lunes, 8 de septiembre de 2014

LA DEVALUACIÓN, ESO QUE NINGUNO QUIERE, PERO...


...si viene, no la van a devolver. Como no devolvieron la de enero, digamos.

Los primeros en anotarse son -por supuesto- los sufridos labriegos argentinos: acá Buzzi dice que "Hoy los productores disponemos por reservas de la mitad de la cosecha de soja. No por especulación voraz (sino) porque la economía es un desastre, porque no hay confianza, no se puede invertir, no se sabe qué va a pasar con el dólar, no se sabe qué pasa con la inflación. Entonces, el productor reservó su cosecha de soja en defensa propia y no en una actitud “devaluacionista” o “devaluativa”..". (las negritas son nuestras)

Y por eso la mitad de la cosecha sigue encanutada en silos bolsa y otros lugares ocultos de la Gestafip, que trata de ubicarlos con GPS como contaba acá Barricada, como seguro paso previo a la confiscación, sin indemnización. 

O al menos eso dice Buzzi que surgiría de los cambios a la ley de abastecimiento; mientras no explica como sería "defensa propia" y no actitud especulativa con una devaluación, guardar sin vender un producto (la soja) que viene bajando su precio hace varias semanas (perforando pisos históricos de los últimos años en la cotización), sin perspectivas alcistas en lo inmediato.

A menos que la ley de abastecimiento ya se esté aplicando, y se sientan obligados a vender a pérdida (como ellos dicen que los obligaría); pero en tal caso que estén tranquilos: el proyecto que aprobó el Senado contempla que en esos casos pueden pedir una compensación por los daños.

O que estén siguiendo los sabios consejos de Maslatón, y prefieran perder algo hoy, para ganar todo mañana con una devaluación, o con otro gobierno:


Un aporte parecido (e invalorable) hacen los muchachos de las automotrices, que dicen que tampoco quieren una devaluación aunque mal no les vendría, porque suponen que de ese modo compensarían la caída en las ventas externas, sobre todo a Brasil; o podrían tener la excusa perfecta para aumentar otra vez los precios de los autos (por los componente importados, esos que no les estarían llegando, ¿vieron?); como hicieron antes y después de la devaluación de enero.

Aunque por supuesto niegan que pidan la devaluación, o que estén encanutando los autos y saboteando el Procreauto: 


Resulta que vendieron autos y ahora les faltan (¿dónde estaría entonces la caída en las ventas?), y les faltan para abastecer la demanda (que según ellos viene cayendo estrepitosamente), porque las terminales no producen lo suficiente.

Lo cual es raro porque suspenden gente, aunque supuestamente por falta de insumos que deben proveerles las autopartistas:


Del mismo modo que con la soja encanutada a pérdida de Buzzi, uno podría preguntarse si los únicos modelos que fabrica y vende Volkswagen son la Suran y la Amarok; y por eso suspende a todos sus empleados.

O si la foto de la playa llena de autos es vieja, o nos están tomando el pelo las concesionarias, las terminales, o los medios.

Y mientras todo dicen que ellos no piden una devaluación, y actúan objetivamente para provocarla, los medios baten el parche a diario con el "atraso cambiario" (ver acá en Ambito), que ya se habría comido toda la devaluación de enero, con lo cual la conclusión -no dicha- queda a criterio del lector: otra devaluación sería imprescindible, digamos.

Esto de la devaluación viene siendo como lo de los golpes de mercado: nadie cree que existan, nadie busca provocarlos (o por lo menos eso dicen), pero que los hay, los hay. 

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