No, no fueron Massa, ni Binner, ni ninguno a los que les fue bien en las PASO, sino los muchachos de la foto de apertura.
Al menos si los ganadores se miden por los resultados, y por haber conseguido lo que querían; o evitar lo que no querían.
Porque estuvieron en el ojo de la tormenta cuando se discutió la reforma judicial, y no sólo lograron frenarla sino que pasara a un discretísimo segundo plano, y no se hablara más del asunto, como si de la puerta de los tribunales para adentro, todo estuviera joya.
No sólo fallaron contra la elección popular de los miembros del Consejo de la Magistratura, sino que decidieron que al resto de las reformas aprobadas por leyes del Congreso, ellos simplemente las van a ignorar y no les van a dar ni cinco de pelota: no van a publicar sus declaraciones juradas, no van a publicar sus fallos sino en su propio portal, ni van a permitir que todos los empleados del Poder Judicial entren por concurso.
Mientras tanto, se hicieron tiempo para cuestionarle a Gils Carbó como designa a los fiscales subrogantes; pero dejaron a salvo el método Recondo del dedo para que los jueces elijan secretarios, y las truchadas de la Cámara de Casación Penal para elegir jueces subrogantes.
Tampoco van a pagar impuesto a las Ganancias, y en medio de las discusiones sobre el mínimo no imponible y aledaños, ya ni hablan del asunto; así como consiguieron consagrar el derecho a que la AFIP no los investigue, a ellos, a sus familiares y a sus empleados.
Después de advertir que las cautelares no podían reemplazar a las sentencias de fondo ni durar indefinidamente, miran sin decir nada como los fallos express de LAN (una cautelar otorgada antes de que el Estado hiciera nada) o del Grupo Clarín contra la ley del mercado de capitales las otorgaran sin límite ni plazos.
Pedalearon todo lo que pudieron el fallo por la ley de medios, hasta se hicieron tiempo para montar el circo de las audiencias públicas, y el nono Fayt dijo -muy suelto de cuerpo- que lo van a sacar después de las elecciones (total ¿qué apuro hay?), obviamente que leyendo los resultados.
Se sacaron de encima (aunque sea en votación dividida, con Lorenzetti y Zaffaroni votando en contra) la causa de la cautelar de la Rural para mantener el predio de Palermo, y la devolvieron a la Cámara, para que la cocine a fuego lento hasta que se termine el mandato de Cristina (por lo menos); mientras ellos mismos siguen sentados cómodamente sobre el expediente por el que la AFIP pretende que La Nación pague impuestos (habráse visto, que pretensión), hace más de 10 años.
En el medio de la discusión por la reforma, lograron que Cristina les conceda seguir violando la Constitución y manejar la plata del Poder Judicial; cuando lo debería hacer el Consejo de la Magistratura; y vaya si lo manejan: en su momento le advirtieron al gobierno que no metiera mano en sus "ahorros" (las partidas del presupuesto que no gastan); y ahora (según leemos en Ambito Financiero) acaban de darle a sus empleados y funcionarios un aumento salarial, retroactivo a julio; y le piden al Ejecutivo que les amplíe las partidas para pagarlo.
Como se dijo acá, buscan un gil que les pague los sueldos.
Pero ojo: advierten que si no les amplían las partidas usarán su "fondo anticíclico" (ese que no querían que el gobierno les toque); integrado con las partidas que no gastaron.
Como más del 88 % del presupuesto del Poder Judicial de la Nación se va en sueldos (antes de éste último aumento) cabe suponer que, si el Jefe de Gabinete no les amplía las partidas, echarán mano de lo que no invirtieron en la infraestructura o la limpieza (aportando al desarrollo de la población de ratas, como vemos acá); o en comprar equipamiento informático para los juzgados, lo que a su vez les permitirá justificar porqué las causas se demoran, o los juzgados están tapados de expedientes.
Lo que se dice unos auténticos winners los tipos.
Pan de trotyl.
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