REBELIÓN EN LA GRANJA MASSISTA

Sergio Massa fue -sin lugar a dudas- el más perjudicado con la decisión de la convención nacional de la UCR de apoyar la postura de Sanz de cerrar el acuerdo con el PRO; que en la  teoría significa servirle en bandeja a Macri y su candidatura, la estructura radical. 

Habrá que verlo caminando, porque los primeros gateos de la criatura dejan más dudas que certezas al respecto.

Aun así, la rosca UCR-PRO fue un disparo a la línea de flotación del Kennedy de Nordelta, que en su estrategia de transitar la "ancha avenida del medio" (tratando de captar tanto votos opositores como oficialistas) pasó de esperar capitalizar el "garrochazo" masivo de dirigentes peronistas huyendo del fin de ciclo kirchnerista, a tejer acuerdos con algunos dirigentes radicales del interior; para apropiarse de votos boinas blancas en su intento de llegar a la Rosada.

Nosotros dijimos acá -al analizar la decisión de la convención de la UCR- que Sanz pudo imponer su postura entre los delegados porque la dirigencia radical ya venía constatando la caída a pique de Massa en las encuestas, y detectó el olor a cala.

Pues lo mismo parece estar pasando por el lado de los "barones del conurbano", como da cuenta ésta nota de Infobae a la que corresponde la imagen de apertura; y nada menos que en la primera sección electoral, bastión del resonante triunfo de Massa en Buenos Aires en el 2013, desde el que se catapultó a la ilusión presidencial.

Es desafío es público y abierto, y -contra lo que se señala- no tiene demasiado que ver con el discurso o la impronta que eligió el tigrense para su campaña: hace rato ya que abandonó el "caprilismo" discursivo, para competir con Macri en la furibunda oposición al gobierno.

Los tiros vienen por otro lado, y Cariglino y cía. le advierten -en la mejor tradición peronista, hoy hecha carne en todas las estructuras partidarias- que lo van a acompañar hasta la puerta del cementerio, pero no piensan entrar.   

En un ensayo de contraataque, Massa´los "convoca" a charlar del tema, en un alarde de ejercicio de atributos de conducción política de los que -claramente- carece.

Dio por sentado que tenía todo atado en la PBA, y abrió el juego a cuantos quisieran postularse a la gobernación, sobre todo si venían -como De Narváez- con una abultada chequera bajo el brazo, para usar en la campaña.  

Los muchachos le están demostrando lo contrario, y le advierten que lo del intendente de Escobar -que pegó el anunciado "garrochazo", pero de regreso al FPV- podría no ser una simple golondrina que no haga verano, y seguirle otros; aunque recalen en las playas amarillas.

Se acerca acaso el momento de comprobar si la ambición del muchacho -que lo llevó del sillón municipal a la competencia por la Rosada, sin escalas intermedias- está a la altura de sus capacidades de liderazgo; cuestionadas ahora por la tropa propia, mientras desde otros lugares menos visibles se lo presiona a diario para que se baje, y fortalecer de ese modo la coalición opositora en ciernes; con eje en la figura de Macri.