando claramente la Argentina”.

Melconian, Broda, Cachanovsky y el resto de las luminarias económicas conservadoras, que solo pueden exhibir récords de pronósticos catastróficos incumplidos, seguirán publicando el año que viene sus análisis y vaticinios. El mercado ya no los toma en serio, y al hombre común le causan gracia.

Mientras tanto, la economía del país se presenta con buenos síntomas al año que llega, donde por otra parte, el peso de las obligaciones externas que otros generaron y que éste Gobierno tiene que afrontar, serán sustancialmente menores a las del 2012, lo que significa mayor cantidad de recursos para volcar a nuestra economía, siguiendo en el camino del crecimiento y de la distribución de la riqueza. 

2 comentarios:

  1. Fuerza Cristina!
    Millones, pero millones reales de argentinos, te acompañamos.

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  2. Tengo una pregunta ¿el gobierno no toma créditos por ejemplo del Banco Mundial? Si lo hace, ¿se pagan ahora o se tendrán que pagar a futuro? Gracias, Lucía.

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