lunes, 4 de agosto de 2014

CON PLATA AJENA, CUALQUIERA ES GENEROSO


En reiteradas oportunidades hemos dicho en Nestornautas que la actitud de los empresarios al respaldar los reclamos del sindicalismo por Ganancias podría parecer extraña, pero en realidad no lo es: planteando que el mínimo no imponible se ajuste por ejemplo por la inflación, están preparando el terreno para aplicar el mismo criterio para los balances de las emrpesas; y poder de ese modo pagar menos ellos, por el mismo impuesto.

El proyecto que presentó en Diputados De Mendiguren (ver acá) lo dice explícitamente; con lo cual aprovecha un reclamo sindical (discutible), para colar el caballo de Troya de uno empresario, impresentable.  

Además de que -por supuesto- toda mejora en los salarios de los trabajadores ubicados en el vértice de la pirámide de la fuerza laboral que provenga de cambios en Ganancias, no saldrá de los bolsillos de los empresarios, sino del Estado: ellos liquidan los haberes conforme las escalas salariales vigentes, y esa plata ya no les pertenece; o es de los trabajadores por poner a su disposición la fuerza de trabajo, o parte (en los casos alcanzados por el tributo), es del fisco.  

Cuestión muy distinta sucede cuando las mejoras salariales para los trabajadores deben sí  o sí salir del bolsillo empresario, como por ejemplo cuando se reajustan los valores del Salario Mínimo, Vital y Móvil.

Al respecto, leemos en Tiempo Argentino: "Nunca falta algún sector sindical que pide una exorbitancia, me refiero a algún sector minoritario del sindicalismo, pero los sectores de la CGT y las entidades empresarias siempre hemos llegado a acuerdos; podrá demorar un poco más o un poco menos, pero vamos a asistir todos con actitud constructiva", fue la respuesta de Carlos de la Vega, presidente de la Cámara de Comercio, con respecto al pedido de la CTA. "Todas las paritarias han cerrado con aumentos del 28 o 29%, entonces no se puede cerrar en 35 por ciento", indicó.

En la misma línea se expresó Gustavo Weiss, titular de la Cámara de la Construcción, quien manifestó que el incremento del salario mínimo debe estar en el orden promedio de las paritarias. "La UOCRA, la UOM y la mayoría de los grandes convenios cerraron en torno al 28 o 29 por ciento. No hay que hablar de valores que incentiven el tema inflacionario, veremos cómo se desarrolla la negociación, pero de seguro tiene que ser un porcentaje por debajo del 30 por ciento", concluyó el directivo.

La Unión Industrial Argentina (UIA) también expresó su desacuerdo en torno al pedido de la CTA. "Desde ya que no lo compartimos, un aumento del 35% no tiene que ver con la razonabilidad ni la evolución que ha tenido el salario mínimo en Argentina, que ha sido importante en los últimos años. Queremos que el SMVM evolucione, pero no a los saltos", explicó Daniel Funes de Rioja, vicepresidente de la UIA y titular de la Coordinadora de Industrias de Productos Alimenticios (Copal). El empresario advirtió, además, sobre el impacto que el indicador tiene en materia de sanciones laborales. Cabe recordar que en mayo pasado, luego de sancionar la Ley de Promoción del Trabajo Registrado, el Congreso aprobó una serie de modificaciones al régimen general de infracciones laborales, estableciendo multas que se actualizan con el SMVM." (las negritas son nuestras)

Ahí está el huevo y no lo pise, como diría Inodoro Pereyra: el aumento del SMVM aumenta el piso de protección legal a los trabajadores que están en el otro extremo de la pirámide de la fuerza laboral (opuesto al de los que pagan Ganancias, de allí que sea un disparate establecer mecanismo que vinculen a ambos como se dijo acá); pero para los empresarios aumenta "el costo laboral" o "afecta la competitividad", es decir: reduce su tasa de ganancia.

Incluso -como vemos en la nota- aprovechan para echarle la culpa de la inflación, al alza de los salarios; cuando cualquiera sabe que es exactamente al revés: los trabajadores reclaman aumentos salariales, porque los empresarios aumentan los precios para maximizar sus ganancias, generando inflación.  

Pero además de todo eso, un SMVM más alto -como señala el artículo- encarece las multas por las infracciones al nuevo régimen contra el empleo no registrado, combinando así la zanahoria de la baja de aportes, con el palo a aplicar en caso de incumplimientos; conforme lo explicado acá. Con un mínimo más alto, seguir negreando saldrá más caro.

Y un salario mínimo más alto también encarece los despidos, elemento crucial en las actuales circunstancias: la Ley 26.598 del 2010 (ver acá) derogó el artículo 141 de la Ley de Empleo 24.013, que prohibía tomar en cuenta el valor del Salario Mínimo, Vital y Móvil para calcular las indemnizaciones por despido, conforme lo establecen numerosos convenios colectivos de trabajo de distintas actividades.

1 comentario:

  1. los baradeles quieren que les den mas guita y al mismo tiempo que a los de ingresos altos no les descuenten, la lógica del mosquito es mas coherente
    vamo todo al paro, vamo, eh!

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