Hace poco te contábamos acá la historia de la obra del Acuario Rosario y todas sus viscisitudes, y te anticipábamos que la cosa no terminaba ahí; como lo demuestra el decreto al que corresponde la imagen de apertura,
Por el cual se contrata en forma directa -sin licitación- a una empresa para desarrollar "dispositivos lúdicos interactivos" en el acuario; una decisión que se argumento profusamente en el decreto.
Que dice por ejemplo cosas como ésta: "...el importe de contratación de un profesional especializado, no tiene una pauta referencial o aritmética, sino que está dado en función de cada proyecto, su trascendencia, oportunidad o exclusividad y contexto en que se desarrollen, lo que no permite la realización de análisis de precios comparativos entre tales variables, o incluso, entre un determinado productor u otro;...
"No existen parámetros comparativos por cuanto, en el medio de las tecnologías de la comunicación y proyectos interactivos en particular, las variaciones según las estrategias de comunicación requeridas, la producción de piezas comunicacionales específicas y necesarias para trabajar el proyecto en el ACUARIO, conlleva una serie de elementos que individualmente podrían quizá cuantificarse, pero que no es multiplicable en la sumatoria del trabajo y proyecto todo;
Se deberá reparar que estas tareas son fundamentalmente de contenido intelectual con un alto grado de especialización, aparte de su carácter innovador, ya que requieren saberes tanto del campo audiovisual como de las nuevas tecnologías de la comunicación, no estando este tipo de proyectos o, en su caso, el servicio que la facilita, sujeta a tablas tasadas;
Aún con valores a mano, la contratación o selección de un determinado profesional no es cotizable como un servicio material concreto, sino que involucra una decisión de mérito de la autoridad que se enmarca en una directiva de política científica-cultural específica y de oportunidad;
No obstante, en este caso, la relación entre el monto del contrato y las tareas encomendadas, está razonablemente ajustada a los valores actuales del sector de comunicación multimedia e interactiva para un proyecto de las características mencionadas;...".
Tanta sarasa diciendo que no se puede determinar si un contrato en éste marco es caro o barato, y que no hay pautas para establecer comparaciones, para luego determinar que lo pagado está bien; tiene por único objeto justificar que la jodita terminó costando más de 2,6 millones de pesos:
Pero como si todo esto fuera poco, el 27 de octubre Bonfatti firmó el Decreto 3596, por el cual adjudicó la tercera etapa de la obra del acuario (cuando vimos que la segunda ni siquiera arrancó, o poco menos).
¿Y a que no sabés a que empresa? Sí, a Dinale S.A., la misma de las dos etapas anteriores.
Por un monto de $ 79.982.408: casi 80 palitos, que llevarían -por ahora, solamente por ahora, como diría Araujo- lo que el socialismo piensa gastar en el acuario rosarino (contando además los "dispositivos lúdicos interactivos") rozaría los 112 millones de pesos; financiados prácticamente en su totalidad con las partidas del fondo soja que vienen de la nación.
La oferta de Dinale estuvo un 24,57 % por encima del presupuesto oficial, confirmando lo dicho acá en cuanto a que ese nivel de soreprecios parece haberse institucionalizado entre las empresas que contratan con la provincia, o la municipalidad de Santa Fe.
El acuario socialista huele peor que el Riachuelo de Maria Julia.
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