sábado, 26 de julio de 2014

COHERENCIA EDITORIAL


Del mismo diario que disfrazó por años la oferta pública de sexo, el rufianismo y la prostitución en avisos del "Rubro 59", o que apaña la misoginia enfermiza de Sábat, no se puede esperar otra cosa que la naturalización "simpática" de algo prohibido por la ley, como el trabajo infantil. 

Practicado en el mismo evento en el que un esclavista defraudador y delincuente pontificaba sobre el futuro rumbo del país; como si le sobrara autoridad moral.

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