miércoles, 10 de abril de 2013

¿ERA NECESARIO PROFESOR...?


...extremar su cipayismo visceral hasta el extremo de cagarse en los muertos del Belgrano escribiendo ésto?

¿Ese es el precio que hay que pagar en La Nación para seguir siendo columnista, o el que usted cree necesario pagar para conseguir alguna beca de intercambio con universidades inglesas, o una cátedra allá para hablar a favor de los kélpers?

No se esconda detrás de la crítica "al enano nacionalista" para disimular lo que es, profesor: un desclasado hijo de puta, que para colmo enseña Historia.  

Nos preguntamos si habrá alguna autoridad de las universidades en que usted enseña que entienda que éste tipo de cosas ameritan alguna respuesta, o si -bajo el pretexto de la libertad de expresión- cualquiera puede decir cualquier cosa, con absoluta impunidad.

6 comentarios:

  1. Emanuel de Rosario10 de abril de 2013, 15:20

    No entiendo como toda esta manga de hijos de puta que escriben en La Nación son "investigador principal del Conicet/UBA". Mierda que es arduo el laburo, hay que seguir compañeros, queda muchísimo por transformar en este país.

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  2. De acuerdo con el post, es más no he visto muchas o casi ninguna critica con respecto a lo dicho por Don Francisco, que me parececió tan ofensivo como este sr.

    ClaudioJ

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  3. También cerraron los comentarios. No es para sorprenderse que para The Nation, los únicos, validos y bárbaros comentarios, son los de insultos a personas del gobierno nacional.

    Por otro lado (o por el mismo) con la llegada de los “Vargas Llosa”, juntaron a todo el arco local de los “Aznar” y “Yoani Sanchez”; más Papa argentino: Carton lleno, cantan ¡bingo! y el FAP la UCR y CC se envalentonan.
    Tratándose del premio Nobel, ex primeros mandatarios e ilustrados gusanos; para ellos mi más sincera y noble puteada civilizada: ¡Puaj! y ¡repuaj!

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  4. Acordémosnos que Romero vino especialmente invitado por la Facultad de Humanidades y ciencias de la Universidad Nacional del Litoral. Vergonzozo.

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  5. Quise leer los comentarios de los lectores de La Nación y me encuentro con el sugestivo título de que “Debido a la sensibilidad del tema, esta nota fue cerrada a comentarios.”

    Toda una declaración de principios de The Nation,

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  6. Dice, nuestro prestigioso historiador, en un párrafo citado hace un rato por Mocca en 678: “En 1982, la Guerra de Malvinas despertó nuestro enano nacionalista”.

    Es obvio, que, esta frase, sugiere la natural inferioridad del nativo, frente al culto ciudadano británico, racional y flemático, lejano a nuestros populismos caudillistas.

    Sin embargo, leo en “La Doctrina del Shock” (N.Klein), a fs. 186, textual: “ … la primera ministra fue aclamada como héroe de guerra y su sobrenombre de <> se transformó de insulto en alabanza. Su índice de aprobación personal creció hasta ser más del doble que antes del inicio de la batalla: del 25% inicial se pasó al 59% del final lo que allanó el camino para la decisiva victoria que obtendría en las elecciones del año siguiente”.

    Sería bueno que nuestro ilustre historiador dijera algo de la enorme mano que le dio el dictador Galtieri a la Iron Lady para llevar a cabo sus salvajes reformas, con el apoyo invalorable de tantos enanos nacionalistas británicos encandilados por la Union Jack flameando en las Falklands.

    Espero, ansioso, la nota de Fernando Iglesias.

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