(*)
No hay una receta única para decidir si se debe aceptar o
no hacer una entrevista a La Presidenta, en especial cuando es Ella la que
quiere ser interrogada. (¿y quién te la pidió, si a vos ni siquiera te invitaron?) El enorme impacto que generó el reportaje que le hizo
Jorge Rial a Cristina Fernández la semana pasada y que fue emitido por las
pantallas de América y Canal 7 en el día de ayer es un buen punto de partida
para discutirlo. (podrías haber empezado por alguno de tus reportajes a Samid, no seas modesto)
¿Debía el
periodista aceptar la invitación? ¿Importa más la intención del líder político
o el contenido de la nota? (lo que seguro que no importa es la opinión del periodista, porque es un reportaje, no una columna)
Soy de los periodistas
que creen que hay que entrevistar a todos los personajes. (de ahí a que todos los personajes te den pelota y acepten que los entrevistes, hay un campo de distancia) Y, sobre todo, a los
considerados figuritas difíciles. (¿Samid, De Narváez, Carrió? porque son los que vos entrevistás siempre) No importa si son buenos o malos. Culpables o
inocentes. Héroes o villanos. Dictadores o Premios Nobel. (total ninguno de esos nunca va a aceptar que vos lo entrevistes) Lo importante es
hacer preguntas y repreguntas que, al final, le aporten más información al
lector, el oyente o al televidente. (ah, las respuestas no interesan: lo importante es lo que aporta el periodista, no el entrevistado) Durante el año 1995, me informaron que el
entonces Presidente Carlos Menem, me iba a otorgar, al final, una entrevista en
la quinta de Olivos. (te llamaron y te dijeron: "escuchá Luis, el Turco hoy está más al pedo de lo habitual, llueve y no puede jugar al golf, ¿querés venir a hacerlo reir un poco?) La había solicitado decenas de veces. En esa época, Menem
no hablaba con nadie. (salvo con Neustad, cuando lo reemplazaba en la conducción de "Tiempo Nuevo") Ni daba conferencias de prensa. (como el 99,99 % de los presidentes argentinos, o sea todos, menos De La Rúa y Puerta, que duró dos días, y lo único que hizo fue dar conferencias de prensa) Los hombres del
Presidente me consideraban, uno de los muchos periodistas críticos de su
gestión. ¿Por qué lo hacía entonces? Parecía parte de la campaña para su
reelección. (claro, porque en el 95 y con la euforia del 1 a 1 los encuestadores le decían a Menem: "Carlos, si querés ganar en primera vuelta, la única forma es dándole un reportaje a Majul") No me lo propusieron solo a mí. También a otros colegas. Algunos
aceptaron. (50 ó 60, pero antes que vos) Otros no. (Silvio Soldán se negó: "Yo estoy para cosas serias", dijo) Entonces puse, como condición no modificable, mantener
bajo mi responsabilidad la última edición del material. (a lo cual los tipos dijeron: "Si en la edición Menem sale rubio, no hay problemas") Me anticiparon que
emitirían no más de diez o quince minutos del reportaje en todos los canales de
televisión, no solo en el entonces llamado Argentina Televisora Color (ATC). Y
me dijeron que solo impedirían incluir insultos o agresiones a la investidura
presidencial. (¿en serio pretendés que creamos que te dijeron eso?, si sos lo más lameculos que hay Majul, dejáte de joder)
No sé si fue una
buena entrevista. (puede haber sido una mancha en una larga carrera de entrevistas brillantes, perfectas) Sí lo recuerdo como un reportaje muy tenso. El entonces
Presidente se molestó, y mucho, cuando le pregunté si la operación de carótida
que le habían practicado hacía poco no podía poner en riesgo su plena capacidad
para gobernar. (tremenda pregunta, ¿y antes de eso, que había afectado su capacidad para gobernar che? ¿los cientos de preguntas y repreguntas que según vos hay que hacer en un reportaje son tan pelotudas como ésa?) Tomó muy mal el interrogante. (y sí, era como si le dijeras que no le llegaba el agua al tanque, faltó que le preguntaras si ya no se le paraba) Mi salida de la Quinta de Olivos
fue un poco accidentada. (¿había baches?, lástima que ya no está de intendente el "Japonés" Pérez para reclamarle) Dos funcionarios del Presidente me preguntaron, con
voz demasiado alta, cómo me atrevía a faltarle el respeto de esa manera. Y me
aseguraron que no iban a publicar ni la pregunta ni la respuesta. Entonces les
