viernes, 20 de marzo de 2015

LOS MOTIVOS DE UNA PROMESA


Todavía no se asentó la polvareda que levantó Macri con su promesa de levantar el cepo cambiario desde el primer día de su mandato, y las aclaraciones, desmentidas y cuestionamientos que generó: que si dijo lo que realmente dijo, que si solo quiso dar un título para las radios (Melconián dixit), que se puede pero hay que generar confianza, que es un disparate.

Lo cierto es que mientras muchos se detuvieron (comprensiblemente) a analizar las consecuencias que traería la medida (mega-devaluación, aceleración inflacionaria, corrida cambiaria, transferencia de ingresos a favor de los sectores exportadores), no se reparó tanto en las causas del anuncio; que Santilli calificó (con menos cintura política que un paquete de yerba) de "prioridad del futuro gobierno del PRO".

Indagar al respecto supone aclarar que lo que coloquialmente se ha denominado "cepo" son un conjunto de medidas restrictivas de la adquisición de divisas, que el gobierno fue tomando desde el 2012 como consecuencia de la reaparición de la restricción externa (rasgo estructural de nuestra economía, pasado a segundo plano en buena parte del ciclo kirchnerista); frutos de diversas circunstancias: baja en las exportaciones por el menor dinamismo de la economía brasileña, caída de los precios de los commodities que exportamos, actitud especulativa del complejo sojero.aceitero al retener excedentes de cosechas sin comercializar, disminución del superávit comercial porque a eso se sumaron las crecientes importaciones de combustibles, pagos de la deuda con las reservas del BCRA, etc.  

Entre esas medidas ya no se puede contar la prohibición de acceder a comprar dólares para ahorro (lo que fue el motor de los cacerolazos), porque hoy quien tenga sus ingresos blanqueados puede hacerlo; pero hay otro factor que ha sido desconsiderado en el análisis, sobre el cual leemos en El Cronista texto: "En plenas negociaciones para lograr que la administración de Cristina Fernández derribe las DJAI en cumplimiento con el reciente fallo de la OMC, Europa volvió a la carga contra las barreras comerciales que aplican varios países, entre ellos la Argentina, y sumó una nueva preocupación a las ya planteadas en anteriores oportunidades: la escasez de divisas que sufre el país agrava las restricciones para que las empresas europeas giren dólares, dividendos y regalías a sus países.

Así lo planteó la Comisión Europea en un informe dado a conocer ayer acerca de las "Barreras al comercio y la inversión Reporte 2015" de los seis principales socios comerciales del bloque: China, India, Japón, Mercosur (Argentina y Brasil), Rusia y Estados Unidos. Al referirse a la Argentina, el foco estuvo puesto en las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación (DJAI); en las dificultades para girar divisas y, en tercer lugar, en los impuestos internos aplicados por el Gobierno para regular las importaciones de los autos de alta gama, barcos, aviones y motos.

Por otra parte, la Argentina continúa aplicando severas restricciones a la transferencia de divisas extranjeras, dividendos y regalías, situación que es aún peor debido a la creciente escasez de divisas", consignó el informe europeo." (las negritas son nuestras)

Tal como ha sido analizado en reiteradas oportunidades en éste blog (por ejemplo acá), la Argentina cuenta con un libérrimo régimen de inversiones extranjeras, fruto de la Ley 21.382 de la dictadura, empeorada durante el menemismo y aun no corregido; como consecuencia del cual las multinacionales que operan en el país gozan de amplísimas facultades para girar divisas a sus casas matrices en concepto de dividendos, regalías o distribución de utilidades.

En los últimos años y como consecuencia de la reaparición de la restricción externa, el gobierno ha venido cerrando ese grifo por el cual salen dólares del país, por diferentes vías: mayores exigencias para la integración de capital que respalde las operaciones en el país (como en el caso de los bancos extranjeros), cruzando controles para evitar la sobrefacturación de importaciones y la subfacturación de exportaciones (en éste caso las maniobras son lisa y llanamente ilícitas, para hacerse de dólares por "izquierda"), expropiando el paquete accionario mayoritario de YPF para invertir la tendencia del grupo Repsol a no invertir y sólo distribuir ganancias entre sus accionistas, o hacer valer sus participaciones accionarias (a través del FGS) en compañías que distribuyen dividendos y los giran al exterior, como el complejo Ternium-Siderar del Grupo Techint.

Cuando Macri promete levantar el cepo el primer día de su gobierno y dice que será posible porque "lloverán los dólares" que ingresarán al país, no está pensando en el pequeño o mediano ahorrista que pretende protegerse en dólares (al menos no al que lo hace sin temor a que se conozcan sus ingresos), sino en aquellos intereses extranjeros que comprometen futuras inversiones en el país (no necesariamente productivas), a condición de que puedan sacar de él todos los dólares que quieran, sin ningún tipo de restricciones.

Lo que supone que a mediano y largo plazo -y aun sin considerar las maniobras ilícitas de fuga de capitales- el flujo de capitales entre los que entran y los que salen (por ejemplo capitales especulativos de corto plazo que realizan ganancias rápidas y luego se evaporan, o inversiones productivas contra remisión de utilidades) terminará siendo claramente negativo para el país.

Por no mencionar que una devaluación abrupta (como sería necesaria para levantar el "cepo", haciendo converger el dólar oficial con el valor del "blue") abarataría los activos del país en dólares, brindando enormes oportunidades de negocios a capitales extranjeros para quedarse con empresas argentinas (como si ya no lo hubieran hecho lo suficiente); que pasarían así a ser controladas desde el exterior, y por ende presionadas para girar utilidades en moneda dura sus casas matrices.

Utilidades que en no pocos casos superan con creces el promedio de las que obtienen en sus respectivos países, porque ejercen posición dominante en el mercado local; y resisten toda práctica regulatoria que tienda a limitarlas.

Ni más ni menos que el viejo cuento de que los países periféricos financien a los centrales, o los ayuden a capear su propia crisis.

2 comentarios:

  1. paaabress
    cuando menos si ahorran en inmuebles especiales y empleados jerarquicos, por ahi tienen menores costos y necesitan menos esclavos
    http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2015/03/18/disturbios-en-frankfurt-en-inauguracion-de-la-201cnueva-casa-del-euro201d-170.html

    ResponderEliminar
  2. Gran post para remitírselo a Maxi Montenegro del cual no se si es un fanático que recita todos los días el mismo catecismo o lo hace porque le garpa muy bien.

    ResponderEliminar