Si empezamos a ver los titulares, y más si nos adentramos a leer las notas, podemos alcanzar a divisar cómo la oposición es una verdadera bolsa de gatos y, lo que es peor aún, cómo dentro de un mismo partido ni siquiera acuerdan qué decir o hacer, al responder a líneas diferentes de órdenes. Así, todos saben que el enemigo es el Gobierno, pero el ataque que le profieren es anárquico, en los tiempos y en los contenidos, contrastando con los actos propios.
Un caso patético fue el del proyecto de reforma del Código Penal, en el que participaron en la redacción Gil Lavedra, Pinedo y Barbagelata (UCR, PRO Y P.S.) y por iniciativa de la Corpo, a través de Massa, empezaron a darle duro y parejo al trabajo, incluso por aquellos mismos que habían agarrado la birome para suscribirlo. En fin.
Ahora vemos como, entre otros lúmpenes usados por Magnetto, Melconián sale a "darle" sin fundamentos a los acuerdos con China, tildándolos de fantasiosos. Habría que preguntarle a los patagónicos, a los rosarinos, a los empresarios y a Fábrega a ver qué opinan de la fantasía de los economistas que, como ha dicho Roberto Navarro, no puede ser que siempre se equivoquen.
Y, paralelamente a ello, su jefe político le entregó las llaves de la ciudad y, mejor aún, la camiseta de Boca a Xi Jinging, olvidándose que ya no es el presidente de ese club, sino el Jefe de Gobierno.
O sea, si los convenios son un bluff, ¿cómo puede entregarle las llaves de la ciudad a quien se estaría cagando de risa de los argentinos?
Como vemos, los opositores no tienen celulares para ponerse de acuerdo. Y eso que ahora hay whatsap, que sale más barato.
La oposición se siente muy cómoda "lijando" al gobierno nacional con Boudou y la saga de "la política judicializada". Ver la columna de hoy de Julio Blanck (Clarín): parece que se mancó el caballito Massa y entonces Blanck elucubra sobre la base de una encuesta sin dar a conocer el encuestador ni publicar un solo porcentaje. Macri escala, Massa declina y Scioli se mantiene. Una joyita de Clarín operador de candidato. El inefable Binner, por supuesto, sobre los acuerdos con China y Rusia atina a decir que le preocupa la imagen del país porque el vicepresidente lo recibió a Xi Jinping(como pasa protocolarmente en todos lados)Pobre de nosotros de cara al 2015 con esta absoluta carencia de oposición, programa político e ideas para sostener lo alcanzado tras la debacle del 2001.
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