martes, 17 de diciembre de 2013

UN REGALO DE MAJUL PARA EL ARBOLITO



(*)


El gran objetivo político de la Presidenta es pasar la Nochebuena sin saqueos, sin muertos, con la menor cantidad de cortes de energía posibles y en paz. (claro, sólo de la presidenta, el resto estamos deseando matanzas masivas, apagones prolongados y una guerra civil. En tu caso a lo mejor es cierto, pero a la hora de escribir tratá de que no se note tanto) Ella y, en especial, su hijo Máximo Kirchner, creen que después de mañana a la noche la Argentina será otra. (¿cuál, Argen y Tina?) Entre sus íntimos y sus incondicionales, la jefa de Estado y su hijo en operaciones sostienen que hubo, en las últimas semanas, un intento de golpe de Estado no tradicional, impulsado por delincuentes disfrazados de policías. (una visión compartida por bastante mas gente, Majul; incluyendo unos cuantos dirigentes opositores como Bonfatti ponéle, que acusó a los policías de sedición en la justicia) 

Además, ambos, junto con el secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini, explican que el ascenso de César Milani es una decisión política que tiene, como principal objetivo, que el Ejército y las demás Fuerzas Armadas respondan al gobierno constitucional, en caso de que sea necesario. (te aportamos un dato: para eso las crearon, y está previsto en la Constitución, desde 1853) ¿Lo piensan en serio o lo usan como excusa para explicar el derrumbe en las encuestas del gobierno, de Cristina Fernández y de casi todos los ministros de la administración, incluyendo al jefe de gabinete Jorge Capitanich y el de Economía, Axel Kicillof? (ah, ¿o sea que bajan en las encuestas porque quieren cumplir con lo que dice la Constitución de las FFAA?, o sea que para subir tendrían que propiciar que den un golpe, contra ellos. Raras, las encuestas) “Lo repiten tanto que se lo terminan creyendo” me dijo un exjefe de Gabinete (Alberto Fernández, pongámosle nombre a las cosas) que ya pasó, en su momento, por circunstancias parecidas. (¿por acuartelamientos policiales en 18 provincias, cuándo?)  

Ahora sí, la jefa de Estado está en el peor momento de su gestión. Incluso peor que en 2009, porque entonces la administración todavía tenía la posibilidad de elegir a un pingüino o una pingüina como sus posibles sucesores. (acordáte que no, que también entonces hablaban de fin de ciclo y vos escribiste que Kirchner quemaba papeles en la chimenea de Olivos) El problema más urgente es que los nuevos cartuchos se queman demasiado rápido. Hace un mes la designación de Capitanich aparecía como una jugada magistral, propia del mejor Kirchner. (lástima que no lo dijiste en ese momento, por el contrario dijiste que era al pedo) Haría que Cristina Fernández no se desgastara en el día a día, generaría una imagen de control y autoridad y colocaría al alto funcionario en la grilla de los presidenciales del oficialismo, matando a varios pájaros con el mismo tiro. 

Al tero Sergio Massa, (¿porque en un lado pega el grito y en el otro pone los huevos?, ah, pillín, lo conocés bastante bien se ve) porque Capitanich desplegaría las banderas que el exintendente de Tigre agita. ("el programa de sentido común serio y creíble") A la paloma Daniel Scioli, (¿por lo boludo o porque al final siempre te termina cagando?) porque le pegaría de lleno en sus ambiciones de sucederla desde el Frente para la Victoria. Al águila Mauricio Macri, (¿por ser un ave de rapiña?, aunque a Macri se lo ve más bien como un ganso o un pavo, pero entre los ornitólogos hay opiniones divididas) porque le quitaría cierto monopolio de las ideas de racionalidad y desarrollismo. (¿Macri tiene ideas y encima el monopolio?, pará con la frula, que te estropea las pocas neuronas que todavía no se exiliaron de tu balero) Y también a la prensa crítica, esa serpiente de muchas cabezas, (ahí estamos de acuerdo: un nido de víboras, los periodistas. Aunque mejorá las lecturas clásicas: el personaje de muchas cabezas era la Hydra, cada cabeza era una serpiente) porque el jefe de gabinete los atendería todos los días, lo que haría bajar las defensas de los periodistas que solo quieren preguntar. (cosa perfectamente comprobada: ya ni van a las conferencias diarias, porque como el tipo les responde, los cagó) El desplazamiento de Guillermo Moreno terminaría aflojando todo el resquemor en los sectores medios que lo percibían como la encarnación de Lucifer. 

