lunes, 29 de abril de 2013

LA TRAICIÓN, DEFINIDA POR LOS TRAIDORES


¿Quién no oyó por estos días hablar del artículo 29 de la Constitución Nacional y la traición a la patria, a propósito de la discusión por la reforma de la justicia?

En cadenas de mails, en las redes sociales, en las sesiones del Congreso ("traidores, traidores" gritaba desencajada Laura Alonso del PRO en Diputados), todo el mundo lo cita para impugnar los proyectos impulsados por Cristina; aunque es poco seguro que muchos sepan que dice, o cual fue el origen del famoso (hoy) artículo 29 de la CN, que reza: "El Congreso no puede conceder al Ejecutivo nacional, ni las Legislaturas provinciales a los gobernadores de provincia, facultades extraordinarias, ni la suma del poder público, ni otorgarles sumisiones o supremacías por las que la vida, el honor o las fortunas de los argentinos queden a merced de gobiernos o persona alguna. Actos de esta naturaleza llevan consigo una nulidad insanable, y sujetarán a los que los formulen, consientan o firmen, a la responsabilidad y pena de los infames traidores a la patria". 

El texto del artículo ( que no estaba en el proyecto original de Alberdi y fue incorporado por las convencionales de Santa Fe) tiene que ver con las leyes de la Legislatura bonaerense que le otorgaron a Rosas las llamadas facultades extraordinarias (en su primer gobierno) y la suma del poder público de la provincia, al asumir el segundo; en 1835.

Y (aunque esto probablemente no sea tan conocido) la referencia a "otorgarles sumisiones o supremacías por las que la vida, el honor o las fortunas de los argentinos queden a merced de gobiernos o persona alguna" tiene que ver con otra ley de la legislatura de la provincia de Buenos Aires, en éste caso del 20 de septiembre de 1851; que -ante la inminencia de la guerra con el Brasil- decía en su artículo 2 lo siguiente: "Todos los fondos de la provincia, la fortuna, vidas y porvenir de los representantes de ella y sus comitentes, quedan sin limitación ni reserva alguna a disposición de S.E. (Rosas), hasta dos años después de terminada oficialmente la guerra contra el traidor salvaje unitario Urquiza y la que S.E. sabia y enérgicamente ha declarado contra el Brasil...".

Con anterioridad, en noviembre de 1850, la provincia de Mendoza votó en un plesbiscito otorgar a Rosas (gobernador de Buenos Aires y encargado de las relaciones exteriores de la Confederación, por decisión de las provincias) "la suma del poder público nacional", y lo mismo hizo poco más tarde la provincia de La Rioja. Entre 1850 y 1851 repitieron el voto todas las demás provincias, excepto Entre Ríos y Corrientes, levantadas con Urquiza en el "Pronunciamiento".

Porque ese fue el contexto en el que los legisladores pusieron a disposición del Restaurador sus vidas, fortunas y porvenir: el país estaba embarcado en un nuevo conflicto internacional (la guerra contra el imperio del Brasil), poco después de haber vencido en la lucha contra Inglaterra y Francia en defensa de la soberanía nacional sobre los ríos interiores de la Confederación. 

Y en esa lucha el comandante en jefe del Ejército de Operaciones de la Confederación (Urquiza) había traicionado a su país pasándose al bando enemigo; firmando el 29 de mayo de 1851 un tratado secreto (la primera y nefasta "Triple Alianza") con Brasil y Uruguay, comprometiéndose a derrocar a Rosas, a cambio de apoyo económico, y con el pretexto (dicho en el "Pronunciamiento") de darle al país una Constitución.

La alianza de los opositores políticos con el extranjero estaba lejos de ser una novedad en tiempos rosistas: los unitarios apoyaron el bloqueo francés de 1838 (el propio Lavalle utilizó las naves de la escuadra francesa para movilizar sus tropas contra Rosas), y enviaron misiones (las de Alberdi primero, Varela después) a Europa para reclamar de las cortes europeas una nueva intervención contra la Confederación, que se concretaría en 1845 y daría lugar a la gesta de Obligado.

Al mismo tiempo conspiraban abiertamente contra el gobierno desde las "Comisiones Argentinas", que nucleaban a los exiliados en Chile y Uruguay, cohonestando la traición con el pretexto (editorializado por Sarmiento en el "Facundo") de luchar por la civilización contra la barbarie. 

Al respecto bien decía Arturo Jauretche en su "Manual de Zonceras Argentinas", analizando en particular aquéllo de que "La Patria no es la tierra donde se ha nacido": "Lo dijo Echeverría. Y porque lo dijo le dieron un premio a su estatua: la trajeron al centro. Esta zoncera está en concordancia con la zoncera el mal que aqueja a la Argentina es la extensión, pero va aquí por su índole: refleja el pensamiento de la "línea Mayo-Caseros" en la que la idea de Nación no se identifica con la Patria como expresión de un territorio y un pueblo en su devenir histórico, integrando pasado, presente y futuro. La Patria es un sistema institucional, una forma política, una idea abstracta, que unas veces toma el nombre de civilización, otras el de libertad, otras el de democracia. 

