En los últimos días de este mes, comienza "el carnaval más largo del mundo", que es el de Montevideo. Durante sus cuarenta días se pueden apreciar la elección de reinas, desfiles inaugural, de escolas de samba y llamadas, el concurso en el Teatro de Verano y los espectáculos en los tablados barriales y comerciales, en los cuales intervienen murgas, parodistas, cómicos, revistas y sociedad de negros y lubolos (blancos pintados de negros).
El género que más ha trascendido en estos pagos, es el de las murgas, que no son de desfile, sino de tablados o escenarios. Conforman un mix de canto coral, teatro, circo...y tienen una marcada guía de protesta social y política.
En ese orden Falta y Resto, nacida en 1980, fue uno de los refugios de la resistencia cultural a la dictadura, recibiendo sucesivas censuras hasta el arribo de los gobiernos democráticos. Se caracterizó por respetar el canto murguero que no es un canto cualquiera, sino imbuído de pasión y retruque a lo establecido. No es "ni muy afinado ni muy afiatado" y está acompañado solamente por un trío, una batería de platillo, bombo y redoblante, que marca el ritmo del espectáculo. En ella se pudieron escuchar en distintas formaciones al Canario Luna, el Gallo Todeschini, los Arismendi, Chato Ambrosio, Tabaré Cardozo, Larry De Clay, el Pitufo Lombardo, Alejandro Balbis, Pinocho Routín, Zurdo Bessio, Coca Vidal, Mono Orlando, Pablo Milich y tantos otros, bajo la dirección general de Raúl Castro.
Luego llegó el movimiento de murga joven, con Agarrate Catalina, Queso Magro y otras, que se sumaron a las tradicionales Araca la Cana, Asaltantes con Patente, Diablos Verdes, Curtidores de Hongos, etc.
Este año no sale la Falta, pero les dejamos algo de ella pa no extrañarla tanto. Y vamo arriba bo!
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