Pero ahora todo parece haberse diluido, entre la rebelión de las policías provinciales, (ah, hubo rebeliones entonces, ¿no eran reclamos salariales nomás?) los saqueos, (afanos, con zona liberada por los canas sediciosos) los cortes de luz y la preocupante subida de los precios de los alimentos en diciembre, que hacen preconfigurar un índice de costo de vida anual, a partir del año que viene, que podría superar el 30%, lo que tornaría a la inflación inmanejable. ("preconfigurar", "podría", "tornaría", lo tuyo es el Apocalípsis, pero en condicional, por si falla) “Si me dejan hacer las tres o cuatro cosas que tengo en la cabeza damos vuelta la historia” me dijo Sergio Massa dos días después de asumir como jefe de gabinete. (o sea que se confirma que en la cabeza de Massa hay nada más que tres o cuatro cosas. Limitado el bocho, para las aspiraciones del hombre) Su primera decisión me había sorprendido: decidió recibirme en su despacho de la Casa de Gobierno, a pesar de que sabía que irritaría a los talibanes del Frente para la Victoria. (es verdad, si esa fue su primera decisión es sorprendente: por lo pelotuda. Y los talibanes se están cagando de risa todavía: "¿te acordás cuando lo primero que hizo Massa fue recibirlo al pelotudo de Majul?", una pregunta: ¿las otras dos o tres ideas que tenía Massa en la cabeza entonces eran tan geniales como ésa?) Aceptó una nota para la televisión. Me explicó que lo hacía porque quería marcar la cancha desde el principio, porque después le sería muy difícil darlo vuelta. Y me adelantó cuáles eran sus verdaderas intenciones: hacer otra vez creíbles las mediciones del INDEC, volver, de a poco, a la órbita del Club de París, detener la bola de nieve de los subsidios, sacárselo de encima a Guillermo Moreno y mostrar a una Presidenta más cerca de la gente, primero con el llamado a conferencias de prensa, después con un mano a mano con los periodistas más creíbles e influyentes de la Argentina. (todo esto fuera de la nota, donde te contestó boludeces y defendió a Moreno y los índices del INDEC, están los archivos Majul. O sea que te boludeó mal, y vos todavía no te diste cuenta) Massa se fue un año más tarde, después de fortísimas discusiones con Néstor Kirchner, en lo que considera su experiencia política más intensa desde que se hizo dirigente del Partido Justicialista. (lógico, esas cosas en la UCD no pasan, Alsogaray era un plomazo que ni ganan de pelearse con él daban. Lo curioso es que después que el se fue -con un voleo en el orto- el kirchnerismo logró dar vuelta la historia, y llegar al 54 % sin él; o sea que taaaan genio no era)

Quizá por eso, hace un par de domingos, en La Cornisa TV, entre corte y corte, explicó: “Ojalá que a Coqui le vaya bien ¡Aunque esta situación me hace acordar tanto a lo que me pasó a mí cuando me designaron jefe de gabinete! (otra vez te tira la posta en los cortes, y al aire dice boludeces, vos creés que sos su prensero y él te hace quedar como un boludo; que publica acá lo que no dice en la tele. Por eso cada vez menos gente mira el programa Majul, te estás pegando un tiro en el dedo gordo del pie) Lo que el diputado nacional”. por el Frente Renovador dice en voz alta (pero ojo: en los cortes, no al aire) es lo que piensan, en voz baja, gente que integra este gobierno, como los ministros Florencio Randazzo y Julio De Vido, o gobernadores que forman parte del Frente para la Victoria, como Scioli o Juan Manuel Urtubey. (si lo que decís fuera la mitad de cierto, los quemaste a los cuatro como fuentes. Aunque en realidad es todo fruta, y ninguno te toma en serio como para darte una nota y decirte lo que piensa Majul. Ni en los cortes) Y esto implica, nada más y nada menos, que Cristina Fernández no va a cambiar, aunque la hayan operado de la cabeza y la hayan convencido de que el cuerpo, todo el tiempo, no lo tiene que poner. Ella, sino los otros, si es que no se quiere morir, como Néstor. (pero eso lo dice la propia Cristina, chocolate por la noticia, Majul)

El problema, otra vez, es que por más que a la administración le moleste la comparación de diciembre de 2001, cuando se habla de los saqueos, o de diciembre de 2008, cuando se habla de los cortes de luz, o de 1989, cuando se habla de alta inflación (a esta altura esas comparaciones no molestan Majul: dan risa, agarrá un libro de historia que no muerden; o diarios viejos, si no te da el bocho para tanto) o hiperinflación, los problemas estructurales les están explotando en la cara, y eso que todavía faltan poco menos de dos años para terminar el mandato. El Papa Francisco, en primer lugar, y los presidenciables, en segundo lugar, pero muy cerquita, están haciendo cuentas todos los días y rezando, de paso, para que todo termine bien, y en los tiempos que marca la Constitución. (el Papa llegó al cargo porque el que estaba antes renunció, lo eligen a dedo un puñado de viejos chotos, y gobierna una monarquía absoluta de derecho divino, hasta que palme. O sea que no sería una autoridad en materia de mandatos constitucionales y todas esas cosas. Y lo del rezo de los presidenciables, de solo imaginarlo es para cagarse de risa)

Pero para eso Cristina Fernández tendrá que hacer algo que acá y en el resto del planeta se llama ajuste. (o sea que la única forma en que todo termine bien, es hacer un ajuste. Parecés López Muprhy) No importa, ni siquiera, el concepto estrambótico con el que reemplacen la palabra ajuste Capitanich o Kicillof. Tampoco importan las encuestas ni el cálculo político. (¿cómo, ahora no importan?, si toda la nota empezó con que Cristina bajaba en las encuestas) Importa, eso sí, que lo hagan cuánto antes, y que afecten lo menos posibles, ("posible", en singular Majul) a los que menos tienen. Porque cuánto más se demore más va a ser el daño colectivo que le van a producir a toda la sociedad. (¿alguna precisión respecto a tan categórica afirmación sería mucho pedir?) Si la meta inmediata es llegar a Navidad, no sería malo que aprovechara las fiestas como un momento de íntima reflexión y empezara a hacer lo que se debe, aunque no parezca simpático ni popular. (el ajuste, rápido, y que no alcance a los que menos tienen aunque no sea popular, pero que si se demora dañará a todos que no lo hagan, ¿era así mas o menos o le rezamos a Massa para entender?) 

(*) Las negritas son nuestras, el original acá.

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