dije que no se molestaran en pasar el resto del material. Horas después, me
comunicaron que la entrevista se emitiría, con la pregunta sobre la carótida y
la respuesta incluida. (fue luego de una angioplastía periodistica digamos) Hasta donde sé, estuvieron a punto de echar al de la idea
del ciclo de entrevistas, Guillermo Seita, entonces Secretario de Medios de la
Nación. (pero lo dejaron cuando se dieron cuenta que las risas de la gente viéndote hacer el reportaje tapaban la pregunta)
Lo consideré un
pequeño triunfo, (en vos todo es pequeño Majul, empezando por las ideas) aún cuando mis jefes directos en Canal 13 y TN, enterados de
las idas y venidas, me reprocharon el haber aceptado el convite del gobierno
argentino. (claro, era antes de lo de las armas y querían arreglar con Menem entrar en el negocio de la telefonía) En esa época conducía A Dos Voces, junto a Marcelo Bonelli, (momento memorable del periodismo mundial, es como juntar a Larry King y Mike Wallace, pero disléxicos) y hacía
informes especiales para Telenoche. (después te reemplazó Bazán, que lloraba mejor) "Te meten adentro de su lógica. Te usan
para blanquearse. Por más que le hagas el mejor reportaje de tu vida, (cosa no muy difícil para alguien que hace uno peor que el otro) te terminan utilizando para sus propios fines, me dio su opinión, sincera y
legítima, una de las autoridades más importantes del área de noticias de ese
canal. (y uno que estaba obligado siempre a mirar los informes especiales que hacías para Telenoche, además, por eso ya no trabajás en el 13 y TN)
¿Cómo me sentí
después del episodio? Aliviado. (todo esto no le importa un soto a nadie Majul, es como si saliera Roberto Maidana a decir que él lo entrevistó a Perón en el 73') Porque me dí cuenta que si la intención de los
hombres de Menem era usarme, algo les había salido mal. (es que sos como el Chapulín Colorado: no contaban con tu astucia) Y porque no percibí que
estuviera faltando a ningún procedimiento ético.
George Malbrunot,
el reportero francés de Le Figaró que estuvo, también la semana pasada, en el
ojo de la tormenta, por haber entrevistado al dictador de Siria, Bachar El
Asad, le respondió, por teléfono, desde Beirut, a un colega de El País de
Madrid: “Soy periodista y para mí lo más importante es que salga a la luz la
mayor parte de información posible. Hay que hacer el mayor número de preguntas
y es el lector al que le corresponde juzgar. (esto después de tu autoelogio del reportaje a Menem da cuenta de que tu ego es cuatro veces superior a tu diminuto intelecto Majul, nadie en su sano juicio compararía una cosa con otra) Nosotros no somos policía de la
moral. En Siria, la malograda primavera árabe está dejando un saldo de más de
100 mil muertos y por eso, entre otras cosas, El Asad es mala palabra en todo
el mundo occidental. El periodista Malbrunot fue tapa de los diarios de todo el
mundo en 2004, cuando un grupo islámico de Iraq lo mantuvo secuestrado, durante
cuatro meses, junto a un compañero. El, ahora, fue más allá cuando dio detalles
del contexto en el que hizo su última entrevista. En Oriente Próximo, si solo
habláramos con líderes demócratas, no hablaríamos con casi nadie. El mundo no
debe escuchar solo a los paficistas, interpretó. Argentina no es Siria ni
Cristina Fernández es El Asad, (lo cual demuestra que todo el larguísimo párrafo anterior estuvo de más, y es un auténtico disparate haberlo puesto luego de otro en el que vos, un insignificante, cuenta un reportaje que le hiciste a Menem tan intrascendente, que nadie -salvo vos- lo recuerda) pero está claro que el gobierno intenta cambiar
la imagen autoritaria y retona de la Presidenta. Incluso el permiso que le
dieron al candidato Martín Insaurralde para atender los pedidos de notas de
medios y periodistas críticos a los que hasta agosto ni siquiera les devolvía
el llamado debe ser enmarcado en la misma tendencia. Y también, por supuesto,
en la urgente necesidad de recuperar los millones de votos que perdió el Frente
para la Victoria en agosto. (claro, porque una nota en TN te tira pum para arriba la intención de voto en el segundo cordón del conurbano)
El intendente de
Lomas de Zamora me concedió una entrevista para la radio, la semana pasada.
