El viernes tuvimos el placer de participar de la charla de Baltasar Garzón en Santa Fe, organizada por los compañeros del Centro de Estudios Juana Azurduy y con la presentación del diputado Leandro Busatto.
En poco menos de una hora el visitante repasó los hechos más significativos de la evolución del derecho internacional de protección de los derechos humanos, desde la declaración universal de la ONU desde 1948 a la fecha pasando por las diferentes convenciones internacionales sobre el genocidio, la tortura, la desaparición forzada de personas; o los pactos por los que se reconocieron derechos civiles, políticos, económicos y sociales.
Tuvo un especial detenimiento en la implicancia de la reforma constitucional argentina de 1994 al otorgarle jerarquía constitucional a esas normas, y como esto terminó otorgando el marco jurídico necesario para la anulación en la justicia (en especial con el fallo de la Corte en el caso Poblete) de las leyes de impunidad para los crímenes de la dictadura; y su posterior derogación por el Congreso nacional, ya en tiempos del gobierno de Néstor Kirchner.
También destacó la figura de Néstor y su contribución a las políticas de memoria, verdad y justicia desde el aparato institucional del Estado y la más alta autoridad política del mismo; contrastando el caso argentino con lo que ocurre en España, donde aun hoy es muy dificultoso avanzar sobre los crímenes del franquismo, a tal punto que a él mismo intentarlo, le costó su cargo en la justicia de su país.
Comparó también la situación política existente en América Latina y en la Argentina con relación a los países europeos en general, y a España en particular; rescatando como sumamente positivo el proceso de movilización social y debate público que aquí se advierte, con gran protagonismo de los jóvenes; mientras en su país la crisis económica aun no ha alumbrado cambios fundamentales en el sistema político, si bien ponderó el movimiento de los indignados y el surgimiento del partido Podemos; en las últimas elecciones europeas.
Ante un nutrido auditorio en el que abundaban los representantes de organismos de derechos humanos y muchos militantes que padecieron en carne propia la represión de la dictadura, Baltasar Garzón recordó su lucha por extraditar a los genocidas para juzgarlos (incluyendo al ex juex Brusa y los miembros de la patota represiva santafesina); cuando esa posibilidad estaba cerrada en el país; acción a través de la cual construyó un vínculo profundo con Santa Fe, aun antes de conocerla en persona.
Ante un nutrido auditorio en el que abundaban los representantes de organismos de derechos humanos y muchos militantes que padecieron en carne propia la represión de la dictadura, Baltasar Garzón recordó su lucha por extraditar a los genocidas para juzgarlos (incluyendo al ex juex Brusa y los miembros de la patota represiva santafesina); cuando esa posibilidad estaba cerrada en el país; acción a través de la cual construyó un vínculo profundo con Santa Fe, aun antes de conocerla en persona.
Luego de la charla, fuimos invitados por los organizadores y por los compañeros del SADOP a compartir un encuentro con él en el Solar de las Artes, en el que tuvimos el placer de poder conocerlo y tratarlo personalmente; y disfrutar de la destacable sencillez de alguien que -a no dudarlo- es una figura de prestigio mundial por su inquebrantable lucha en defensa de los derechos humanos.
Baste decir que -a pedido del público- el hombre no dudó en terminar la noche contando cuentos de gallegos (y de andaluces también, por que no); rubro en que el que claramente no desentonaría si se decidiera a hacerlo profesionalmente.
Un señor en toda la regla, en la más castiza acepción del término.
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