Ayer habló Cristina y como cada vez que lo hace marcó la cancha, para adentro y para afuera, y como cada vez que habla y señala la Luna, algunos miran el dedo y se detienen en la anécdota; que en éste caso será la heladera en cuotas de Máximo, o la referencia al silencio de la marcha de los fiscales.
En éste último caso, se discutirá seguramente (incluso hacia el interior del kirchnerismo) si la referencia no termina convirtiéndose en lo que fue en su momento aquéllo de los "piquetes de la abundancia": un disparador para sumar más gente a la marcha, o para darle mas volumen y entidad de la que realmente tiene.
Todo es posible en el terreno de la interpretación, aunque el caso Nisman y sus derivaciones (como decíamos acá) parecen no hacer sino confirmar a cada uno en sus respectivas posiciones; de apoyo firme u oposición feroz al gobierno. Dicho sea de paso, el transcurso del tiempo demostró que los del 2008 eran -efectivamente- piquetes de la abundancia.
El problema de la marcha del 18 no es su éxito en términos de convocatoria (es muy probable que lo tenga), sino el día después; cuando los que concurran pensando que de ese modo generan un hecho político (lo digan o no) adviertan que de acá a octubre lo que tienen que encontrar no es un detective privado que resuelva el misterio de la muerte de Nisman (después de todo muchos ya han determinado con infalible certeza que lo mató Cristina), sino un candidato al cual votar; y un proyecto político que los enamore y por el cual sentirse representados.
Algo así como ese vínculo político y emocional que ha sabido construir Cristina (y antes Néstor) con buena parte de la sociedad argentina; un detalle que pasa desapercibido para los que suelen criticar que en sus discursos "habla para el núcleo duro": si lo hace, es porque tiene a quien hablarle; los "núcleos duros" de los demás, están por verse aun.
Cristina marcó la cancha para afuera, sacudiendo a los que critican los acuerdos con China con nombre y apellido (Techint), que son los mismos que piden inversiones extranjeras o políticas industriales activas del Estado, siempre que sean exclusivamente para ellos.
O que juegan objetivamente para otros intereses geopolíticos (la mención a Braden), que cuestionan la política exterior del gobierno, y su modo de relacionarse con el mundo; cuando ese "mundo" no son ellos.
Pero también marcó la cancha también para adentro, y hay muchos que ven en la cadena de ayer una clara definición por la candidatura de Randazzo, hacia la interna del FPV. Es posible, y no sería contradictoria con otros gestos anteriores, pero el que está en posición de ejercer los atributos de la conducción para decidir "quién", también lo está para decidir "cuando".
Otros (los sciolistas sobre todo) vieron un par de sablazos para Scioli en la referencia a las declaraciones juradas de los funcionarios, y a los candidatos amigables para los buitres.
Lo primero -en nuestra opinión- estuvo dirigido a los candidatos opositores como Massa, Macri o Carrió, porque la misma información pública a la que accedieron los buitres para su brulote, muestra su evolución patrimonial en la misma o mayor proporción, que la de los funcionarios oficialistas "escrachados".
Si -hilando fino- alguno creer ver un reproche a cierta condescendencia mediática con que cuenta Scioli como consecuencia de algunos gestos de su parte (como éste por ejemplo), habrá que recordarle entonces la metáfora del durazno y la pelusa.
Y en lo que respecta a los buitres y sus "preferencias" electorales explícitas, cabe decir algo parecido: si los soltás a Bléjer y Bein a decir en ciertos ámbitos (como el Foro de Davos) cosas que pueden sonar como música en los oídos buitres, sin desmentirlos o acotarlos, te colocás solito en la posición de aquél al que le quepa el sayo que ayer lanzó Cristina.
Cristina ayer hizo una cerrada defensa de su gobierno y de lo que hace: trenes, Procrear, educación, desendeudamiento, acuerdos con China, defensa del empleo. No se puede esperar otra cosa de quien -desde ahora y hasta diciembre- tiene que hacer justamente eso: gobernar.
Lo que implica hablar de cosas concretas y tangibles (viviendas, represas, satélites, centrales nucleares), en lugar de abstracciones teóricas o sicologismos berretas; a los que nos suele tener acostumbrados la oposición.
Al defender su gobierno marca un rumbo claro (al menos hasta diciembre) con el cual se puede o no coincidir, y desde el cual (sin candidatura personal suya a nada a la vista, al menos hasta hoy) interpela a los candidatos oficialistas para acompañarlo; lo que no excluye ni prohíbe el necesario debate interno por el futuro, las rectificaciones necesarias y las transformaciones pendientes.