La Patria de los argentinos no se vincula con la tierra de los argentinos, ni tampoco con los hombres que la habitaron, la habitan y la habitarán, en la simbiosis del hombre y la tierra con el ayer y el mañana. La Patria de los argentinos no nació para ser eso: Patria. La Patria es un simple medio porque lo importante es lo que una generación o un grupo de hombres entendió por libertad, por democracia, por instituciones. Estas no son formas transitorias que la Patria adopta en el devenir histórico cambiándolas según las exigencias de cada momento para adecuarlas al cumplimiento de ese destino. Por el contrario son la Patria misma, o más que la Patria el objetivo que éste debe realizar según el ideólogo de turno. Cuando según este ideólogo no cumple esos objetivos deja de ser Patria. 

En el fondo ese modo de pensar fue bastante consecuente en los vencedores de Caseros. Ellos no podían justificar su alianza con el extranjero en las guerras internacionales que la Patria tuvo, sino sosteniendo que la Patria no era la Patria; ésta era la "civilización", con las instituciones que ésta aportaba y ellos establecieron. Fueron así lógicos en la redacción del texto constitucional; en él calificaron enfáticamente de traición a la Patria el acuerdo de facultades extraordinarias, reservando para el Código Penal la calificación de traición a la Patria tal como se entiende en el resto del mundo y lo dicta el buen sentido: la connivencia con el extranjero. 

Es así como hemos visto procesar por traición a la Patria a los que sancionaron leyes para impedir las entregas que eran traiciones; y a los agentes y gestores de esas entregas, y que habían pedido la intervención armada extranjera después de respaldarse políticamente en un embajador imperial, asumiendo actitudes de patriotas frente a los que produjeron hechos patrióticos...".

Sin embargo como muchos de los convencionales constituyentes del 53' (despectivamente tildados por los porteños de "alquilones de Urquiza") habían sido parte de las Legislaturas que votaron las leyes de sumisión a Rosas, se cuidaron de agregar otro artículo (el 101 en el texto original de la Constitución, hoy 119), donde se define a la traición por su nombre propio: "La traición contra la Nación consistirá únicamente en tomar las armas contra ella, o en unirse a sus enemigos prestándoles ayuda y socorro. El Congreso fijará por una ley especial la pena de este delito; pero ella no pasará de la persona del delincuente, ni la infamia del reo se transmitirá a sus parientes de cualquier grado.".

El artículo 119 (el que define a la traición tal cual se la conoce en cualquier lado, como apuntaba Jauretche) fue puesto casi al final del texto constitucional; como para que no se notara, porque con Urquiza en el poder gracias a su alianza con los extranjeros contra su propio país, no era cuestión de mentar la soga en casa del ahorcado; y que a los constituyentes les cortaran los viáticos.

Y lo paradójico del caso (visto en perspectiva de hoy) es la parte de la Constitución que eligieron para ponerlo: el capítulo que habla de las atribuciones del Poder Judicial.

Tan paradójico como que muchos de los que blanden el artículo 29 para hablar de traición a la patria (siendo que esa norma equipara la concesión de poderes tiránicos a la pena de la traición, pero no la califica como tal), hasta hace poco se alegraban cuando los fondos buitres embargaban la fragata Libertad u obtenían un fallo en contra de los intereses del país, el FMI nos sancionaba por las estadísticas del INDEC, o los EEUU presentan quejas contra la Argentina en la OMC por las medidas proteccionistas de la industria nacional, o por no acatar los fallos del CIADI.

O en todo caso más que paradójico, la muestra de la supervivencia de una zoncera, que ha deformado el sentido de lo que es la patria; y en consecuencia, de cuando se la traiciona.

7 comentarios:

  1. y mientras tanto el difamador de Lanata sigue con su labura de dar libreto a los mas recalcitrantes.........CFK tendría que poner ministros nuevos, relanzar la gestión y escrachar a clarin x cadena nacional, con por ej. el caso papael prensa y de una vez x todas exigirle al servicio de inteligencia del ejército que informe de donde salieron los "hijos" de la Noble Herrera.....se están quedando y clarin se los esta comiendo semana a semana, con difamaciones mas la novelita del dolar ilegal....

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  2. ENTONCES NOS RENDIMOS??MAGNETTO DIPUTADO?'EL GORDO SENADOR???

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  3. Laura Alonso financiada por los fondos buitres no puede andar gritando traidores al 53% de los argentinos.
    Que más bien se preocupe por lo que le vá a pasar a Macri y su banda de asesinos represores.
    Estos sí que son cipayos de no igualar.

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  4. Excelente artículo. Muy interesante. Felicitaciones, un abrazo. Florencia.

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  5. ¿Qué pasó con el post del audio de Zaiat? Saludos.

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  6. Mientras tanto en la provincia de Santa Fe....

    Jorge Castro, de una organización de damnificados por las inundaciones en la capital santafesina, se refirió a los actos por el 10º aniversario y habló de la causa por las responsabilidades por el desastre hídrico.

    "Es una larga lucha para llevar a Obeid y Reutemann ante los Tribunales, uno por la obra inconclusa y otro por no dar la orden de evacuación", dijo en diálogo con "El primero de la mañana" de La Ocho.

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  7. Barullo: fue un error de programa, el audio todavía no lo podemos subir, pero estamos en eso

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