Ojo, lo dijo allá por el 2009; a lo mejor ahora con el paso de los años lo piensa, y se arrepiente, pero igual vale: Clarín presentó su propuesta de adecuación a la ley de medios, la AFSCA la aceptó; y ahora empieza el proceso para cumplirla y desinvertir, desarmando su red de medios.
Y TN no desapareció, tanto que forma parte de la primera de las seis "unidades de negocios" en las que el Grupo se dividirá para dar cumplimiento a la ley.
Detengámonos en éste punto: después de cuatro años de pelear con uñas y dientes en tribunales, con todos los recursos legales (y de los otros) a su alcance, el grupo de medios más poderoso de la Argentina tuvo que terminar aviniéndose a aceptar las reglas de juego impuestas por una ley de la democracia.
Esa ley que parecía que jamás iba a salir, justamente por las presiones de ese grupo de medios; que fue creciendo sobre la base de presionar y extorsionar a todos los gobiernos, incluyendo a los kirchneristas.
Cuando la actualidad marca cuestiones más acuciantes como la inflación, muchos ningunean y subestiman éste hecho, que tiene sin embargo una trascendencia sustantiva en términos de consolidación democrática; y no solo por la cuestión de la democratización de la palabra, sino -fundamentalmente- porque el poder institucional del Estado (ése que los ciudadanos legitiman con su voto) le ganó la pulseada a una parte muy importante del poder corporativo.
Por supuesto que no faltan los que le bajan el precio al asunto, con el mismo discurso político con el cual justificaban oponerse a las retenciones móviles: mientras no hagamos la reforma agraria, dejemos todo como está.
En éste caso sería algo así como "mientras no hagamos la revolución socialista y colectivicemos los medios de producción, dejemos que Clarín tenga todas las licencias que quiera".
Por supuesto que no faltan los que le bajan el precio al asunto, con el mismo discurso político con el cual justificaban oponerse a las retenciones móviles: mientras no hagamos la reforma agraria, dejemos todo como está.
En éste caso sería algo así como "mientras no hagamos la revolución socialista y colectivicemos los medios de producción, dejemos que Clarín tenga todas las licencias que quiera".
Lo que deja toda una enseñanza en términos de debate y disputa política, y construcción de una democracia más amplia, más profunda y más autónoma respecto de las lógicas no democráticas.
Porque de lo contrario resulta que este tema era poco importante y una pavada, pero nadie lo había abordado antes de que Cristina tomara la decisión de impulsar la ley de medios. Y no precisamente porque cuando les tocó gobernar, hayan encarado a fondo otros temas seguramente más importantes, en beneficio de los intereses populares.
Leamos por ejemplo al ex diputado Milman en el Cronista de hoy: "Milman expresó que a diferencia de la gesta épica pensada por el gobierno para el 7D, hoy 17F no hay megarecitales ni movilizaciones populares. También manifestó que aún el Gobierno no sabe si ganó o perdió la supuesta batalla contra los monopolios mediáticos, y agregó que lo cierto es que, como fue siempre, este tema no le preocupa a la gente que tiene sus intereses reales en la economía y si habrá clases próximamente.".
Bueno, nosotros pensamos que Gerardo Milman es un pelotudazo importante, que debería renunciar al cargo que tiene en un organismo que -según él- está para cosas que no son importantes. Pero son opiniones, y respetamos las otras.
Imaginemos si hace cinco años atrás (cuando las cenizas del conflicto con las patronales del campo aun estaban calientes) alguien hubiese dicho que a Clarín había que obligarlo a dividirse en seis, y a desprenderse de Cablevisión: lo hubieran tratado de loco, por lo bajo.
En los términos actuales del debate político argentino, es poco probable que algún dirigente opositor lo reconozca públicamente, pero un Grupo Clarín disminuido en su poder de fuego mediático es un activo adicional con el que contará cualquiera que quiera gobernar nuestro país a partir del 2015. A lo mejor debe ser una de las razones por las que todos los días aparece un candidato nuevo.
Leamos por ejemplo al ex diputado Milman en el Cronista de hoy: "Milman expresó que a diferencia de la gesta épica pensada por el gobierno para el 7D, hoy 17F no hay megarecitales ni movilizaciones populares. También manifestó que aún el Gobierno no sabe si ganó o perdió la supuesta batalla contra los monopolios mediáticos, y agregó que lo cierto es que, como fue siempre, este tema no le preocupa a la gente que tiene sus intereses reales en la economía y si habrá clases próximamente.".
Bueno, nosotros pensamos que Gerardo Milman es un pelotudazo importante, que debería renunciar al cargo que tiene en un organismo que -según él- está para cosas que no son importantes. Pero son opiniones, y respetamos las otras.
Imaginemos si hace cinco años atrás (cuando las cenizas del conflicto con las patronales del campo aun estaban calientes) alguien hubiese dicho que a Clarín había que obligarlo a dividirse en seis, y a desprenderse de Cablevisión: lo hubieran tratado de loco, por lo bajo.
En los términos actuales del debate político argentino, es poco probable que algún dirigente opositor lo reconozca públicamente, pero un Grupo Clarín disminuido en su poder de fuego mediático es un activo adicional con el que contará cualquiera que quiera gobernar nuestro país a partir del 2015. A lo mejor debe ser una de las razones por las que todos los días aparece un candidato nuevo.
Queda ahora la parte espinosa de controlar que el plan de desinversión se cumpla, en cada una de sus partes: en ésta entrada y en ésta otra analizábamos en éste blog con detalles los pasos a seguir, para verificar el cumplimiento de lo que exige la ley: recomendamos su lectura; como complemento necesario de éste post.
Entre otras cosas, el Grupo deberá presentar a los nuevos titulares de las licencias de las que se desprende (hasta acá habló gaseosamente de "terceros"), y estos deberán cumplir con todos los requisitos de la ley, y poder demostrar fehacientemente el origen de los fondos con los que los compran.
Recién entonces la AFSCA podrá dar luz verde a la transferencia de las licencias; y si vencido el plazo, el plan de adecuación no se cumple, procederá la desinversión forzada.
Un proceso que será tan arduo como fue llegar hasta acá, porque el propio Grupo ya está mostrando los dientes al cuestionar la "imparcialidad" de Sabatella (preparando el terreno para, eventualmente, recusarlo), y porque con esta gente hay que partir de la base de que actúan de mala fe; para estar menos expuestos a cometer errores.
Milman a que sector político pertenece? Ahhh, claro... Y ahora quien podrá hacerles el circo mediático.
ResponderEliminarQue pena por el diario El Litoral y su periodista estrella: Rogelio Alaniz, cuya foto con el Papa publica Barricada. ¿Viajó hasta el Vaticano para manguearle una damajuana de vino de misa?. Solo un alucinado borrachín habla pestes de la iglesia católica, se dice gorila y ateo, y después se toma el avión hasta El Vaticano para darle la mano a un Papa de procedencia peronista.
Hablando de bueyes perdidos.. al Cachi Martínez Gorriz se le están escapando las tortugas, espantadas por su ingreso a la jaula de los gorilas del zoológico massista.