viernes, 10 de abril de 2015

SOLIDARIDAD CON RIBISICH

                                                                                                                         
En estos días de héroes efímeros, como aquel fiscal ineficiente para su trabajo pero muy ágil en la actividad nocturna y en viajes de placer financiados con fondos públicos, aparece otra víctima heroica: Gabriel Ribisich, el ex CEO del Citibank Argentina, quien luego de la fundada decisión del Banco Central, ha sido separado de su cargo.

Es el Banco Central quien tiene la facultad de aceptar –o no- a los representantes legales que designan las entidades bancarias, y de removerlos de acuerdo a la idoneidad que demuestren en el cargo. Naturalmente, ignorar la legislación del sistema financiero argentino, o actuar como si se desconociera esa normativa, es una elocuente demostración de falta de idoneidad.

Poco duró Ribisich como CEO del Citi Argentina. Llegó al Citibank desde la competencia, desde el Banco Santander Río, en el mes abril de 2013. Y habría llegado con alguna cartera importante succionada de su anterior empleo por encargo del Citi, según se comentaba en el mercado bancario. 

Ese mismo mercado, afirma que los realmente buenos, enseguida son reclutados por las filiales de los países centrales. El resto, la gran mayoría, solo tienen algún lugar en países periféricos y en la medida que tengan la conducta de un soldadito, priorizando la evasión de utilidades sin registrar,  defendiendo como único interés el de la entidad, aún si hay que defraudar a los ahorristas, y teniendo siempre presente que se deben inmolar cuando sea necesario si esas son las instrucciones que llegan desde Nueva York. Para eso les pagan bien.

Y eso fue lo que tuvo que hacer el cordobés. Inmolarse. Por eso cuando le ordenaron desde Nueva York que asumiera la responsabilidad de la firma del acuerdo con los fondos buitres en el juzgado de un juez barrial de aquella ciudad (Griesa), Ribisich trató de explicar (sin que lo escucharan) que ese acuerdo era insostenible según la legislación argentina. Porque la filial local del Citi está sujeta al derecho argentino, y ese acuerdo ante un juez extranjero violaba las normas regulatorias del sistema financiero argentino.

Y esto que Ribisich sabía perfectamente, le fue reiterado en reuniones que mantuvo aquí con autoridades del Banco Central, donde se le advirtió que si el Citi mantenía su ilegal postura, él también sería sancionado, más allá de la suspensión que se le aplicaría al Citi en la operatoria bursátil.

Pero los soldaditos no tienen chance. Alguien en el Citi le habría puesto en la mano una lapicera costosa y él tuvo que firmar el pedido y la autorización del acuerdo. A partir de ese momento, supo que el sueño de CEO se había terminado. Y encima la justicia le da por la cabeza.

Solidaridad con Ribisich.  

3 comentarios:

  1. No podés usar ese moño.Que cipayo.

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  2. jajaja...
    http://www.reportajes.com/gabriel-ribisich-el-gobierno-ha-tomado-medidas-duras-pero-en-la-direccion-correcta/
    es un moño de quita y pon
    le afloró?

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  3. Tendrían que haber buscado algún juez amigo, de esos que hacen amparos y cautelares a medida.

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