En una campaña electoral huérfana de propuestas y cargada de significantes vacíos, el eslogan de Binner se lleva las palmas.
Un eslogan que parte de un sobreentendido: el kirchnerismo es una anomalía política a la que debe ponerse fin, de una buena vez por todas; martillando sobre una idea: desde el 2003 para acá nos metió a los argentinos en un quilombo tras otro, y los argentinos estarían hartos de quilombos.
Significante vacío decíamos porque lo primero que uno se pregunta es que significa un país normal, o cuando la Argentina lo fue a través de su historia.
Porque cuesta encontrar normalidad en un país que tuvo más de cincuenta años de su historia atravesados por recurrentes golpes de Estado, la proscripción política de las fuerzas electoralmente mayoritarias (dos veces: primero con el radicalismo, y luego con el peronismo), bombardeo a población civil, fusilamientos, hiperinflaciones y crisis económicas recurrentes, una guerra perdida y un gigantesco ensayo de reestructuración social instrumentado con el uso masivo y sistemático del terrorismo de Estado.
Un país que -ya en tiempos democráticos- vio a dos presidentes que no pudieron culminar sus mandatos, a las instituciones estrujadas al máximo en ambas oportunidades para mantener la legalidad democrática, una década de concienzudo desmantelamiento del Estado de Bienestar construido por el peronismo o cinco presidentes en una semana; por anotar sólo algunos de los hechos más notorios.
De ese país, dijo Lanata en los Martín Fierro (en el mismo registro mental del aforismo de Binner) que ahora (sí, ahora,no en la dictadura por ejemplo) se abrió una grieta social que tardará 50 años en cerrarse; como la que abrió el primer peronismo en los 50' (no la injusticia, no la oligarquía y las clases dominantes con su avaricia: el peronismo) tardó cuarenta años en cerrrarse.
Más o menos para los tiempos del menemismo, digamos; quizás para el abrazo de Menem con el almirante Rojas, o por ahí.
Y acá el inefable profesor Romero en La Nación sitúa al "país normal" entre la generación del 80' y el alfonsinismo: no es joda, el tipo enseña historia en la universidad, y es investigador del Conicet.
De ese país, dijo Lanata en los Martín Fierro (en el mismo registro mental del aforismo de Binner) que ahora (sí, ahora,no en la dictadura por ejemplo) se abrió una grieta social que tardará 50 años en cerrarse; como la que abrió el primer peronismo en los 50' (no la injusticia, no la oligarquía y las clases dominantes con su avaricia: el peronismo) tardó cuarenta años en cerrrarse.
Más o menos para los tiempos del menemismo, digamos; quizás para el abrazo de Menem con el almirante Rojas, o por ahí.
Y acá el inefable profesor Romero en La Nación sitúa al "país normal" entre la generación del 80' y el alfonsinismo: no es joda, el tipo enseña historia en la universidad, y es investigador del Conicet.
En la medida que la idea del "país normal" no se explicita claramente, tampoco queda claro si desde allí se entiende que el kirchnerismo vino a cerrar la mega crisis del 2001 con sentido reparatorio; o por el contrario, destrozó una realidad idílica introduciendo una agenda y una praxis políticas no deseadas por el conjunto social.
Esta última hipótesis estaría desmentida por un hecho incontrastable: cada vez que la gente tuvo ocasión de pronunciarse en las urnas y con la excepción de las legislativas del 2009, respaldó ampliamente el rumbo elegido.
A lo que hay que sumar que el kirchnerismo trajo consigo su propia idea de "normalidad" (el propio Kirchner hablaba de "un país normal" en su campaña electoral del 2003); y así entendió por ejemplo, que en un país normal los trabajadores discuten todos los años con los empresarios salarios y condiciones de trabajo, o el salario mínimo y las jubilaciones deben ajustarse para cumplir con la movilidad que establece la Constitución.
También entendió que en un país normal todos los que en su vida trabajaron tienen derecho a jubilarse, o los pibes tienen que ir a la escuela no sólo para comer; que la educación no es un gasto sino una inversión y que tiene que brindar igualdad de oportunidades; por eso la inclusión previsional, la ley de financiamiento educstivo, la AUH, las 1700 escuelas nuevas o las netboooks.
Y la idea de normalidad del kirchnerismo supuso también (y sobre todo) que en un país debe mandar (tanto como le sea posible) la política, imponiéndose a las lógicas corporativas; y que el que es votado por el pueblo debe ser fiel al mandato recibido, gobernando en el sentido que las urnas revalidaron.
Aunque se discutiera la idea de que los logros en política son siempre la resultante de conflictos, pocos podrían discutir todas esas cuestiones como indicadores de la normalidad de un país, tanto como casi nadie podría cuestionar que en nuestro país, por muchos años, no se dieron.
En especial la última, y como consecuencia de su ausencia, todas las demás.
En especial la última, y como consecuencia de su ausencia, todas las demás.
Pero si el "país normal" de Binner no está en nuestro tumultuoso pasado, ni en el presente hegemonizado por el kirchnerismo, cabe suponer que se sitúa en el futuro; y ahí tampoco el interrogante se disipa.
Porque cualquiera puede acordar con que en un país normal no puede haber muchos pibes viviendo en la pobreza (sin entrar en éste caso en la discusión sobre la veracidad de los números que se tiran), y así podríamos seguir ensartando en ristra significantes vacíos, como los chorizos del famoso spot.
Pero responder como se hace para que eso que se señala como negativo cambie, es más complejo que un eslogan de campaña, o un spot con una parrilla que se va vaciando de chorizos.
Hace poco se señalaba acá que esta campaña era la del silencio opositor, al menos si de propuestas hablamos; un silencio que a ésta altura no parece casual, sino toda una forma de acumulación política.
