¿Cómo calificar la columna de ayer de Morales Solá en La Nación, sino como una soberana hijoputez?
Porque a ver, se puede pasar por alto que todo el texto está enderezado a defender los intereses de sus patrones, que le pagan el sueldo y le permitieron convertirse en un próspero empresario periodístico de sí mismo: hasta allí, no habría mucha novedad ni tanto para escandalizarse, a menos que uno viva en un termo, y crea en serio que JMS es un periodista independiente, o que existe tal cosa.
La columna podría perfectamente haberla suscripto un accionista del diario, o ser parte de su discurso a los otros en una asamblea de accionistas, y el contenido hubiera sido el mismo; la frontera entre el ejercicio del oficio periodístico (si es que alguna vez Morales Solá lo ejerció como lo pontifica) y el lobby de los negocios de la empresa en la cual trabaja, fue borroneada por completo y con impudicia, hace rato ya.
Incluso superando el asco se pueden encontrar en la nota algunas perlitas, como que éste es un gobierno "cuyas autoridades nacieron democráticas", lo que implícitamente plantea que ahora no lo serían, y eso habilitaría tumbarlas, llegado el caso: ni más ni menos que la misma línea conceptual que precedió cada golpe de Estado en la Argentina.
O la naturalidad con la que admite que los EEUU (cuyos intereses siempre intenta expresar de un modo oficioso el plumífero) no brindan nunca información a pedido de autoridades judiciales de otros países, en el mismo artículo en el que propugna la defensa de la labor investigativa de los fiscales, con el ejemplo del impresentable Marijuan, el nuevo niño mimado de los socios de Papel Prensa y Expoagro.
O discutir la verosimilitud de denuncias gravísimas que se lanzan al aire (como la intervención a Clarín para sacar del aire a Lanata) con el sólo propósito de soliviantar aun más al cacerolaje promedio, y que se suavizan con el atajo del uso del potencial, la coartada periodística de la vulgar operación de prensa, para gente como Morales Solá.
Se puede hacer todo pero lo que no se puede hacer, es dejar pasar la provocación deliberada que introduce Morales Solá en la nota (buscando quizás alguna reacción violenta desde el kirchnerismo, alguno no descartaría la perversión sadomaquista de Lulú), cuando menta al terrorismo de Estado.
Porque todos sabemos lo que significa el terrorismo de Estado, y Morales Solá mejor que nadie, como que fue un activo colaborador de la última dictadura justo en uno de los bastiones de su experimento represivo a gran escala, con Bussi en Tucumán.
Y si alguno no asocia el terrorismo de Estado con la complicidad del periodismo, ahí está el ejemplo de Vicente Massot y La Nueva Provincia de Bahía Blanca para recordarlo.
Desde las páginas del diario fundado por un precursor de Videla en aplicar el terrorismo de Estado (y si no que le pregunten a los gauchos de Peñaloza), que se imprime con el papel de la empresa que ese mismo terrorismo de Estado les regaló (observen que Morales Solá se apresura a clausurar de antemano la investigación judicial al respecto), nos dice que estamos viviendo un nuevo terrorismo de Estado, claro que pretende suavizarlo con que sería "simbólico".
Pero eso sí: "la enorme dosis de maldad" estaría en los planes de Cristina, y no en la utilización impúdica y obscena de un concepto con significación histórica y política bien concreta (y con víctimas y victimarios también concretos, y sabemos de lado de quienes estuvo JMS entonces) para defender los negocios de sus patrones; acrecentados como se dijo bajo el imperio de ese (sí que real) terrorismo de Estado.
Y después nos dicen que la desmesura es propiedad exclusiva de los kirchneristas, y ellos piden moderación, diálogo y consenso.
A ver si en esa provincia de mierda dejan de dormir la siesta y aportan al crecimiento del pais.sino sigan comiendo gato .
ResponderEliminarEso era más a al sur, esto es Santa Fe capital.
ResponderEliminary pensar ustedes haciendo un blog, nosotros comentando, si hubieramos enganchado como secretario de nestor o cristian, ma que plan de vivienda, la casita que tendriamos
ResponderEliminarY si te hubieras vendido como la puta mas sucia y desvergonzada vivirias en el Palacio Estrugamou y te adorarian las lacras mas infames de la Argentina, los mismos que en la decada del 90 defenestrabas.
ResponderEliminaruno le come la billetera a mañeto el otro a todos nosotros
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