martes, 30 de septiembre de 2014

LOS PROFETAS DEL ODIO VIENEN DE FILO, CONTRAFILO Y PUNTA



El informe de apertura de 678 (que nadie ve) del jueves 25 de septiembre, ha sido un excelente trabajado de edición con el que se puso en evidencia, una vez más, a los profetas del odio y, sobre todo, a sus satélites locales.
Todos sabemos las virtudes y defectos que ha tenido el período iniciado en 2003. Claro está que, dependiendo del lugar en que cada cual se pare, lo que para unos es virtud para otro es defecto y viceversa. 

Pero digamos que la colonización discursiva ha provocado en varios pararse del lado equivocado, del que incluso atenta contra sus propios intereses y por eso los incomprensibles repliques en boca de quienes nos extraña cotidianamente escucharlos, y nos sigue extrañando en el transcurso que vivimos.
Y es así como la evidencia se la ha tratado de ocultar, maquillar y hasta de transformarla a través de los medios de comunicación masivos que, vale reiterar, son controlados desde las esferas del odio, no menos cierto es que a muchos ella les hace cosquilla y por ahí tienen vergüencita de reconocer su error, y no hacen otra cosa que sostenerlo con culpa, para no decir: “es verdad”.
Pero esas esferas del odio no han sido creadas por el gobierno y sus seguidores. Sólo han sido puestas en evidencia, siempre existieron más o menos atemperadas, más o menos de manifiesto, pero siempre estuvieron, porque el odio no es un sentimiento abstracto, es un sentimiento concreto basado en la necesidad del pisoteo para tutelar los propios intereses mezquinos. 

Y cuando está la evidencia al alcance de cualquiera, ese odio se instala y se derrama en las propias víctimas que, reiteramos, en muchos casos lo asumen como si fuera propio y así lo multiplican sin sentido. 

Porque si algo ha caracterizado a este período, ha sido eso decir quién es quién y, como dijimos en otro post, in your face.
Y es así como el discurso del divisionismo (o la grieta en palabras del filósofo Lanata) tiene una parte de verdad. Se ha instalado la rediscusión de la distribución de la riqueza y en ese punto nunca podemos estar todos del mismo lado. 

Porque redistribuir significa sacar a unos lo que antes le quitaron a otros, y devolverlo. Y ahí la discusión cobra el real sentido. Ese es el punto y por el cual este gobierno será odiado por varios pero recordado con amor por la gran mayoría.
Y el terror del establishment es que el próximo año, a la hora de los bifes, el pueblo no se deje engañar y busque la continuidad de esta lucha cotidiana, de hormiga y que necesitará muchísimo tiempo y esfuerzo para equipararla en el libra por libra.
Por eso los profetas del odio se vienen de filo, contrafilo y punta. La continuidad les da terror.
Y el informe acierta con la canción de Pedro Guera, que coadyuva en la comprensión de las distintas veredas y en las que cada cual no debe errar.
Contra el poder que nos enseña sólo aquella mitad 
contra el poder de las verdades dobladas 
contra el poder de quien conoce pero sangra de más 
contra el poder de las canciones guardadas 
contra el poder que nunca abraza a los que pueden pensar 
contra el poder que nos vigila los pasos 
contra el poder que siempre miente en nombre de la verdad 
contra el poder que nos convierte en extraños 
contra el poder 
que debilita y nada da que sólo quita 
y deshace lo que está 
contra el poder… 
contra el poder 
en cualquier forma que sé de 
contra la fuerza y mal uso de la fe 
desde el poder… 
contra el poder que abre una zanja entre el amor y el placer 
emparentando el bienestar y la herida 
contra el poder que no distingue entre morir y crecer 
contra el poder que compra y vende la vida 
contra el poder que hace del padre ostentador del poder 
contra el poder que nos obliga a engañarnos 
contra el poder que hace a los hijos reinventar el poder 
contra el poder de los que piensan ganando 
contra el poder… 
contra el poder que no descansa y se detiene a beber 
junto a las fuentes del sabor y el deseo 
contra el poder que nos bendice en el hogar del poder 
contra el poder del la ignorancia y los juegos 
contra el poder…

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