¿Quién no escuchó alguna vez a Macri decir que lo que el país necesita es una visión estratégica, a largo plazo, con equipos preparados y planes serios para encarar los problemas del país?
Esa visión de la "utopía gestionaria" es casi lo único parecido a un discurso político que se le puede encontrar al PRO, más allá de la generalidad de los lugares comunes del diálogo, el consenso, la energía y las buenas ondas.
Leemos en Ambito Financiero que el bueno de Mauricio estuvo en la sede de YPF para interiorizarse sobre la marcha de la empresa como parte de su campaña presidencial; acompañado entre otros por Melconián.
Y allí fue recibido por Miguel Galuccio y otros miembros del directorio de la empresa quienes lo pusieron al tanto de como anda la cosa, tras lo cual Mauricio habló sobre las posibilidades de desarrollo que implica Vaca Muerta, que es enorme según dijo, pero "Tenemos que ser muy serios y profesionales en el trabajo".
Como hombre de negocios que es (aunque quizás no muy exitoso, porque por algo papá Franco prefirió dejarlo que se dedicara al fútbol y a la política, más que a las empresas familiares), Macri seguramente habrá visto los números de YPF (que cotiza en las bolsas del país y el extranjero), que hablan por sí mismos: acá hay bastante información al respecto.
Números que vienen siguiendo una tendencia positiva en todos los renglones (volúmenes de producción y comercialización, recuperación de cuotas de mercado, facturación, ingresos y ganancias, inversión) desde que la petrolera volvió a ser controlada por el Estado; y Cristina puso al frente al ingeniero entrerriano, para cumplir con lo que mandaba la ley de expropiación: una conducción profesionalizada para la más grande empresa del país, con el objetivo de potenciarla y alinearla con los objetivos nacionales.
Ley de expropiación dijimos, y es ahí donde nos permitimos poner en duda la visión de estadista de Mauricio, su capacidad de darse cuenta cuando se está frente a una decisión estratégica para impulsarla o acompañarla decididamente.
Cuando se discutió en el Congreso lo que sería luego la Ley 26.741 que le permitió al Estado nacional retomar el control de YPF de manos de Repsol, se logró un consenso poco usual: en Diputados la votación arrojó 208 votos por la positiva, contra sólo 32 por la negativa; sobre un total de 257 legisladores que componen la Cámara.
Y da la casualidad que entre esos escasos 32 votos en contra, estuvieron (por indicación y directiva de Macri) todos los de los diputados del PRO y sus aliados, como podemos ver acá:
Y lo peor no fue eso: luego de aprobada la ley, lo mandó de gira a España al diputado Obiglio (uno de los que votaron en contra) a dar una serie de reportajes y conferencias alentando a Repsol a demandar al país; con el argumento de que el gobierno de Cristina jamás les pagaría nada por la expropiación, mucho antes de que dijeran que Kicillof había dicho eso: ver acá y acá.
¿Habrá que creerle ahora a Mauricio que lo pensó mejor y considera importante que el Estado controle YPF, y que Galuccio viene haciendo una buena gestión al frente de la empresa?
O mejor aun: ¿habrá que creerle cuando critique otras medidas que tomó el gobierno nacional, con el argumento de que les falta una visión estratégica?
“¿Habrá que creerle ahora a Mauricio que lo pensó mejor?”
ResponderEliminarImposible.
Mauricio no piensa, solo tiene facultades para repetir lo que le dictan al oído.
El Colo.