Pasaron las PASO provinciales, y corresponde desgranar algunas conclusiones apresuradas, cuando nuestro benemérito sistema de votación (la celebrada boleta única) ha permitido escrutar algo más del 72 % de las mesas, pasadas ocho horas del cierre de los comicios.
El porcentaje de participación anduvo en el orden del 70 % (similar a elecciones internas anteriores) y quedó comprobado -por lo menos por ahora- que tal como lo señalaba acá Barricada, la apuesta casi institucional del gobierno provincial a promover la excusación de votantes, terminó siendo un tiro en el dedo gordo del propio pie. Suponer ahora hacia donde irán ese 7 u 8 % de votos en que puede crecer la participación de cara a la general, es pura conjetura.
El gran ganador sin dudas fue Miguel Del Sel, que fue el candidato individualmente más votado (superando hasta ahora a Bonfatti que compitió para diputado); pero ojo: superó apenas el porcentaje que obtuvo para diputado nacional en 2013, y estuvo por debajo de su anterior candidatura a gobernador (35,11 % entonces, 28,94 % ahora).
Cuando se compute el total de las mesas y luego en la general se verá que efecto concreto tuvo el apoyo explícito de Reutemann (presente anoche en el festejo amarillo) en la campaña, aunque fue dismulado; bien en el estilo Lole. Todo indicaría que en el mejor de los casos fue neutro, ni sumó ni restó. ¿Un indicativo de que el fenómeno Reutemann va rumbo al ocaso, reemplazado por otro fenómeno similar?
A propósito del fenómeno Del Sel, los que son lectores asiduos de Nestornautas sabrán que no somos afectos a descalificar las expresiones de la voluntad popular, y no será este caso la excepción a la regla: no vamos a pinosolanearla quejándonos del "voto de baja calidad", ni enojarnos con el electorado.
Las explicaciones a la permanencia electoral del ex Midachi como un fenómeno que dejó de ser pasajero (está a un tris de convertirse en gobernador de una de las provincias más importantes de la Argentina) hay que buscarla por fuera de él mismo; en el resto del sistema político al cual sus miles de votos interpelan.
En primer lugar al oficialismo provincial, que hizo una pésima elección: apenas alcanzó el 28,07 % de los votos, cuando en 2007 Binner llegaba al gobierno superando el 48 %, y Bonfatti lo sucedía en el 2011 con casi el 39 %. Los números hablan por sí mismos del fracaso de una gestión con gruesos agujeros en todos los ramos del gobierno, en algunos (como la seguridad o la obra pública), bastante notorios.
Poco interés reviste el modo en que se resolvió la interna del FPCyS, que se mantiene con posiciones congeladas elección tras elección: cada sector se hace fuerte donde controla el aparato estatal (los radicales acá, los socialistas en Rosario), y los acuerdos del partido de la rosa con el radicalismo "territorial" del interior le dan el plus necesario para ganar las internas, y seguir controlando la coalición que hasta ahora gobierna la provincia.
La perfomance del peronismo estuvo en línea con lo esperado por los candidatos de la fórmula (un 19,35 % al cierre de estas líneas); y cercano a lo que fueron los resultados de la elección a gobernador del 2011 y a diputados nacionales del 2013; lo que supone que el peronismo santafesino tiene cercanos "piso" y "techo" electorales, y sigue sin ser considerado por los santafesinos como una opción concreta de gobierno; lo que lo hace en cierto modo corresponsable del fenómeno Del Sel.
De cualquier modo, una elección afrontada sin los dos grandes referentes del PJ santafesino de los últimos 25 años (Obeid y Reutemann), con la deserción de su candidata más votada en el 2011 (María Eugenia Bielsa) y con candidatos que hubieron de instalarse en el conocimiento del electorado provincial con la campaña empezada, termina con un resultado que puede considerarse digno; con chances de mejorar en las generales.
Como éstas estarán más cerca de las elecciones nacionales, parece claro que Perotti y Ramos tienen que profundizar la identificación con el gobierno nacional y sus políticas, considerando que la imagen positiva de Cristina en la provincia crece, y sus perfomances electorales siempre estuvieron por encima de las del peronismo provincial; desde el 2007 para acá.
En la ciudad de Santa Fe y para la elección municipal, la suma de los candidatos a intendentes del PJ se impuso al borocotismo de Pignatta, relegando al PRO al tercer lugar; y el FPV se impuso en la elección de concejales siendo la fuerza más votada, incluso por encima del oficialismo municipal. Si logra contener al conjunto de los votos peronistas de las PASO, se consolidará como la principal fuerza opositora, y acotará los beneficios de pegar el garrochazo hacia fuera de los límites del PJ, aun con un triunfo provincial de Del Sel.
Del mismo modo que esta elección podría marcar el inicio del ocaso de Reutemann en un sentido, también está indicando el discreto pase a cuarteles de invierno de Binner (¿lo harán competir mano a mano con el ex corredor por la senaduría nacional para prodigarle un retiro dorado?) y de Barletta (¿tras su segunda derrota en una interna por la gobernación moderará sus pretensiones para competir por la municipalidad de Santa Fe en cuatro años, que será de él para entonces?)
El massismo sumó a Buzzi (es un modo de decir), sin alcanzar por eso a disimular el papelón electoral: un 6,59 % en toda la provincia, condenado a ser cuarta fuerza en la ciudad de Santa Fe; "100 % Santafesino" consolida su rol de microemprendimiento personal de Oscar Martínez, funcional a los intereses del FPCyS al drenarle votos al peronismo, tanto en la ciudad de Santa Fe (donde tiene un pacto de apoyo por cargos y negocios de larga data con la UCR, en las gestiones de Corral y Barletta) como en la provincia; donde apenas podría terminar colando un diputado provincial, con las cifras de ayer.
