A ciencia cierta y a esta hora, nadie sabe como es el acuerdo (sujeto a aprobación de los españoles) con Repsol para dar por terminado el pleito por la expropiación del 51 % de las acciones de YPF el año pasado; pero casi nadie se priva de opinar. Y ya que estamos, nosotros también, que tanto.
Recordemos que Respol comenzó reclamando en los distintos juicios (incluyendo el que ha planteado en el CIADI) una indemnización por 10.000 millones de dólares, para estirar hace poco la cifra hasta los 20.000.
Muy lejos de lo que -según las versiones más firmes- terminaría aceptando: unos 5000 millones de dólares, a saldar en un pago con bonos (según otras versiones, en efectivo) de 1500 millones, y el resto en forma de participación accionaria en una sociedad conjunta con YPF y PEMEX (la petrolera estatal mexicana, artífice principal del acuerdo presionando a Respol, de cuyo capital es dueña en un 9 %), para explotar el 6,4 % de la concesión de YPF en Vaca Muerta.
Algunos hablan del 6,4 % del total de yacimiento, pero omiten que en realidad la propiedad del mismo es de la provincia de Neuquén; y por eso YPF sólo puede ceder parte de sus derechos como concesionaria, por ende en el área en que lo es, que es alrededor de un 40 % del total del yacimiento.
Por supuesto que el acuerdo involucraría la cacenlación mutua de todas las acciones judiciales pendientes entre las partes; lo que involucra esencialmente al litigio de Repsol en el CIADI y alguno que otro que anda dando vuelta por los juzgados de EEUU (como por ejemplo éste).
Habrá que esperar más detalles del acuerdo para ver de que se trata, pero si se confirman estos lineamientos, para el Estado nacional sería un gran negocio: cierra uno de los principales litigios exteriores que tenía por delante, pagando un precio relativamente bajo por una petrolera que tiene hoy números interesantes (ver acá); a punto tal que está pensando en comprar los activos de otra que opera en el país, y en Vaca Muerta (la norteamericana Apache, ver acá).
Y controla la principal empresa del país, que viene aumentando en algo más de un año y medio sus utilidades operativas, su inversión y su capacidad de producción de gas y petróleo; que es lo que el país necesita.
De todos modos, si Repsol se aviene a un acuerdo con el Estado argentino no es sólo por la presión que ejercen los mexicanos de PEMEX hacia su interior; sino porque (como se dijo acá cuando se resolvió la expropiación) todo eso de que era obligatorio formular una oferta por el 100 % del paquete accionario era puro verso; como lo de las sanciones internacionales al país, o que no vendrían otras inversiones porque se había tomado la decisión de expropiar.
Decisión que -como también se dijo- no se puede discutir en los tribunales buscando revertirla porque se trata de un acto soberano del Estado; quedando en todo caso por discutirse el monto de la indemnización.
Los peronistas siguen rematando las joyas de la abuela.
ResponderEliminarPero acá estamos comprando, no vendiendo che
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