Sobre la dura existencia de los luchadores por la libertad de expresión contra la tiranía k, leemos en El Cronista: "Las batallas contra el Gobierno por la Ley de Medios, el desguace de sus activos y los alcances del proyecto K de telecomunicaciones no le impidieron a Clarín incrementar de manera exponencial su rentabilidad ya que obtuvo ganancias por $ 760,6 millones entre enero y noviembre. Es decir, una suba de 58,6% con respecto a los $ 479,5 millones que ganó en el mismo período de 2013.
En menor medida fueron importantes las ventas de publicidad en el segmento de producción y distribución de contenidos. En el caso de la TV por cable y el acceso a Internet, logró ventas por $ 10.182 millones contra las $ 7.018 millones de igual período de 2013. Es decir, un 45,1% más, según el balance que el grupo publicó ayer en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.
Por su parte, el segmento de impresión y publicación alcanzó ventas por $ 2.188 millones contra $ 1.906 millones de 2013 (una suba de 14,8%). Le sigue el área de producción y distribución de contenidos, con ventas por $ 1.702 millones que representan una suba de 32,9% frente a los $ 1.280 millones de los primeros nueve meses de 2013." (las negritas son nuestras)
Recordemos que en las audiencias públicas en la Corte por la causa de la ley de medios, Clarín se defendió diciendo que su "tamaño" como multimedios le era indispensable para asegurarse la plena libertad de expresión; y recordemos también que el Grupo no es un diario, ni una radio o un canal de cable, ni siquiera los tres juntos: es un poderoso hólding que nuclea múltiples empresas que incluyen por supuesto a Papel Prensa o Expoagro; entre otras.
De cualquier modo el corazón de sus negocios (tal como se dijo en su momento acá cuando presentaron el plan de adecuación) está en la televisión por cable, y en la prestación de los servicios de Internet: obsérvese que la facturación de ambos rubros superó en los primeros 9 meses del año los 10.000 millones de pesos, quintuplicando la facturación de todo el segmento de publicaciones del Grupo (y triplicando la tasa de ganancia interanual, comparando ambos rubros), del cual por supuesto el diario Clarín es la nave insignia.
De hecho las propias cifras revelan que ese segmento ajustado por la incidencia de impuestos (algunos pagan) y costos tuvo un saldo negativo; compensado en los resultados financieros del Grupo por los ingresos que aportan el cable e Internet.
Así se comprende claramente que hayan resistido con uñas y dientes la ley de medios; y que aun hoy lo sigan haciendo con una adecuación trucha en la retienen licencias por medio de testaferros y sociedades pantalla (ver acá); así como también que se opongan de plano a cualquier regulación estatal en materia de provisión de servicios de internet, en especial si involucra meterse con las tarifas, o con las ventajas comparativas con las que desplazan a otros proveedores; como el concepto de "neutralidad en la red", o la posibilidad de interconexión que introduce el proyecto "Argentina Digital".
Estas cifras explican -mejor que montones de "batallas culturales"- la resistencia furiosa que despliegan contra el gobierno, y es bueno tenerlas en cuenta cuando despliegan a diario su estrategia desestabilizadora: no están defendiendo la libertad de expresión, sino los resultados de los balances.
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