A modo de pobre consuelo, el "Cachi" se imponía por escaso margen en la interna al recién llegado Buzzi; que quedó detenido en las épicas jornadas del 2008, sin repasar en cuanta agua corrió bajo los puentes desde entonces, y como fracasó el experimento de los "agrodiputados".
Por otro lado es posible que el massismo empeore su resultado en Santa Fe en las elecciones nacionales, porque los senadores provinciales de la Fapnelco que en ésta instancia jugaron por adentro del PJ pero manteniendo su rosca con el Frente Renovador (poniéndole un apoyo relativo a la campaña, digamos, conforme lo permite la boleta única), en vista de los resultados y de lo que marcan las encuestas nacionales pegarán el garrochazo hacia el FPV (en especial si el candidato es Scioli); abandonando al ex intendente de Tigre.
Quien capitaliza los resultados de la elección de ayer en términos de alineamientos nacionales es aventurado decirlo ahora, pero está claro que es dudoso que todo el caudal (menguante elección tras elección) del FPCyS vaya a parar a la candidatura testimonial de Stolbizer; del mismo modo que los números de la víspera parecen relativizar la importancia de los votos de Barletta en la general, en función de la rosca UCR-PRO: la coalición de gobierno tiene otras preocupaciones más serias por el momento. Paradójicamente (o no) los dos electorados más "fidelizados" (en términos de trasvasar los votos provinciales a la elección nacional) son el kirchnerismo y el PRO.
Resta un párrafo final (o varios) para el meneado sistema de la boleta única, que va sumando voces en contra aun dentro de sus propios gestores originales, guillotinados por el experimento.
Que en términos de la ingeniería del proceso electoral es un engorro creciente, y lejos de contribuir a disminuir la fragmentación de la oferta electoral la ha aumentado exponencialmente; hasta los peores niveles de la ley de lemas.
Y desde el punto de vista de la legitimidad, ha instaurado lo que el propio Barletta (impulsor del engendro, hoy arrepentido) llamó "la democracia de los candidatos" por encima de "la democracia de los partidos": elección tras elección aumenta el número de los "famosos" que -a imagen y semejanza de Miguel Del Sel- ganan posiciones en la oferta electoral, a partir de que son ampliamente conocidos; un recurso del que echan mano todos los partidos: la senaduría del Departamento La Capital será disputada en la general por un anodino periodista del noticiero del canal local (por el FPCyS) y el cantante de un conocido grupo de cumbia (por el FPV).
La fragmentación creciente del sistema político santafesino (que la boleta única no hace sino acrecentar) lleva a consecuencias bastante más serias que el hecho de que un cómico de dudoso talento actoral gobierne la provincia: de confirmarse la tendencia que marcan los resultados de ayer, vamos rumbo a instalar en sus cargo al gobernador de la provincia y los intendentes de las dos ciudades más grande (Santa Fe y Rosario) elegidos con los menores porcentajes de votos desde el retorno a la democracia en 1983.
A lo ya dicho de Miguel Del Sel con una elección por debajo del 29 %, hay que sumarle que el FPCyS sumó para intendente algo más de un 30 % en Santa Fe y otro tanto en Rosario, pero Corral obtuvo -yendo por su reelección- el 26 % en el primer caso, y Mónica Fein (que también busca otro mandato) el 18 % en el segundo; lo que supone que 3 de cada 4 santafesinos no eligieron a su actual intendente, y 4 de cada 5 rosarinos tampoco lo hicieron con su intendenta.
Si Del Sel fuera finalmente gobernador, contaría -con los resultados de ayer- con apenas 1 sobre 19 senadores provinciales, y sería un aliado con lista independiente (Gramajo, del Departamento 9 de Julio); y en la Cámara de Diputados contaría con apenas 6 legisladores propios, sobre un total de 50; fruto de que votaron su lista de diputados menos de la tercera parte de los que eligieron a él como gobernador.
Como si fuera poco con la boleta única, el gobierno de Bonfatti aprobó para las elecciones un cronograma electoral absurdo; armado a la medida del oficialismo y de resultas del cual mediará una transición de seis meses entre la elección del futuro gobernador de la provincia, y su asunción.
Imaginemos el escenario si esa transición se da en un marco de cambio del signo político de la administración provincial; como lo prefiguran los resultados de ayer.
Acá en Rafaela, a pesar de la paliza que sufrió el Frente, Bonfatti insólitamente ganó por paliza como diputado.
ResponderEliminarDicen las malas lenguas que fue porque quedó raramente al principio de la columna derecha de la boleta (que quedó con un diseño espantoso para el resto de los oponentes). Claro que también puede ser porque es el más conocido, pero no se condice eso con que el Frente haya tenido una elección tan mala.
El cotillón de la boleta única y sus implicancias da para escribir un tratado, Barullo. Y no precisamente para hablar a favor.
ResponderEliminarMuy buen análisis che, lo comparto en mi blog (aunque uds no me pongan en su blogroll). Saludos peronchos.
ResponderEliminar¿Pero cómo? Si yo escuché la conferencia de prensa del candidato del Frente Progresista, como a las 22 horas, y dijo que según las mesas testigos, ganaban ellos 33% a 31%.
ResponderEliminarMe parece que en Junio vuelven a cortar la luz.
El Colo.
En Venado Tuerto paso algo similar, mientras Del Sel se llevaba la mayoría en la gobernación, Bonfatti ganaba por lejos en Diputados.
ResponderEliminarY un dato no menor, el actual presidente del PJ, Jose Freyre, saco menos votos que la alianza compuesta por el PRO y Nuevo Horizonte (local), con lo cual, en Junio de no revertirse esto el PRO tendría un dedo puesto en la ciudad mas grande del sur de santa fe.