Están en pelotas (muy), y se les nota: hace rato que perdieron el acceso privilegiado a los despachos oficiales para "anticipar" (¿sugerir?) las movidas del gobierno. En realidad en el kirchnerismo no la tuvieron casi nunca, excepto en el principio del gobierno de Néstor, cuando la luna de miel con Clarín aun duraba.
Y como noticias no hay (en tanto "primicias posta" de lo que va a hacer el gobierno), trafican permanentemente con pescados podridos potenciales; o se dedican a hablar del estado del tiempo: el "clima de negocios", el "clima social", el "clima electoral".
O a amontonar unos tras otros los pronósticos del apocalipsis inminente, el armagedón que provocará -por fin, de una buena vez, la implosión final del kirchnerismo.
Porque no les bastan -a esos fines- los datos objetivos de la realidad que marcan dificultades (inflación, empleo), no señor: no tienen -para su paladar- ese potencial explosivo de hacer saltar ya (hoy mismo, si fuera posible) por los aires a un gobierno y a un proyecto político al que, sencillamente, detestan.
Porque no les bastan -a esos fines- los datos objetivos de la realidad que marcan dificultades (inflación, empleo), no señor: no tienen -para su paladar- ese potencial explosivo de hacer saltar ya (hoy mismo, si fuera posible) por los aires a un gobierno y a un proyecto político al que, sencillamente, detestan.
Esa obsesión los lleva a practicar un periodismo no de los hechos, sino de las "percepciones": "malestar en los mercados, "molestia entre los empresarios", y paparruchadas por el estilo.
En realidad, las mil y una formas renovadas de las tradicionales operaciones política (y económicas) encubiertas como periodismo; potenciadas en éste caso ante el desconcierto que les provoca un gobierno que se emperra en no seguir su hoja de ruta, y llevarles la contraria, fijando su propio rumbo. Para bien o para mal.
Van más de 12 años de kirchnerismo, y todavía no terminan de entender como funciona. No entienden por ejemplo que, si lo apretan para que haga algo determinado, es muy probable que -de terco nomás- termine haciendo exactamente lo contrario.
Porque en ese hueco que ellos llenaron por años (naturalizando sus demandas sectoriales como la expresión del interés general, y de las preocupaciones comunes del hombre de la calle), ahora hay un gobierno; dispuesto a ejercer su rol, ése para el cual lo votaron.
Y la confusión que tienen es tal que excede una simple visión distinta a la hora de titular: o hay "fuerte reacción" (lo que supone una toma de posición clara), o hay "incertidumbre", lo que da la idea de no saber que decir, ni que hacer. Las dos cosas al mismo tiempo, difícil. O confuso, como mínimo.
Cristina le da para adelante, sostiene la iniciativa y se apunan: no saben a cual de los patitos alinear para que hagan coro en contra de todo lo que proponga el gobierno; o a que bondi subirse.
Si al de los empresarios (colectivo del cual forman parte, como la verdadera oposición al gobierno), o del variopinto cambalache opositor; que día tras día y tema tras tema que plantea la realidad nacional, o propone el gobierno, va demostrando con más notoriedad que el saco le queda grande, que no termina de entender como es esto de la política; o como se la juega en los tiempos kirchneristas.
Para colmo si prueban por el lado de las corporaciones empresariales, Cristina va a la Bolsa de Comercio y se les para de manos sosteniendo los proyectos de reforma a la ley de abastecimiento y de pago local de la deuda; y les refuta uno por uno los planteos. Peor aun: los invita a construir un mercado de capitales local, pero en serio.
Y los ladri empresarios argentos, unos divinos ellos, piden ajuste por inflación de los balances de las empresas (un gigantesco paga Dios fiscal); y que el gobierno permita el acceso de inversores minoristas al capital accionario de YPF, porque es la empresa que mejor rendimiento tiene en el panel de la Bolsa porteña. Claro Gabbi, justo desde que la maneja el Estado; ése que ustedes quieren bobo.
Ni hablar si prueban por el lado de los emo-opositores: lo que abunda allí son dudas, "consultas a los equipos técnicos", análisis de encuestas. Ideas, poco, tirando a nada.
Lo cual no les impide decir -con impunidad verbal garantizada -justamente por la protección mediática de que gozan- que el que improvisa es el gobierno.
Lo cual no les impide decir -con impunidad verbal garantizada -justamente por la protección mediática de que gozan- que el que improvisa es el gobierno.
Nadie puede anticipar muy bien como va a seguir la cosa de ahora en más; y como va a terminar el año que viene cuando se abran las urnas y se cuenten los votos.
Podríamos decir que en el fondo, todos estamos en bolas; en ese punto.
Pero por lo menos algunos no presumimos de lo contrario.
Entonces movámonos para que esas urnas revienten de votos al FPV!!
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