miércoles, 22 de enero de 2014

MODELO SI, PERO PARA ARMAR


Leemos en Sin Mordaza: "Federico Pezz lo dejó escrito en su muro de Facebook; muchos de sus correligionarios se cansaron de exponerlo ante dirigentes socialistas y pese a las promesas, el Frente Progresista, Cívico y Social de Santa Fe no se ha dado una institucionalidad como muchos pregonan y dicen ansiar. El tema se actualizó en estos días de enero cuando buscan hacerse conversaciones más prolijas a nivel nacional entre el FAP y la UCR con vistas a integrar una coalición para competir por la presidencia de la Nación en 2015.

Pezz, ex legislador provincial y hoy integrante del directorio de Assa por el radicalismo escribió en la red social: "Muy interesante: Unen de Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Caba), espacio que sólo tiene algunos meses, ya tiene una mesa de conducción, primer paso para su institucionalización. Nuestro Frente Progresista, Cívico y Social (Santa Fe) con varios años de existencia (casi nueve), sigue en la informalidad. Los radicales vamos a seguir insistiendo y trabajando para lograr la institucionalización del Frente, estatuto, reglas y conducción formal"."

La verdad es que los radicales ya dan un poco de pena, por no decir vergüenza ajena: ¿tanto les cuesta admitir que el socialismo nunca los tomó verdaderamente en serio como para tratarlos de igual a igual?

Encima poner como ejemplo a UNEN, que eligió como "presidente" a Pino Solanas que no tiene partido, y como "vice" a Terragno, que no representa orgánicamente a la UCR; un mamarracho.

Este versito de la "institucionalización del Frente Progresista" lo venimos escuchando por lo menos desde el inicio del gobierno de Binner, si no desde antes, y ni ellos se lo creen.

Hasta acá han sido un mero rejuntado electoral para ganarle al peronismo, y mal no les ha ido de ese modo.

¿Por qué razón el socialismo armaría una mesa permanente donde se tomen las decisiones de la alianza que gobierna Santa Fe, si hasta ahora así como está les fue bárbaro?

Ganaron dos elecciones, impusieron los candidatos a gobernador, les impusieron a los radicales el vice que quisieron (incluso volteando al que ellos habían elegido) y -por sobre todo- no necesitan de la meneada "institucionalización" del Frente para gobernar: para eso le basta a Bonfatti con la Fapnelco y el pacto con los senadores del PJ.

Recordemos si no lo sucedido con el presupuesto provincial de éste año: con la excusa del clima creado por la crisis policial, los diputados del PJ aprobaron sobre tablas y sin dictamen de comisión el proyecto, mientras los radicales no daban siquiera quórum para tratarlo.

Binner primero y Bonfatti después gobernaron tranquilos sobre la base de un 40 % del electorado furiosamente antiperonista y fidelizado en votar cualquier cosa que no sea PJ, con un peronismo santafesino en crisis, atomizado y sin liderazgos; y con sus votos disputados por el fenómeno Del Sel.

En ese contexto, para el socialismo sería absurdo crear una instancia en la que deba rendir cuentas de las decisiones que toma el gobierno provincial, a los demás socios del Frente; y convengamos que para los radicales el esquema también tiene sus beneficios: a cambio de algunos cargos de legisladores y unas cuantas chapas en el gobierno, se despegan del costo de gobernar; y no asumen responsabilidad por ninguno de los mocos de la gestión.

¿O acaso alguno los vio asomar el hocico cuando estalló el escándalo de Tognoli, o durante el motín policial, o cada vez que se aumentan las tarifas o los impuestos provinciales?  

Que Binner recorra el país todo el tiempo llamando a construir una coalición tomando como ejemplo lo que pasa en Santa Fe (el "modelo" a seguir, suele decir Hermes) no debe malinterpretarse, ciñéndose a un sentido literal de sus palabras.

El "modelo" que está proponiéndoles a los radicales de todo el país (que al igual que acá les pasa con los candidatos a gobernador, no tienen un candidato a presidente mínimamente competitivo) es que vayan al pie, lo acepten como su candidato; y pongan a su disposición el aparato territorial de la UCR.

Lo demás es puro cuento, y los primeros que tendrían que advertirlo son los radicales santafesinos, y contárselos al resto.

A menos que el rol que les ha asignado el socialismo les guste tanto, que lo quieran repetir en un eventual gobierno nacional.

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