E interpela también a los opositores a definir uno alternativo, superando el péndulo del histerismo entre un "pato rengo" al cual se le reclama un día no hacer nada hasta el fin del mandato y dejar todo como está, para exigirle al siguiente que "resuelva los problemas más urgentes"; eufemismo que significa hacer el trabajo sucio del ajuste que consideran inevitable, pero no se atreven a verbalizar, por impolítico y perjudicial en términos electorales.
Si se cuestiona al gobierno por aferrarse a un "relato" sin presunto anclaje en la realidad, nada les impide -dado que no tienen hoy la responsabilidad de gobernar- construir el suyo propio, y explicarnos a todos hacia donde quieren llevar el país si ganan las elecciones; y como lo harán concretamente, más allá de prometer hacer tabla rasa con todo lo que ha hecho el kirchnerismo.
Otros (los sciolistas sobre todo) vieron un par de sablazos para Scioli en la referencia a las declaraciones juradas de los funcionarios, y a los candidatos amigables para los buitres.
Lo primero -en nuestra opinión- estuvo dirigido a los candidatos opositores como Massa, Macri o Carrió, porque la misma información pública a la que accedieron los buitres para su brulote, muestra su evolución patrimonial en la misma o mayor proporción, que la de los funcionarios oficialistas "escrachados".
Si -hilando fino- alguno creer ver un reproche a cierta condescendencia mediática con que cuenta Scioli como consecuencia de algunos gestos de su parte (como éste por ejemplo), habrá que recordarle entonces la metáfora del durazno y la pelusa.
Y en lo que respecta a los buitres y sus "preferencias" electorales explícitas, cabe decir algo parecido: si los soltás a Bléjer y Bein a decir en ciertos ámbitos (como el Foro de Davos) cosas que pueden sonar como música en los oídos buitres, sin desmentirlos o acotarlos, te colocás solito en la posición de aquél al que le quepa el sayo que ayer lanzó Cristina.
Cristina ayer hizo una cerrada defensa de su gobierno y de lo que hace: trenes, Procrear, educación, desendeudamiento, acuerdos con China, defensa del empleo. No se puede esperar otra cosa de quien -desde ahora y hasta diciembre- tiene que hacer justamente eso: gobernar.
Lo que implica hablar de cosas concretas y tangibles (viviendas, represas, satélites, centrales nucleares), en lugar de abstracciones teóricas o sicologismos berretas; a los que nos suele tener acostumbrados la oposición.
Al defender su gobierno marca un rumbo claro (al menos hasta diciembre) con el cual se puede o no coincidir, y desde el cual (sin candidatura personal suya a nada a la vista, al menos hasta hoy) interpela a los candidatos oficialistas para acompañarlo; lo que no excluye ni prohíbe el necesario debate interno por el futuro, las rectificaciones necesarias y las transformaciones pendientes.
E interpela también a los opositores a definir uno alternativo, superando el péndulo del histerismo entre un "pato rengo" al cual se le reclama un día no hacer nada hasta el fin del mandato y dejar todo como está, para exigirle al siguiente que "resuelva los problemas más urgentes"; eufemismo que significa hacer el trabajo sucio del ajuste que consideran inevitable, pero no se atreven a verbalizar, por impolítico y perjudicial en términos electorales.
Si se cuestiona al gobierno por aferrarse a un "relato" sin presunto anclaje en la realidad, nada les impide -dado que no tienen hoy la responsabilidad de gobernar- construir el suyo propio, y explicarnos a todos hacia donde quieren llevar el país si ganan las elecciones; y como lo harán concretamente, más allá de prometer hacer tabla rasa con todo lo que ha hecho el kirchnerismo.
Salvo que decirlo con todas las letras sea piantavotos, y por eso prefieran seguir en la ruedita del hamster corriendo detrás de los titulares de los diarios de la mañana, para llegar a tiempo a dar el presente en los programas de cable de la noche; y recitar lo que se espera que digan.
Ah, y por supuesto y como se encargan de recordárnoslo los medios hoy, Cristina ayer no habló de Nisman.
No habló de Nisman pero sí de la república bananera q no somos pero quiere marchar el 18 por él.
ResponderEliminarMARCHEN HOMBRE..MARCHEN..SI NADIE LO IMPIDE...Esos fiscales siempre se cagaron en la AMIA..hoy piden justicia..
ResponderEliminarNueva consigna chicos: Singer o Randazzo.
ResponderEliminarDifundir.
También ha cambiado de defensor el ex-comisario Hugo Tognoli, que ahora se considera un "preso político". Ha
ResponderEliminarrecurrido al Dr. Andrés Rabinovich, reconocido abogado de narcos e intimo amigo Guillermo Marijuan, convocante a la marcha del miércoles próximo. Si Tognoli no estuviera preso, seguramente también participaría de la marcha.
El nuevo Braden los convoca y el viento del sur los amontona contra una pared.
Parece mentira que, en otro contexto totalmente diferente, algo análogo haya sucedido hace casi 70 años.