Por A.C.
Con antelación a que Alejandro Vanoli asumiera como titular del Banco Central, y en su reemplazo en la Comisión Nacional de Valoresfuera designado Cristián Girad, la operación denominada contado con liqui, resultaba diariamente la estrella de los titulares económicos, dado su carácter de instrumento utilizado para fugar divisas del país, y porque además, el incremento de su cotización incide en la elevación de la cotización del dólar ilegal o blue.
Como explicáramos en otros posteos, el contado con liquidación o “contado con liqui” es una operatoria bursátil que permite transferir fondos al extranjero a través del Mercado de Valores. Se compran en el país –pagando con pesos- títulos o acciones que también tienen cotización en el exterior en dólares. Entonces estos títulos o acciones son transferidos al exterior, y allí son vendidos -en la moneda norteamericana- y el importe en dólares es acreditado en una cuenta en el extranjero.
Hasta hace un tiempo, las empresas giraban su caja negra al exterior, enviando dólares a sus casas matrices o a algún socio extrajero a través de ésta operación bursátil, con volúmenes de transferencias mensuales del orden de los 15 millones de dólares por cada empresa.
Hoy, sin embargo, las grandes empresas solo transfieren a través del contado con liqui, entre 500.000 y 1 millón de dólares por mes, mientras las multinacionales llegan hasta los 2 millones de dólares mensuales. Y esto por la sencilla razón que –como en cualquier país serio del mundo- los volúmenes bursátiles negociados están siendo controlados por la Comisión Nacional de Valores, y entonces es evidente que ahora las empresas solo giran lo que pueden justificar.
La consecuencia inmediata, fue la fuerte baja de la cotización del dólar contado con liqui, porque su demanda disminuyó notablemente. Esa baja sostenida produjo correlativamente, la caída del precio del dólar ilegal o paralelo, cuyo precio muchos economistas estimaban en alrededor de $20 para febrero de 2014, un més después de la corrida cambiaria de aquel año. Como tantas veces, fallaron categóricamente en el vaticinio.
Esta notable baja en las transferencias al exterior a través del contado con liqui, da una noción de lo que es la masa de dinero no declarado por los empresarios defensores de las reglas claras y del mercado transparente, la caja negra de las grandes empresas. Porque si anteriormente cada una de esas empresas giraba al exterior 15 millones de dólares por mes y hoy se autolimitan a transferir solo un millón mensual, es evidente que no tienen forma de justificar el origen de los restantes 14 millones de dólares que antes giraban por mes al exterior.
Entonces uno se pregunta –ingenuamente- si cabría la posibilidad que estas empresas no declararan la totalidad de sus utilidades, y utilizaran esta herramienta para fugar al exterior una rentabilidad no declarada, mientras evitaban el pago de ganancias. Y en esa línea de análisis, si ese dinero no estaría siendo ahora sacado del país ¿cabe la posibilidad que lo reinviertan aquí, en aumentar la producción, en actualizar tecnología, en pagar mejores salarios en base a productividad? ¿O es posible que lo ingresen al sistema bancario, lo que permitiría más allá de su utilidad por intereses, posibilitar por ejemplo una mayor disponibilidad para créditos destinados a pequeñas empresas?
El control que el BCRA en coordinación con la Comisión Nacional de Valores realiza actualmente sobre las operaciones bursátiles y entre ellas el contado con liqui, no es sino consecuencia de la aplicación de la normativa vigente que dichas instituciones deben aplicar y hacer observar obligatoriamente.
En tal sentido, el control de los montos y operaciones celebradas por las Sociedades de Bolsa es clave, ya que éstas sociedades tienen autorizados –de acuerdo a su capacidad- distintos topes o límites en el monto de las operatorias con el conjunto de sus clientes, montos que van desde 25 millones de pesos a un máximo de 400 millones. Era muy común hasta hace poco tiempo, que algunas Sociedades de Bolsa a través de operaciones de contado con liqui excedieran ampliamente sus límites autorizados, al margen que no registraran parte o la totalidad de algunas operaciones.
Hoy saben que si insisten en operatorias que exceden su capacidad se exponen a una sanción, y por eso en determinados montos, liquidan las operaciones escalonadamente, bajándole así la temperatura al dólar contado con liqui, y por lo tanto a su hermano menor, el dólar blue.
Como la autoridad regulatoria se ocupa de lo que tiene que hacer, que es garantizar que se cumplan las reglas del mercado y observar que cada actor no viole la normativa vigente, algunos buscan alternativas.
Sugieren que las operaciones de contado con liqui se hagan a través de determinadas acciones en lugar de bonos, porque es más difícil su control, ya que con los bonos en dólares es más visible el precio y el costo de salida. Aunque las operaciones con acciones tienen un costo extra: esos contratos de conversión son más caros, y además lleva mucho más tiempo la acreditación en cuenta de los dólares. Pero hay empresarios que no reparan en gastos y que cuentan con la comprensión del Directorio, y para esa operatoria las acciones de Tenaris, Galicia y Petrobrás están entre las elegidas.
También aparecen como alternativa las escribanías satélites de algunos agentes del mercado, ofreciendo grupos de prestanombres para girar el dinero no declarado de las empresas. Ofrecen un conjunto conformado por sujetos que impositivamente están en condiciones de girar al exterior sumas cercanas a 50.000 dólares, a cambio de una comisión del 10%. Esto también tiene sus riesgos, pero como decíamos, hay empresarios que no reparan en gastos.
Ante la creatividad de algunos personajes del mercado, la autoridad regulatoria debe continuar en éste camino de controlar el cumplimiento de la normativa vigente, para evitar que un grupo minúsculo haga negocios a costa de la riqueza que genera la actividad del país, y neutralizar la presión cambiaria que algunos generan con la elevación artificial del tipo de cambio y la fuga de divisas.
Excelente. Muy claro.
ResponderEliminarPobre gente,dejen de perseguir a los pequeños ahorristas.Tanto quilombo por 10 o 15 millones de dólares por día.
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