Pensemos por un momento en la situación inversa: si hubiera sido Cristina la que se refería (como lo ha hecho muchas veces) al rol de la justicia, o a la actuación de los jueces, o la propia Corte Suprema; cuál hubiera sido la reacción de estos mismos medios, cuáles serían sus tapas.
"Advertencia" sería reemplazada por "embestida", y no vacilarían en calificarlo de un mensaje mafioso del gobierno, para amedrentar al Poder Judicial y disciplinarlo a su favor.
Clarín se ocupa en su tapa de resaltar los dichos de Lorenzetti (a ésta altura, el Moyano de la corporación judicial, por encima de todo) sobre que las mayorías pueden tomar decisiones inconstitucionales: un modo poco sutil de deslegitimar el 54 % de los votos que obtuvo Cristina advirtiéndole (sí que en clave cuasi mafiosa), que poco valen cuando las cosas entran en los estrados judiciales.
Y un modo también poco sutil (que incluyó una mención expresa al Holocausto, en otro ejemplo de estupidización y banalización del mal, que lamentablemente es moneda corriente en el país), de decirle al Ejecutivo que cuidado con meterse con la justicia (en realidad: con las roscas y manejos internos del Poder Judicial, que es lo que a la "familia" verbalizada por Lorenzetti le interesa defender), porque los jueces tienen todavía en sus manos la suerte final de la ley de medios; sancionada por una mayoría parlamentaria hace casi cuatro años, y refrendada por la mayoría electoral en octubre del 2011, tal como lo advertíamos nosotros ayer acá.
Claro que ni en la tapa ni en la nota existe la más mínima referencia a la cuestión, porque han entendido en Clarín que deben obrar con mayor sutileza, y ejercer la presión donde se debe: puertas adentro de los tribunales, y no a través de las tapas del diario.
Porque para eso además está el socio en Expoagro y Papel Prensa, que elige poner en primera plana el asunto de la libertad de expresión (nunca tan garantizada en el país como ahora), y menciona expresamente la causa de la ley de medios en la columna de Adrián Verdura:
Si la misión de la Corte es hacer cumplir la Constitución, podrían pedirle a Fayt que deje el cargo, en el que se mantiene hace como veinte años violándola, luego de hacerle decir a la propia Corte, que la Constitución era inconstitucional.
O sacar de una buena vez el fallo que el mismo Fayt mantiene fondeado hace más de 10 años para favorecer a su cuñado Escribano, y que La Nación no pague una deuda de 280 millones de pesos que tiene con el Estado por impuestos.
¿O acaso la Constitución dice que el Estado debe sostenerse del aire?
Y ni hablar de la ley de medios, que duerme en los cajones de la vergonzosa Cámara Federal (también responsable, en nuestro sistema, de "garantizar que se cumpla la Constitución") para proteger a Clarín de una norma dictada por amplia mayoría del Congreso de la Nación, para que se cumpla justamente lo que dice el artículo 42 de la Constitución, en materia de comunicación audiovisual.
Lorenzetti dice que a la Corte no le interesa gobernar, y en parte tiene razón: es mejor dejar que los costos los afronte otro poder del Estado, y disfrutar de los privilegios del más oligárquico de todos.
Pero lo que no dice es que al Poder Judicial (estructura conservadora por naturaleza, si las hay) sí le preocupa como gobierna el que gobierna; sobre todo si amenaza meterse con algunas de sus prebendas y quintitas.
O con las del poder económico, el gran ausente en el discurso del presidente de la Corte, y sindicalista de los jueces; y sobre todo, el intocado por los fallos del Poder Tribunal; ése que parece que nunca ejerciera presiones, ni corrompiera jueces.
Jueces que también están divididos, porque otro grupo importante se reunirá hoy y mañana en la Biblioteca Nacional a discutir eso de la "democratización de la justicia", y no se siente contenido por el discurso del presidente de la Corte.
Casi como todo el sindicalismo, digamos.
Aunque quizás la analogía con el sindicalismo no sea la más apropiada: por momentos la Corte como cabeza del Poder Judicial, y el propio Lorenzetti como representante de la coporación (un rol con el que otros ministros parecen no sentirse cómodos) pareciera pretender sustituir el rol y la influencia que en otros tiempos tenía en la opinión pública y en el sistema político la cúpula de la iglesia y el purpurado de turno; como Bergoglio.
Mandando señales todo el tiempo, hablando en un lenguaje lo suficientemente ambiguo como para que cada uno entienda lo que quiera entender y sentirse contenido; pero con un poder de apriete mafioso bastante más dañino que el que tenían los curas, como que tienen la llave que abre o cierra la puerta para poner en acto muchas decisiones del que gobierna; según a quien afecten.
Y si no recordar lo que pasa con la ley de medios, o con la restitución al Estado del predio de la Rural.
De todas maneras, hay una herramienta no utilizada que no ha sido objeto de cuestionamiento, Kumpa, y que es desgraciadamente para la Corneta más autoritaria que la discutida, que es la ley anterior, que de declararse inconstitucional la constitucional daría lugar a aplicar la heredada de la dictadura, que por otra parte se puede aplicar manú militari, por desgracia términos demasiado ajustados, y limitar las licencias a 24 a elección del organismo de control que resulte de esa "sentencia".
ResponderEliminarPero la peor amenaza, velada por supuesto, no proviene de la ley de medios, con una batalla cultural ganada ("¿donde lo leíste, en la Corneta?"), sino del desbarajuste que armarían con las jubilaciones y la extensión de esos fallos arbitrarios, que en particular a mi me beneficiarían en forma desmedida, pero que condenarían al sistema previsional a su extinción en poco tiempo.
Nunca menos y abrazos
Y a la EXCMA. CORTE respetuosamente SOLICITO:
ResponderEliminar1-Tener presente que deberán los Ministros de ese Alto Tribunal, indefectiblemente y a la brevedad, tributar el Impuesto a las Ganancias, como cualquier ciudadano argentino.
2-Asimismo, y proximamente, deberá resolver dictando sentencia definitiva en la causa Ley de Medios, debiendo preservar en el fallo a dictarse el principio de legalidad, y considerar a tal efecto, que la norma en cuestión fue sancionada por el Poder Legislativo,cumpliendo estrictamente el poder citado, los procedimientos constitucionales para la validez de de las leyes sancionadas por el Congreso.
3-Por lo expresado en el Punto 2, los Ministros de la Corte deberán abstenerse de intentar modificar a ttavés de su fallo, cualquier consecuencia originada en Ley sancionada por el Congreso. De lo contrario, los Ministros estarían tomando a su cargo la tarea de legislar de hecho, función que le es totalmente ajena, conforme el principio de división de poderes, principio que ese Alto Tribunal predica y reclama observar insistentemente.
SERA JUSTICIA.
El Colo.