Habló de la inseguridad, de la inflación, de la manipulación del INDEC, del
cepo cambiario y de los grupos económicos concentrados. (¿cuando empieza la parte de la nota en que dejás de mirarte el ombligo y proponés la discusión que planteaste al principio?) En ocasiones, para
contestar, se salió del relato oficial. Pero no quiso o no supo responder
varios de los interrogantes que le formulé. Uno, para citar un ejemplo, fue
porqué decía que el modelo perjudicó a los más ricos y poderosos y a los
banqueros cuando los bancos nunca ganaron tanto como en los últimos diez años. (y, ponéle que es porque siempre quieren ganar más, o perdieron los curritos de los megacanjes y planes Brady, o las AFJP) A cada pregunta que no contestaba, dejé sentado ante la audiencia que no estaba
respondiendo. (ay Majul, asumí que a lo mejor alguno que te escucha es un poco menos tarado que vos) Y lo hice delante suyo, antes de cortar la comunicación. (el tipo se debe estar cagando de risa todavía) No sé,
otra vez, si se trató del reportaje perfecto. (ya va a llegar Luisito, seguí tratando, a lo mejor con Zulma Lobato te sale) Pero no tengo dudas: los oyentes
se fueron con más información de la que tenían antes de los minutos que me concedió
Insaurralde. (sos un innovador en el género de la entrevista: lo importante son las preguntas tuyas y no las respuestas del entrevistado) Y también se enteraron de que hay preguntas que el candidato no
puede responder. (cosa que sabían antes del reportaje, porque vos se lo dijiste: no da reportajes porque a esto no puede responder)
No puedo afirmar
con honestidad si la nota que le hizo Rial a la Presidenta fue espectacular o
dejó mucho que desear. De hecho, todavía no la ví. (pero cómo ¿una columna entera sobre como deben ser los reportajes y no viste ése?) Voy a verla y a analizarla,
por primera vez, dentro de unas horas, (pasála en slow motion, así la entendés) para tomarla como una de las bases de la
entrevista que le haré al propio Rial en mi programa de televisión. (pará un cachito: ¿cuándo mandaste la nota al diario, si la fecharon el lunes y a Rial lo entrevistaste el domingo a la noche?) No dudo de
que la Presidenta pidió a un periodista con alta penetración (pero que, como dijo Maradona, tiene los huevos de agua) porque lo considera
una buena herramienta para mejorar la performance electoral. También sé
perfectamente que la jefa de Estado nunca me eligiría para concretar un mano a
mano. (es que te tienen miedo, Pulitzer) Pero si el mundo se viniera abajo y a Ella se le ocurriera aceptar los
cientos de pedidos de entrevistas que le hice en los últimos diez años, (o sea que, sabiendo que nunca te daría una entrevista, se lo pediste 100 veces, tenés menos dignidad que Patricia Bullrich, de última no importa si total -según vos- lo importante son las preguntas) lo
único que pediría, para llevarla a cabo, es la responsabilidad del último
corte. (¿pedir la tanda final, para cumplir con los auspiciantes?, lindo eso de plantear tus exigencias para hacer algo que nadie nunca te pedirá que hagas)
La decisión de
editar el material con lógica periodística. (ah, o sea que esa parte se la vas a dejar que la haga otro entonces)
(*) Las negritas son nuestras, el original acá.
O SEA, TODO UN ARTICULO AL PEDO...Y A ESTE PELOTUDO LE PAGAN UNA NOTA COMO ESTA...??? (QUE GENEROSOS). O PAGA PARA QUE SE LO PUBLIQUEN...???
ResponderEliminar