Porque cuando se sobreimprime el "país normal" al presente, se está caracterizando al kirchnerismo como una especie de gigantesco barra brava con pulsión pendenciera por meterse en líos, y generar conflictos donde no existen; como si por ejemplo la cantidad de pibes pobres de la que la propia propaganda opositora toma nota fuera un simple dato estadístico; y no el resultado de una sociedad injusta, que algunos se empeñan en mantener así para mantener sus privilegios.
Beatriz Sarlo (insospechada de kirchnerismo) tituló a su libro sobre Néstor "La audacia y el cálculo" y al menos esa caracterización suya parece acertada: el kirchnerismo asumió un modo de saldar la crisis del 2001, una idea de gobernalidad en democracia y la decisión de poner en agenda determinadas cuestiones.
Sabedor de que en muchos casos los temas de esa agenda lo iban a poner en curso de colisión con determinados intereses (quizás subestimados en algunos casos, como el conflicto con las patronales del campo, o la relación con Clarín); pero con la decisión política de hacerles frente, si así ocurriera.
Cuando se contrasta ese dato con la idea del "país normal" las dimensiones del pasado y el futuro del signficante vacío del eslogan de Binner parecen encontrarse; y es como si -en un subtexto- los que así hablan nos estuvieran diciendo que ellos no están dispuestos a tanto, ni mucho menos.
Que es lo mismo que si nos dijeran que las transformaciones pendientes (muchas de las cuáles ellos mismos señalan, con una puntillosidad pareja con el silencio sobre como las harían posibles) se producirán como por arte de magia; o por la simple desaparición del kirchnerismo, que con su permanente estado de crispación innecesaria, las estaría impidiendo.
Compañeros, excelente el compendio cronológico de los hechos que signaron al país normal que desea retomar este pre-candidato.
ResponderEliminarTengamos en cuenta que este hombre, nació antes de que expirara la mitad del siglo pasado y que siendo joven se sumó al Partido Socialista Argentino, que conducían Alfredo Palacios y Alicia Moreau de Justo, paradigmáticos gorilas antiperonistas y uno convencional constituyente de la Revolución Libertadora y la otra ilustre integrante de la Comisión Fusiladora de esa Revolución, secundando a Rojas.
Por ahi, por ahi... don Hermes Juan, oriundo de la ciudad de Rafaela se fue a Rosario y estudió durante 9 años medicina en la UNR y se recibió de Medico Anestesista.
En 1991 fue segundo en la fórmula como Vicegobernador del ex-fiscal Molinas. Después en 1999 acompañó a la fórmula presidencial De la Rúa-Alvarez, que en dos años incendió la República Argentina.
Su nombre: Hermes, proviene de la mitología griega, y significa el que acompaña los muertos a su última morada y que posee poderes mágicos sobre el "sueño"... aunque, pero, no sé también es el ladrón que le robó la manada de reces a su hermano Apolo.
Bueno, ya me podrí de opinar sobre este viejo pelotudo y que siga anestesiando boludos dispuestos a votar a un farsante, despilfarrador y ladrón.
Juancho, groncho y peroncho.
Propaganda electoral del FAP-UCR, dice: En un país normal los delincuentes y corruptos no caminan por la calle. Están presos.
ResponderEliminarHoy en sinmordaza.com sale "Afanancio" Barletta diciendo que Santa Fe es un ejemplo de transparencia.
Afanacio devolvé la bolsa que te llevaste de la obra social de la UNL (2 palitos sí)y que depositaste una parte en BOLSAFE VALORES y los vueltos que te guardaste en la Municipalidad, saqueando la Caja Municipal con la anuencia de ASOEM..... Binner no camina por las "Calles Perdidas" o sí?
FARSANTES
che el escajadillo que está con lo de las explosiones en rosario es el mismo acusado de narcotraficante??? si es así, mamita querida
ResponderEliminarBuenas Corriente Kirchnerista de Santa Fe,
ResponderEliminarAhora que por un momento suspendieron la pisada de callos y se están dedicando a ensartar en ristra significantes vacíos (les hizo bien seguir a Carrasco, no le pierdan el rastro), quisiera agregar a su análisis, destrozador de slogans si los hay, que las otras opciones en Santa Fe son:
una encabezada por un menemista que festejó las privatizaciones, las de ferrocarriles primero y más tarde la del mismo banco de santa fe, entre otras estrellitas de su prontuario
y otra, un poco más a la derecha (si eso fuera posible) la de Del Sel en el PRO.
Ante ese panorama vamos a las urnas los santafesinos.
Saludos cordiales,
Alberto
te queda el Frente de izquierda Alberto, no te rindas tan fácilmente al encanto del socialismo caprilista
ResponderEliminar-Un país que tuvo más de cincuenta años atravesado por golpes de Estado.
ResponderEliminar. Proscripción política de las fuerzas electoralmente mayoritarias.
-Bombardeo a población civil, fusilamientos, hiperinflaciones y crisis económicas recurrentes.
-Terrorismo de Estado.
En cada etapa histórica, hay que fijarse donde estuvieron parados Ghioldi, Estevez Boero y Binner.
Un pan de trotyl es poco.
El Colo.
Ay abuelo Binner.
ResponderEliminarQuedese en casa.
Deje de dar asco.
Le compré unas plantas para que riegue.
Sobre la mesa está el papel con el horario de las pastillas.
Colo, agréguele a la lista privatizaciones y ya se queda sin candidatos.
ResponderEliminarSaludos!
mientras vos vivis como una rata
ResponderEliminarlázaro baez se llena de plata
como se puede ser tan obsecuente
¿y vos que sabés como vive cada uno, sos asistente social?
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