Hoy se cumplen esos años desde la primera aparición de la genial obra de Joaquín Lavado Tejón (Quino), en la publicación Primera Plana.
Y aprovechamos para decir dos palabras, tanto de Mafalda como de Primera Plana.
Mafalda fue una gran descripción sociológica, pero no sólo de la época y del lugar (podría pensarse en la Argentina o más precisamente en el Buenos Aires de los 60) y, por eso, trascendió internacionalmente -sobre todo en los países con cultura latina- y a través de las décadas.
Ciertamente el personaje reflejaba a la clase media porteña, y en sus perplejidades de adulto en un cuerpo de niño, Mafalda mostraba la desorientación de esos sectores que no comprendía la realidad disociada en que vivían: ciertas libertades "culturales" y apertura en el plano de las costumbres (al menos hasta la Revolución Argentina), y las constantes tensiones políticas resultado de la proscripción electoral del peronismo; la fuerza mayoritaria.
Un escenario que además transcurría en un mundo complejo, que prometía la revolución a la vuelta de la esquina, y preanunciaba grandes cambios de época; en buena parte frustrados luego.
Ciertamente el personaje reflejaba a la clase media porteña, y en sus perplejidades de adulto en un cuerpo de niño, Mafalda mostraba la desorientación de esos sectores que no comprendía la realidad disociada en que vivían: ciertas libertades "culturales" y apertura en el plano de las costumbres (al menos hasta la Revolución Argentina), y las constantes tensiones políticas resultado de la proscripción electoral del peronismo; la fuerza mayoritaria.
Un escenario que además transcurría en un mundo complejo, que prometía la revolución a la vuelta de la esquina, y preanunciaba grandes cambios de época; en buena parte frustrados luego.
Primera Plana fue una revista creada y dirigida por Jacobo Timerman (padre del Ministro), de gran tirada y de lectura obligatoria en esa década. Su influencia era muy importante, teniendo presente que los medios dominantes eran los escritos y la radio; llegando a tener una tirada de 50 a 60.000 ejemplares en un país con menos de la mitad de habitantes que en la actualidad.
Era de lectura obligatoria de la burguesía y sectores dominantes, y por eso se llegó a decir (con exageración, quizá) que junto a Tía Vicenta (en la que también trabajó Quino) favorecieron la caída de Illia, y tanto una como la otra fueron cerradas por la dictadura de Onganía; que al parecer no pensaba que fueran apoyos.
En todo caso esa perplejidad de Mafalda -que no terminaba de comprender el mundo en el que le tocaba vivir, y lo interpelaba con agudeza- due la misma con que buena parte de la clase media a la que expresaba se vio envuelta en el mismo torbellino político y social que desde hace más de una década, sacudía a los sectores populares.
Era de lectura obligatoria de la burguesía y sectores dominantes, y por eso se llegó a decir (con exageración, quizá) que junto a Tía Vicenta (en la que también trabajó Quino) favorecieron la caída de Illia, y tanto una como la otra fueron cerradas por la dictadura de Onganía; que al parecer no pensaba que fueran apoyos.
En todo caso esa perplejidad de Mafalda -que no terminaba de comprender el mundo en el que le tocaba vivir, y lo interpelaba con agudeza- due la misma con que buena parte de la clase media a la que expresaba se vio envuelta en el mismo torbellino político y social que desde hace más de una década, sacudía a los sectores populares.
Y podemos decir que la clase media sigue perpleja, perpetuamente perpleja...
ResponderEliminarA mí no me atrae mucho la faceta "sociológica" de Mafalda, me gustan más las tiras en las que los personajes se dedican al humor liso y llano, me parece que ahí Mafalda es imbatible y me llama la atención que no se suela resaltar esto. Cuando el Guille le dice al gordo en la playa "¿Tigüeña nenito, tí?" es uno de los momentos claves del humor gráfico argentino.