Cuando cada miércoles la oposición fracasa en su intento de juntar quórum para tratar su propia agenda en el Congreso, se desquitan en Twitter subiendo fotos del recinto con las bancas vacías del oficialismo (sin explicar porqué ellos no juntaron los que hacen falta para sesionar), y posando de indignados.
Como hace el diputado Zabalza en el tuit de la imagen de apertura; que corresponde al pucherito porque no pudieron tratar el proyecto de derogar el memorándum firmado con Irán, proyecto que era un completo disparate, que supera al de los jueces de la Cámara Federal que lo declararon inconstitucional hace poco: único caso en la historia judicial en el que unos jueces se arrogaron el derecho de fijar la política exterior de un país.
Pero detengámonos en el enojo de Zabala, al parecer porque en su momento el memorándum fue enviado al Congreso ya firmado por el gobierno argentino; como si alguna vez las cosas se hubiesen hecho de otro modo.
En materia de relaciones exteriores del país, tienen atribuciones concurrentes el Congreso y el Presidente.
En el caso del Congreso, dice el artículo 75 inciso 22) de la Constitución que le corresponde: "Aprobar o desechar tratados concluidos con las demás naciones y con las organizaciones internacionales y los concordatos con la Santa Sede.".
Y en espejo, el artículo 99 inciso 11) dice que el Poder Ejecutivo "Concluye y firma tratados, concordatos y otras negociaciones requeridas para el mantenimiento de buenas relaciones con las organizaciones internacionales y las naciones extranjeras."
¿Clarito no?: el Ejecutivo firma los tratados, los manda al Congreso, y éste decide si los aprueba o no, ni siquiera les puede cambiar una coma, por una razón muy sencilla: hay otra parte involucrada, son actos bilaterales.
El planteo de Zabalza (que se los manden antes de firmarlos) es sencillamente un absurdo, porque el que lleva adelante las negociaciones hasta llegar a un punto de acuerdo (el texto definitivo del tratado en cuestión) es el Ejecutivo, que es uno.
Imaginemos por un momento a los 257 diputados y 72 senadores diciendo "sacále esta coma, agregále éste párrafo, redactálo así", y la contraparte extranjera, esperando que se pongan de acuerdo, para firmar el tratado. Un disparate.
Un disparate además opuesto a la Constitución, que cuando quiere que el Ejecutivo consulte al Congreso antes de tomar una decisión en materia de política exterior lo dice expresamente; como en el artículo 75 inciso 25): "Autorizar al Poder Ejecutivo para declarar la guerra o hacer la paz".
De allí nuestra pregunta a Zabalza, si se quiere capciosa, pero para poner en evidencia que sobreactuaba indignación donde en realidad había sanateo, puro y simple.
Y no es la primera vez que nos sucede: hace un tiempo nos pasó lo mismo con los gastos del Ejecutivo que excedían lo previsto en el Presupuesto, tanto en la nación como en Santa Fe.
Zavalza. La ignorancia hecha materia.
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