La imagen es clara: no estamos hablando de Vorobiof, ni de que Bonfatti le haya pedido la renuncia (todo lo contrario: lo siguen protegiendo en la justicia, discutiendo si es o no funcionario público).
No señor, hablamos del Sampán, el barco que está parado en el puerto local desde abril del 2011.
Y que al parecer, finalmente se iría, pero para ser convertido en chatarra.
Lejos quedaron aquéllos tiempos venturosos en los que Barletta y el propio Vorobiof celebraban su llegada, augurando que sería el primero de muchos que vendrían a transformar nuestro puerto, en algo parecido a un puerto de verdad, con barcos y todo:
El tema es que, cuando se vaya, el amigazo Vorobiof y la gente del Ente Administrador del puerto van a tener que modificar la propaganda institucional:
Se les va a complicar, a menos que convenzan a alguien que los edificios de Puerto Amarras son en realidad silos, o el casino y el shopping muelles de carga y descarga, pero algo se les va a ocurrir.
No son ningunos boludos (Boluda puede ser).
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